Sin embargo, junto con el aumento de la esperanza de vida viene un aumento de las enfermedades crónicas; en las que la osteoporosis y el dolor articular afectan directamente la calidad de vida y la capacidad laboral de los pacientes.
Muchos estudios muestran que las personas con VIH tienen de 2 a 3 veces más probabilidades de desarrollar osteoporosis que las personas sanas. Las causas son múltiples: el propio virus del VIH causa inflamación crónica que daña silenciosamente el tejido óseo; los efectos secundarios de algunos antirretrovirales (ARV), especialmente el tenofovir disoproxil fumarato (TDF), un fármaco común en el régimen actual de primera línea en Vietnam. Además, factores como una dieta baja en calcio, la falta de vitamina D, un estilo de vida sedentario, el tabaquismo y el consumo de alcohol, entre otros, aceleran aún más la pérdida ósea. Cabe destacar que en Dak Lak , la mayoría de los pacientes con VIH son trabajadores manuales que viven en zonas remotas y tienen dificultades para acceder a servicios de detección y prevención de enfermedades óseas y articulares.
Médico consultando con una persona con VIH. Ilustración: Kim Oanh |
Según las estadísticas del Centro Provincial para el Control de Enfermedades, al 23 de mayo de 2025, toda la provincia tenía 842 pacientes (823 adultos y 19 niños) recibiendo tratamiento ARV en centros médicos . De los cuales, a través de exámenes periódicos, más del 40% de los pacientes reportaron tener dolor en los huesos y las articulaciones, principalmente en la espalda, las rodillas y los hombros. Cabe destacar que casi el 10% de los pacientes se midieron la densidad ósea (DEXA: Absorciometría de rayos X de energía dual, un método que utiliza rayos X para medir la cantidad de calcio y otros minerales en los huesos) mostrando una pérdida de densidad ósea de moderada a severa, un signo temprano de osteoporosis. Sin embargo, la mayoría de los pacientes desconocen la causa, compran analgésicos arbitrariamente o usan medicina oriental de origen desconocido, lo que puede causar fácilmente interacciones adversas con los medicamentos ARV u ocultar los síntomas.
La prevención de la osteoporosis debe comenzar con medidas sencillas y adecuadas a las condiciones de los pacientes con VIH. En primer lugar, es necesario aumentar la comunicación y la orientación sobre el riesgo de osteoporosis, ayudando a los pacientes a comprender que el dolor no solo es un signo de envejecimiento o de trabajo pesado, sino que también puede ser una complicación del tratamiento contra el VIH y los ARV.
Además, es necesario aumentar los alimentos ricos en calcio, exponerse a la luz solar a primera hora de la mañana para aumentar la síntesis de vitamina D, reducir el consumo de alcohol y tabaco y mantener ejercicio ligero como caminar, hacer jardinería o yoga.
En pacientes de alto riesgo (mayores de 50 años, frágiles, en tratamiento antirretroviral durante más de 5 años), se debe medir la densidad ósea periódicamente o, si es posible, realizar pruebas de función ósea. En algunos casos, se puede considerar un cambio de régimen, por ejemplo, reemplazar el tenofovir por un fármaco con menor impacto en los huesos. Cuando lo prescriba un médico, se debe complementar el tratamiento con calcio, vitamina D o medicamentos especializados para la osteoporosis.
Actualmente, el seguro médico no cubre completamente el costo de los servicios regulares de detección de osteoporosis para pacientes con VIH. Por lo tanto, es necesario integrar este servicio en los paquetes básicos de atención médica a nivel local, especialmente en zonas remotas como Dak Lak. Al mismo tiempo, es necesario fortalecer la capacitación del personal de tratamiento del VIH en la detección temprana y el tratamiento de enfermedades osteoarticulares. Los centros de tratamiento del VIH deben considerar el cribado óseo y articular como parte esencial de la atención integral e incluir de forma proactiva la consejería para la prevención y el control de la osteoporosis en los chequeos regulares o en la distribución mensual de medicamentos antirretrovirales (ARV). Para los pacientes que no tienen tarjeta de seguro médico, debe existir una política que apoye costos razonables de medición de la densidad ósea para ayudarlos a evitar que se les pase por alto durante el cribado.
La osteoporosis no causa la muerte inmediata, sino que reduce silenciosamente la calidad de vida y aumenta el riesgo de fracturas, discapacidad y dependencia. La prevención y el control de la osteoporosis en personas con VIH no solo son responsabilidad del médico tratante, sino que requieren una coordinación interdisciplinaria: desde la nutrición, la rehabilitación y la atención primaria hasta las políticas financieras y de seguros.
Fuente: https://baodaklak.vn/xa-hoi/202506/loang-xuong-moi-nguy-tham-lang-o-nguoi-nhiem-hiv-e5211a3/
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