Estos valores son la sólida fortaleza que afirma el papel inmutable de los docentes.
Inteligencia emocional y conexión humana
El primer pilar que mencionó el Sr. Ngo Huy Tam es la inteligencia emocional (IE) y la conexión humana. En este ámbito, los humanos superan con creces a las máquinas. La inteligencia artificial puede manejar la lógica y los datos, pero carece por completo de inteligencia emocional biológica, la base de toda interacción pedagógica eficaz.
La IA puede programarse para reconocer y responder a señales emocionales mediante el análisis de la voz o las expresiones faciales, pero no puede realmente «sentir» ni «empatizar» con las experiencias internas de un estudiante. En cambio, un profesor humano puede captar las señales no verbales más sutiles —una mirada de confusión, un hombro caído por la frustración— para saber cuándo un estudiante necesita una palabra de aliento, ayuda o un nuevo reto.
Es esta capacidad de empatizar la que crea un entorno de aprendizaje psicológicamente seguro donde los estudiantes se sienten comprendidos, valorados y se atreven a asumir riesgos para aprender.
La IA no tiene pasado, ni experiencia vital, ni pertenencia a una cultura específica, y por lo tanto no puede establecer relaciones personales profundas y de confianza con los estudiantes. Si lo hace, es solo una ilusión.
Los docentes no solo imparten conocimientos, sino que también son narradores, comparten experiencias de vida y conectan las lecciones con la realidad. Es la pasión, el entusiasmo y las historias personales de los docentes lo que enciende el amor por el aprendizaje e inspira a los estudiantes a alcanzar sus sueños.

Fomentar competencias de alto nivel
El segundo pilar, según Ngo Huy Tam, es la capacidad de fomentar competencias de alto nivel. Si bien la IA puede proporcionar respuestas a preguntas basándose en los datos disponibles, el papel de los docentes consiste en enseñar a los estudiantes a formular las preguntas adecuadas y a pensar para resolver problemas sin solución.
La IA, especialmente la IA generativa, es impresionantemente capaz de sintetizar y generar contenido. Sin embargo, aún carece de la profundidad del verdadero pensamiento crítico, que implica la capacidad de analizar, evaluar y sintetizar información desde múltiples perspectivas, y emitir juicios independientes. Los docentes desempeñan un papel indispensable al dirigir las discusiones en el aula, planteando preguntas como «¿por qué?» y «¿qué pasaría si...?», cuestionando supuestos y animando a los estudiantes a pensar de forma creativa para encontrar soluciones novedosas.
El mundo real no se rige por reglas tan claras como un programa informático. Los docentes preparan a los estudiantes para afrontar la complejidad y la ambigüedad de la vida inculcándoles resiliencia, adaptabilidad y una mentalidad de crecimiento: la convicción de que las habilidades se pueden mejorar con esfuerzo. Estas son competencias esenciales para el éxito en un mundo en constante cambio.

brújula moral y cultural
En relación con el tercer pilar, el Sr. Ngo Huy Tam afirmó que la educación no se limita a la transmisión de conocimientos y habilidades, sino que también implica el desarrollo integral de la persona, la formación de su personalidad y su sistema de valores. En este sentido, el papel del docente es fundamental e insustituible.
Los docentes son un ejemplo vivo de moralidad y carácter. Con sus acciones y palabras cotidianas, enseñan a los estudiantes sobre honestidad, integridad, responsabilidad, patriotismo y amor por la humanidad. Los valores y normas sociales son conceptos complejos, llenos de matices y que dependen del contexto, por lo que no se pueden cuantificar ni programar completamente en algoritmos.
Cada sociedad tiene su propio conjunto de valores y matices culturales. Los docentes actúan como puente, ayudando a los estudiantes a comprender y abordar cuestiones culturales y sociales, incluso temas delicados, con una sutileza y tacto que la IA no puede alcanzar. En el contexto de Vietnam, los docentes son quienes transmiten a las nuevas generaciones los valores morales fundamentales de la nación, como el respeto a los maestros, el cuidado de la fuente del agua, la piedad filial y el espíritu comunitario. Este es el hilo que une el pasado, el presente y el futuro de la nación.
El auge de la IA está impulsando una evolución en el concepto mismo de «respeto a los docentes». Tradicionalmente, el «respeto a los docentes» se ha asociado con el respeto a los maestros como la fuente suprema de conocimiento. En la era de la IA, donde el conocimiento se está volviendo omnipresente y accesible, esta definición se enfrenta a desafíos.
Sin embargo, en lugar de quedar obsoleto, el concepto está cambiando sutilmente su enfoque. El respeto ya no se centra en el papel de los docentes como "fuentes de conocimiento", sino en el "camino": la senda moral, personal e intelectual que los docentes iluminan.
Los maestros más respetados del futuro no serán los que posean más información, sino los que mejor sepan guiar a los estudiantes para que desarrollen inteligencia emocional, forjen su carácter y cultiven la compasión.
Esta reinterpretación conserva los valores culturales fundamentales y los adapta a la nueva realidad tecnológica, reforzando así aún más el papel insustituible de los docentes como guía moral para las nuevas generaciones.
En Vietnam, la concepción de los docentes como segundos padres subraya aún más la importancia de esta relación. El amor por los estudiantes se considera la esencia del docente, un valor que ningún algoritmo puede simular ni reemplazar.
Fuente: https://giaoducthoidai.vn/nghe-giao-trong-ky-nguyen-tri-tue-nhan-tao-3-tru-cot-lam-nen-gia-tri-bat-bien-post757630.html






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