El Liverpool acaba de vencer al Athletic Bilbao por 3-2 en un partido amistoso en la noche del 4 de agosto. |
En una época en la que los mejores clubes viajan constantemente entre Estados Unidos, Corea del Sur o Singapur y los partidos amistosos pasan volando, que el Liverpool juegue dos partidos consecutivos contra el mismo rival, el Athletic Bilbao, justo en Anfield, provoca inesperadamente una extraña sensación de "puro fútbol".
Los recuerdos de las giras de verano tienden a desvanecerse rápidamente. El Bournemouth contra el West Ham en Atlanta con más asientos vacíos que espectadores, el Arsenal contra el AC Milan en Singapur, el Liverpool venciendo al Yokohama F. Marinos en Japón: todos son partidos que pueden olvidarse incluso antes de que los aficionados recuerden la alineación titular.
Pero a medida que la temporada entra en su clímax, cuando los entrenadores se quejan del apretado calendario y los jugadores se ven presionados en muchos frentes, son esos amistosos aparentemente inofensivos los que dan inicio a todo.
En ese contexto, el formato de dos partidos en una noche en Anfield podría sugerir una solución más sensata. Se acabaron los vuelos intercontinentales, los partidos bajo el calor abrasador de Asia y las diferencias horarias que impiden la recuperación de los jugadores.
El primer partido fue un escaparate para los jóvenes jugadores poco habituales, en particular Rio Ngumoha, un talentoso joven de 16 años, que marcó y asistió a Darwin Núñez en los primeros 5 minutos. También estuvo en el campo Harvey Elliott, quien probablemente dejará el club antes del cierre del mercado de fichajes de verano.
Pero no fue solo fútbol. También fue el primer regreso del Liverpool a Anfield desde la trágica pérdida de Diogo Jota y su hermano André Silva. El partido se detuvo a los 20 minutos (el dorsal de Jota) para una ovación de pie. Un momento tranquilo pero emotivo, en el que el fútbol se convirtió en un lenguaje de gratitud y conexión.
Mohamed Salah marca para el Liverpool contra el Athletic Bilbao. |
El segundo partido de la noche brindó al entrenador Arne Slot la oportunidad de alinear un equipo casi al completo, probablemente el que comenzará la Community Shield contra el Crystal Palace este fin de semana. A pesar de las ausencias de Alisson y Van Dijk, el Liverpool siguió dominando. Mohamed Salah abrió el marcador y Cody Gakpo selló el resultado con un gol que puso el 3-2.
El Athletic Bilbao, que disputará la Europa League la próxima temporada, no presentó un equipo fácil de intimidar. Los dos hermanos Williams estaban en el campo, junto con el portero titular de la selección española, Unai Simón. Sin embargo, la fuerza de la grada, combinada con la energía del Liverpool, decidió el resultado en la primera parte.
A pesar de ser un día laborable, Anfield estaba abarrotado. La nueva camiseta de Adidas, con tecnología de gestión de la humedad, se exhibió en cada fotograma. Un pequeño truco, pero también un testimonio de la vitalidad y el atractivo del club de Merseyside.
Jugar dos partidos el mismo día se consideraba antes una prueba de lo absurdamente inflado que era el calendario de amistosos. Pero al final, fue una solución que permitió a ambos clubes, con plantillas numerosas, controlar el volumen de ejercicio, poner a prueba su fuerza, conmemorar el pasado y conectar con el futuro, todo en un plazo razonable.
Comparado con las flojas actuaciones en América o Asia, este fue un amistoso con mucha profundidad técnica, emocional y estratégica. Una noche en Anfield, dos partidos, y quizás una dirección que valga la pena considerar para los grandes clubes el próximo verano.
Fuente: https://znews.vn/liverpool-mo-ra-loi-di-moi-cho-giao-huu-he-post1574209.html
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