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Recuerda el humo azul de la tarde.

Dondequiera que vayamos en el campo, podemos ver una imagen familiar: el humo azul de la tarde sobre los techos de las cocinas. El olor a humo y la luz del humo me recuerdan el campo. Cada vez que lo menciono, me invade la nostalgia de mi pueblo natal, de aquellos días de infancia llenos de recuerdos.

Báo Đồng NaiBáo Đồng Nai08/08/2025

El humo azul de la tarde no es solo una "especialidad" de las estufas de leña y paja; también forma parte del alma del campo, algo que evoca un recuerdo puro. Al caer la tarde, cuando la luz del sol deja de brillar, es el momento en que cada cocina del pueblo empieza a echar humo. El humo se desliza entre los enrejados de calabazas y calabacines del jardín, envuelve las arecas y los cocoteros, y luego desaparece en el atardecer. Los adultos están ocupados encendiendo la estufa y cocinando arroz. Los niños corremos y jugamos, inhalando el penetrante olor a humo mezclado con el aroma del arroz nuevo y la sopa de verduras que hierve en la olla. El olor a humo mezclado no irrita los ojos, sino que solo nos da calor.

Mi infancia estuvo ligada a la pequeña cocina con techo de paja. Allí, mi madre encendía un fuego con paja seca y leña podrida todos los días. Se sentaba junto a la estufa, avivando el fuego mientras recogía verduras y contaba historias del pasado. La luz roja del fuego se reflejaba en su rostro bronceado, y sus ojos brillaban con una luz tenue. A veces, soplaba el fuego con un tubo de bambú, produciendo un sordo "phù phù" que se mezclaba con el viento del jardín. Yo me sentaba a su lado, escuchando en silencio el crepitar de las brasas, sintiéndome extrañamente en paz.

Fue en ese espacio rústico donde crecí, aprendiendo de mi madre las primeras lecciones de mi vida: saber respetar a los mayores, saber ser paciente, saber apreciar cada grano de arroz, cada gota de sudor. En cada comida junto al fuego, mi madre siempre me decía: «El arroz es una perla del cielo, no lo desperdicies». Esas sencillas palabras me han acompañado durante mi crecimiento.

El humo azul de la tarde también me recuerda la temporada de lluvias. Cada vez que llueve, toda la familia se reúne en la cálida cocina, mi madre hierve una olla de boniatos o de maíz. El humo se eleva, el calor se extiende, disipando el frío exterior, y de repente veo lo sencilla que es la felicidad: una cocina cálida, un techo con mis padres, con risas que se extienden entre el aroma de la comida casera.

Al crecer y mudarme, el humo azul de la tarde se convirtió en algo que siempre buscaba. En la ciudad, sin techos de paja, de repente sentí que faltaba parte de mis recuerdos. Cuando llegaba tarde a casa del trabajo, contemplando los altos edificios iluminados, anhelaba la sensación de ver el humo de la tarde elevándose lentamente desde la cocina, como un recordatorio: «Es hora de ir a casa».

Una vez, en un viaje de negocios a la zona rural de Song Ray, provincia de Dong Nai , justo cuando el coche entraba en una pequeña carretera, de repente vi una columna de humo azul que se elevaba sobre el bosque de bambú. Por alguna razón, sentí un ligero escozor en la nariz. De repente, me invadieron tantos recuerdos, todo estaba claro como si hubiera sucedido ayer. Algo tan simple, pero suficiente para que mi corazón se acelerara toda la tarde.

El humo azul de la tarde, aparentemente tenue y frágil, es lo que ancla el alma de cada persona. Es testigo de días tranquilos en casa, una encarnación del amor, de los lazos familiares, de valores tradicionales sencillos pero profundos.

En el ajetreo de la vida moderna, cuando todo cambia tan rápido, hay cosas sencillas como el humo azul de la tarde que aún existen silenciosamente, protegiéndome y recordándome mis raíces. Así, cada vez que me siento cansado, tengo un lugar al que regresar: no un lugar lejano, sino la vieja cocina, el humo azul de la tarde, el cálido abrazo de mis padres, las comidas caseras con el fragante aroma del arroz recién hecho. Esa simpleza, para mí, es un cielo de recuerdos.

A partir del 7 de septiembre de 2020, el periódico online Dong Nai abre la columna "Cosas simples".

Éste será un nuevo “patio de recreo” para todos los lectores de todo el país con perspectivas sociales simples pero significativas, que sean comprensivas para muchas personas y cumplan con los criterios de la columna, que son “cosas simples”.

Artículos enviados a: baodientudno@gmail.com; Tel: 0909.132.761

El consejo editorial pagará regalías a los autores cuyos artículos se publiquen de acuerdo a la reglamentación.

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Fuente: https://baodongnai.com.vn/van-hoa/dieu-gian-di/202508/nho-khoi-lam-chieu-113306f/


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