Según un reportero de VNA en Singapur, un equipo de investigación de este país ha desarrollado nuevos compuestos antibacterianos que pueden ayudar a tratar la mastitis en las vacas, una enfermedad bacteriana que reduce la producción de leche y causa pérdidas de miles de millones de dólares cada año a la industria ganadera mundial.
Estos compuestos se consideran una posible alternativa al uso de antibióticos, lo que ha suscitado preocupación por la creciente resistencia a los antibióticos y el riesgo de contaminación de la leche con residuos de antibióticos.
Según el Straitstimes, este es el resultado de un grupo de investigación interdisciplinario sobre resistencia antimicrobiana (RAM) que incluye científicos de la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU) y la Alianza Singapur-MIT para la Investigación y la Tecnología (Smart), un centro de investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Singapur.
La mastitis bovina es una inflamación de las glándulas mamarias causada por microorganismos que entran a través de los conductos lácteos, y que suele producirse entre 30 y 45 minutos después del ordeño, cuando las tetillas aún están abiertas y son susceptibles a la infección.
Según el Dr. Truong Khai Hy, científico del grupo AMR de Smart, en las granjas ahora es frecuente sumergir las ubres de las vacas en soluciones antisépticas que contienen yodo o clorhexidina (desinfectante) para prevenir enfermedades.
Sin embargo, el uso prolongado de estas soluciones puede causar irritación y agrietamiento de la piel del pezón, facilitando la penetración de bacterias. Cuando las vacas padecen mastitis, se les administran antibióticos, pero esto produce leche con altos niveles de estos y debe desecharse en un plazo de 10 a 11 días, sin consumirse ni comercializarse.
Además, algunas bacterias han comenzado a desarrollar resistencia a los antibióticos de uso común. También preocupa la posibilidad de que el yodo o la clorhexidina se liberen al medio ambiente a través de las aguas residuales, causando daños a la vida acuática.
En un estudio publicado en la revista Nature Communications (julio de 2025), los científicos afirmaron haber descubierto un nuevo compuesto llamado ácido oligoimidazolio carbonoso (OIM) que puede resolver las limitaciones mencionadas anteriormente.

Según la profesora Mary Chan, codirectora del equipo de investigación de la Facultad de Química, Ingeniería Química y Biotecnología de la NTU, el OIM está diseñado para desarrollar una nueva generación de polímeros antibacterianos para aplicaciones agrícolas y biomédicas para combatir las bacterias resistentes a los medicamentos.
Parte del OIM puede convertirse en moléculas altamente activas llamadas carbenos, que les permiten penetrar la membrana protectora de las bacterias, destruir su ADN y eliminarlas eficazmente. Debido a que este mecanismo es más potente que los compuestos antibacterianos tradicionales, el OIM requiere dosis menores, lo que reduce el riesgo de efectos secundarios.
El Dr. Truong afirmó que el experimento demostró que las vacas cuyas ubres fueron sumergidas en la solución OIM no desarrollaron infecciones a pesar de la exposición a bacterias, mientras que el compuesto no es irritante, es fácil de lavar y no tiene un impacto negativo en el medio ambiente.
“El OIM es un compuesto biodegradable que, después de su uso, se descompone en moléculas naturales, no es tóxico ni contaminante, y es mucho más respetuoso con el medio ambiente que el yodo o la clorhexidina”, afirmó.
El profesor Chan añadió que el OIM no altera la composición ni la seguridad de la leche y es un compuesto muy prometedor. El equipo está llevando a cabo ensayos a largo plazo con un rebaño de entre 30 y 40 vacas en una granja de Malaca, Malasia, para evaluar su eficacia y seguridad, tras haber obtenido resultados positivos en el laboratorio y en una granja de China.
La profesora Paula Hammond, vicepresidenta del MIT y codirectora del grupo Smart AMR, afirmó que, tras obtener resultados positivos tanto en la investigación como en el campo, el grupo está colaborando con empresas para ampliar la producción y proceder a la comercialización de este nuevo compuesto antibacteriano.
Varias empresas agrícolas de Australia, Bélgica y Malasia han manifestado su interés en utilizar OIM. En el futuro, el equipo de investigación planea establecer una filial para comercializar esta tecnología.
Fuente: https://www.vietnamplus.vn/hop-chat-thay-the-khang-sinh-mo-ra-huong-di-ben-vung-cho-nganh-sua-toan-cau-post1076108.vnp






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