A pesar de haber vivido muchos vaivenes históricos, este lugar aún conserva casi intacta su antigua belleza con manchas de musgo en cada teja, ladrillo, hilera de árboles, camino...
La antigua ciudad de Hoi An está situada en el bajo río Thu Bon, en la llanura costera de la provincia de Quang Nam , a unos 30 kilómetros de la ciudad de Da Nang.
Hoi An solía ser un activo puerto comercial internacional, punto de encuentro de barcos mercantes japoneses, chinos y occidentales durante los siglos XVII y XVIII. Por ello, la mayoría de las casas del casco antiguo presentan una arquitectura tradicional de dos o tres plantas y techos de tejas. Esta arquitectura contribuye a que las casas de Hoi An sean espaciosas y luminosas, brindando una vida libre y cómoda a los lugareños y un disfrute para los turistas.
Durante los meses de lluvia, el musgo verde crece en los antiguos techos y muros. En esta época, Hoi An luce una belleza inconfundible.
Los estrechos callejones también se cubren de musgo durante los meses húmedos del año. Sin embargo, la mejor época para visitar Hoi An es de febrero a abril, ya que es cuando el clima es más agradable. Llueve poco, el sol no calienta demasiado y el espacio es aireado y agradable.
Visto desde arriba, el casco antiguo se organiza horizontal y verticalmente en un tablero de ajedrez, con calles cortas y sinuosas que abrazan las casas. Al caminar por cada una de estas pequeñas y tranquilas calles, los visitantes no solo pueden disfrutar de una deliciosa gastronomía, sino también admirar parte de la vida cotidiana de los habitantes de Hoi An.
Además de sus características arquitectónicas, lo que hace que Hoi An siempre gane los corazones de los turistas es su atmósfera tranquila durante el día y su atmósfera bulliciosa pero no caótica por la noche.
Aunque es una ciudad turística desarrollada, Hoi An aún mantiene su tranquilidad y paz con el sonido traqueteante de las bicicletas, en lugar del ruidoso y apresurado sonido de los motores.
Un nuevo día tranquilo en Hoi An con vendedores ambulantes caminando por el casco antiguo.
La calle de la mañana da la bienvenida a los rayos dorados del sol que brillan sobre los antiguos techos de tejas, las paredes, los caminos sinuosos y las enredaderas que cubren cada techo.
Hoi An de noche tiene una imagen diferente, con sus faroles centelleantes. La Pagoda del Puente de Hoi An es conocida como el símbolo turístico de la antigua ciudad y es un legado que también está impreso en la moneda vietnamita. En la foto, un monje suelta faroles de flores bajo la Pagoda del Puente para orar por la paz.
[anuncio_2]
Enlace de origen
Kommentar (0)