Hace dos décadas, un estudio histórico dirigido por el reconocido psicólogo estadounidense Dr. Robert A. Emmons analizó cómo la gratitud beneficia a las personas y descubrió que puede mejorar la salud mental.
Hasta la fecha, numerosos estudios han descubierto que estar agradecido, agradecer las cosas buenas de la vida y expresar gratitud a los demás, tiene un impacto positivo en lo que piensas y sientes, según el sitio de noticias Live Well.
La gratitud puede ayudarte a sanar y cambiar tu vida de manera positiva.
El Dr. Emmons dice que la gratitud cura, energiza y cambia vidas de manera positiva.
La gratitud es la emoción que surge al darte cuenta de lo bueno que tienes en la vida. Pero ese sentimiento es solo la mitad de la batalla, señala el Dr. Philip Watkins, profesor de psicología de la Universidad Eastern Washington. Expresar gratitud, afirma, es igual de importante para cosechar los verdaderos beneficios.
En varios estudios se pidió a los participantes que escribieran cartas de agradecimiento o enumeraran cosas positivas en sus vidas y luego midieron el impacto de esas acciones.
Los resultados mostraron que participar en tales actos de gratitud benefició la salud mental, reduciendo los síntomas de depresión y ansiedad, aumentando la autoestima y mejorando la satisfacción con la vida diaria, según Live Well.
La gratitud también ayuda a bajar la presión arterial y te hace feliz.
Y la gratitud no solo mejora la felicidad de quien la da y la recibe, sino que también puede ser beneficiosa para quienes la presencian. Ver a dos personas en acción puede hacerte sentir más cálido y vivo.
Lo que me impresionó fueron los resultados objetivos y biológicamente verificables, afirma el Dr. Emmons. Por ejemplo, las investigaciones demuestran que la gratitud también reduce la presión arterial y presenta una mayor variabilidad de la frecuencia cardíaca, un signo de felicidad.
La Dra. Sara Algoe, profesora estadounidense de psicología social, afirma que la gratitud es “un regalo que perdura y que continúa brindando beneficios a largo plazo”.
Para que la gratitud se convierta en un hábito duradero, intente vincular su práctica de gratitud a un hábito arraigado, como pensar en cosas por las que estar agradecido por la mañana.
La doctora Gretchen Schmelzer, psicóloga de Filadelfia (EE.UU.), aconseja agradecer lo que es posible y no centrarse en lo que es imposible.
La gratitud nos permite mirar lo que tenemos y sentirnos suficientes, añade el Dr. Schmelzer.
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