¿Acabas de limpiar la casa, pero aún huele mal? No es que seas demasiado sensible. La ciencia señala muchas causas reales de este fenómeno: desde microorganismos anaeróbicos y algas hasta la calidad del agua y la estructura de las baldosas...
Fregona: “nido de bacterias” si se almacena incorrectamente

La ciencia ha señalado una variedad de causas para este fenómeno, desde microorganismos anaeróbicos y algas hasta la estructura de las baldosas y la calidad del agua (Foto: Getty).
Según un estudio de la Universidad de Arizona, si no se limpian adecuadamente, los trapeadores pueden albergar hasta millones de bacterias, incluidas cepas que producen olores como Pseudomonas aeruginosa o Clostridium perfringens, que prosperan en ambientes húmedos y sin oxígeno.
En estado anaeróbico, estas bacterias producen compuestos como sulfuro de hidrógeno (H₂S), que huele a huevo podrido, amoníaco y ácidos orgánicos volátiles. Estas sustancias se dispersan fácilmente en el aire, creando un olor a pescado después de limpiar el suelo, especialmente en superficies de baldosas cerámicas.
Los expertos recomiendan que las herramientas de limpieza como los trapeadores se limpien después de cada uso y se sequen completamente para evitar olores, moho y bacterias que causan enfermedades.
Fosfato en limpiador de suelos
Algunos limpiadores de pisos contienen fosfatos, que no sólo contaminan el medio ambiente sino que también promueven el crecimiento de algas y bacterias en el agua.
Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), cuando las algas prosperan y luego se descomponen en ausencia de oxígeno, liberan gases de azufre y compuestos volátiles de azufre que son directamente responsables del desagradable olor a pescado.
baldosas de espuma para suelo
Un informe de la Sociedad Cerámica Americana dice que las baldosas cerámicas baratas y de baja calidad suelen ser porosas y contener muchos microhuecos.
Estos microporos absorben agua, retienen la humedad y crean las condiciones ideales para el crecimiento de microorganismos. Algunos también contienen residuos de azufre del proceso de fabricación, que al exponerse al agua liberan gases malolientes.
En climas muy húmedos o con mucha humedad, los pisos de baldosas no solo son propensos al moho, sino que también pueden "liberar olores" debido a la reacción entre las bacterias en los poros y el vapor del trapeador.
Calidad del agua doméstica
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua doméstica contiene grandes cantidades de materia orgánica disuelta, como suciedad, residuos biológicos o hierro orgánico. Si no se trata a fondo, se convierte en un entorno ideal para la descomposición de bacterias y la formación de compuestos volátiles como la trimetilamina (TMA) o el sulfuro de dimetilo (DMS).
Ambos son responsables del olor a pescado en el aire, como el de los mariscos o el del agua estancada de un estanque.
Solución para limpiar la casa sin olores
Para limitar el olor a pescado después de limpiar el piso, los CDC de EE. UU. recomiendan que las personas:
- Cambie el agua del trapeador después de cada inmersión.
- Utilice una solución de limpieza sin fosfatos.
- Lavar y secar el trapeador en un lugar seco y ventilado.
- Limpie periódicamente el cubo de la fregona y déjelo secar completamente.
Además, usar una mopa a vapor es una opción eficaz, según el Instituto Americano de Limpieza (ACI). Las altas temperaturas del vapor pueden eliminar hasta el 99.9% de las bacterias y el moho comunes en el hogar, sin dejar exceso de humedad en el piso, lo que reduce el riesgo de malos olores.
Sin embargo, incluso con equipos modernos, es fundamental mantener el principio básico de "limpio, seco y aireado". Una casa limpia no basta; es necesario limpiarla adecuadamente para que no quede ningún olor a pescado después de cada limpieza.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/lau-nha-xong-co-mui-tanh-nguy-co-gi-cho-suc-khoe-20250616081957230.htm
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