Las personas que frecuentemente tienen pesadillas, sonambulismo u otros trastornos del sueño no causados por condiciones médicas subyacentes tienen el doble de probabilidades de desarrollar demencia vascular que las personas que duermen normalmente - Foto: AI
El estudio fue realizado por científicos de la Universidad de Cardiff (Reino Unido). Utilizaron datos médicos de más de un millón de personas en el Reino Unido y Finlandia, extraídos de tres grandes bases de datos biológicas, para esclarecer la relación entre la calidad del sueño y el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson y la demencia.
A diferencia de los trastornos del sueño que tienen causas orgánicas como la apnea del sueño, los "trastornos del sueño no orgánicos" son fenómenos como las pesadillas crónicas, el sonambulismo, los terrores nocturnos, el insomnio y la hipersomnia.
Las investigaciones muestran que las personas con estos trastornos tienen 2,4 veces más probabilidades de ser diagnosticadas con demencia vascular que aquellas sin el trastorno, tienen un riesgo 67% mayor de padecer demencia en general y un riesgo 68% mayor de padecer enfermedad de Parkinson.
El hallazgo más sorprendente del estudio fue que el riesgo de enfermedades neurológicas aumentó incluso en personas con bajos factores de riesgo genético. Es decir, las personas sin genes asociados con el Alzheimer o el Parkinson siguen teniendo un mayor riesgo si presentan problemas graves de sueño.
"Parece que los trastornos del sueño casi 'compensan' el bajo riesgo genético. Esto sugiere que los problemas de sueño pueden ser un factor de riesgo independiente de los genes", afirmó el coautor del estudio, Hampton Leonard, de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH).
El análisis de los datos biológicos permitió a los científicos retroceder en el tiempo, comparando la aparición de los trastornos del sueño con el diagnóstico de enfermedades neurológicas muchos años después. Descubrieron que los síntomas del sueño solían aparecer entre 10 y 15 años antes de que los pacientes presentaran síntomas neurológicos evidentes.
"Podemos determinar con exactitud cuándo se diagnosticó a las personas un trastorno del sueño y cuándo desarrollaron una enfermedad neurológica, en lugar de confiar únicamente en informes posteriores", dijo la Dra. Emily Simmonds, experta en bioinformática del Instituto de Investigación de Demencia del Reino Unido (UK DRI) en la Universidad de Cardiff.
Identificar a tiempo a las personas con alto riesgo es fundamental para prevenir la enfermedad. «Si podemos identificar a las personas con riesgo de demencia con 10 a 15 años de antelación, tendremos más tiempo para implementar intervenciones que puedan retrasar o prevenir la progresión de la enfermedad», afirma Kristin Levine, del NIH.
Los científicos esperan que este estudio estimule más investigaciones sobre los mecanismos biológicos entre el sueño y la neurodegeneración, así como evaluar la eficacia de las terapias para mejorar el sueño, como la terapia cognitivo-conductual, las intervenciones farmacológicas o las tecnologías de ayuda para el sueño en la prevención del Alzheimer y el Parkinson.
Fuente: https://tuoitre.vn/nguoi-thuong-gap-ac-mong-co-nguy-co-cao-bi-mat-tri-nho-20250530133158422.htm
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