Las organizaciones sin fines de lucro del sudeste asiático se encuentran en crisis después de que la administración Trump congelara casi toda la ayuda exterior el 20 de enero. Los trabajadores migrantes, la vida silvestre, los derechos LGBTQ y otros grupos se han visto gravemente afectados.
La Fundación Manushya, una ONG con sede en Bangkok, fue una de las más afectadas. Su fundadora, Emilie Palamy Pradichit, afirmó que su principal fuente de financiación provenía de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Tras el cierre de USAID, Manushya tuvo que recortar personal, reducir sus operaciones y abandonar algunos de los refugios para activistas. Tan solo en 2025, la organización perdió 560.000 dólares en financiación, dejando a los activistas en una situación precaria.
USAID colabora con sus socios para distribuir miles de artículos de primera necesidad a las comunidades de Filipinas afectadas por la tormenta tropical Kristine. Foto: Facebook/USAIDAsia
Estados Unidos es el mayor donante de ayuda del mundo , con 54.000 millones de dólares asignados en el año fiscal 2024. La disolución de USAID propuesta por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Elon Musk ha provocado una crisis generalizada.
Los recortes de USAID afectan a 5.200 de los 6.200 programas globales. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, afirmó que la medida tenía como objetivo eliminar "decenas de miles de millones de dólares" de dinero malgastado.
El sudeste asiático sufrió graves pérdidas, ya que USAID gestionó 1.000 millones de dólares de los 4.100 millones destinados a ayuda para Asia Oriental y el Pacífico . Myanmar, Indonesia, Vietnam y Tailandia sufrieron importantes pérdidas de financiación.
En Indonesia, el programa BEBAS TB de USAID, dotado con 70 millones de dólares, se encuentra estancado, lo que pone en peligro los esfuerzos para combatir el VIH y la tuberculosis. Filipinas también se ha visto afectada por la pérdida de financiación para los programas de VIH, lo que ha obligado a los grupos de defensa de los derechos LGBTQ a buscar fuentes de apoyo alternativas. En Vietnam, los recortes de USAID han afectado a los programas de rehabilitación de víctimas de guerra y de eliminación de municiones sin detonar.
Los servicios de salud para la comunidad LGBTQ+ en Tailandia también se encuentran en crisis. La Fundación SWING de Tailandia informa que casi 700.000 personas beneficiarias del tratamiento del VIH/SIDA perderían el acceso a estos servicios sin la ayuda de USAID. Muchas ONG en Tailandia, como la Fundación Isaan Gender Diversity Network, corren el riesgo de cerrar.
El sector sanitario no es el único afectado. El Irrawaddy, un medio de comunicación dirigido por exiliados de Myanmar en Tailandia, atraviesa graves dificultades tras la pérdida de financiación. Kaona Saowakun, vicepresidenta de la Fundación Isaan, advirtió que muchas organizaciones LGBTQ+ en Tailandia se verán obligadas a reducir su actividad o cerrar.
En respuesta al recorte de la ayuda estadounidense, otros países han intensificado sus esfuerzos para compensarlo. China está ampliando la ayuda humanitaria en la región, incluyendo proyectos de salud, educación y saneamiento. China ha financiado un proyecto de desminado en Camboya que anteriormente había financiado Estados Unidos. Australia ha ajustado su presupuesto de ayuda, comprometiendo 119 millones de dólares australianos para programas de desarrollo en la región del Indo-Pacífico destinados a apoyo económico, sanitario y climático.
Ngoc Anh (según CNA, Bernama)
Fuente: https://www.congluan.vn/nhieu-to-chuc-o-dong-nam-a-roi-vao-khung-hoang-sau-khi-usaid-bi-dinh-chi-post340280.html






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