Sentarse con las piernas cruzadas somete la columna vertebral, las articulaciones, la espalda y las caderas a una gran presión. A largo plazo, puede causar degeneración articular, desalineación pélvica y afectar la marcha.
Sentarse con las piernas cruzadas es una postura habitual para muchas personas, especialmente para las mujeres. A largo plazo, esta postura puede causar graves consecuencias para el cuello, la espalda, las caderas, las rodillas, la postura y la marcha, especialmente en personas con varices.
El 23 de mayo, el Dr. Le Bao Le, del Departamento de Medicina Interna y Ortopedia del Hospital Universitario de Medicina y Farmacia de Ciudad Ho Chi Minh, explicó que al sentarse con las piernas cruzadas, con una pierna apoyada sobre el muslo de la otra, la cadera pierde el equilibrio y debe inclinarse hacia un lado. Para recuperar el equilibrio, la columna vertebral debe inclinarse hacia el lado opuesto, lo que con el tiempo provoca que la columna y el cuello pierdan su rectitud debido a la mayor fuerza de la habitual.
Además, la espalda, el cuello y las caderas también están sometidos a mucha presión, lo que los hace más propensos al dolor y la fatiga. Al cruzar las piernas, la zona inferior también está sometida a mucha presión, lo que agrava las varices.
Sentarse con las piernas cruzadas provoca que la zona de la cadera soporte una fuerza desigual, lo que provoca un desarrollo desigual de los músculos de la columna vertebral y las caderas. El lado que soporta más fuerza será más ancho, lo que afecta la postura e incluso la marcha.
El Dr. Calvin Q. Trinh, director del Centro de Corrección Musculoesquelética del Hospital 1A (HCMC), también afirmó que este hábito altera la simetría corporal, causando distorsión pélvica e incluso dolor lumbar y de rodilla. Cruzar las piernas puede ejercer presión sobre el nervio peroneo detrás de la rodilla, lo que reduce el flujo sanguíneo a las articulaciones, dificultando la formación de líquido sinovial y provocando sequedad articular.
"Esto aumenta la presión sobre el cartílago y estira el sistema de ligamentos, lo que genera riesgo de osteoartritis", explicó el médico.
Cruzar las piernas durante mucho tiempo también provoca que la articulación de la rodilla quede mal posicionada, lo que aumenta la presión sobre el cartílago y provoca el estiramiento del sistema de ligamentos. Esta postura es peligrosa para personas con enfermedades óseas y articulares, así como con insuficiencia venosa, ya que agrava la enfermedad, dificulta la marcha y afecta la calidad de vida.
Sentarse con las piernas cruzadas es un hábito de muchas mujeres al trabajar o ir a un café. Foto: Minh An
Según el Dr. Le, la mejor postura para sentarse es con ambas piernas paralelas y la espalda y el cuello rectos. Esta posición distribuye la fuerza uniformemente entre el cuello, la espalda y la pelvis. En este momento, el cuerpo está equilibrado, lo que limita el impacto en los músculos, los huesos y la columna vertebral. En ocasiones, las mujeres pueden sentarse con las piernas cruzadas, pero no debe convertirse en un hábito.
Para quienes deben permanecer sentados durante largos periodos, se recomienda estirar las piernas y adelantar los pies, o simplemente cruzarlas. Quienes realizan trabajos de oficina sedentarios deben levantarse cada 60-120 minutos y caminar un poco para minimizar el dolor.
Cuando tiene desalineación pélvica o espinal o problemas en los huesos y las articulaciones, debe acudir al hospital para un examen y tratamiento para restaurar, aliviar el dolor y mejorar la función motora.
Minh An
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