Erupción volcánica el 15 de enero de 2022
El 15 de enero de 2022, el volcán Hunga-Tonga-Hunga-Ha'apai entró en erupción violentamente bajo el mar. La erupción creó una columna de ceniza de hasta 57 km de altura y desencadenó un tsunami que llegó hasta el Caribe.
Según los cálculos, la actividad volcánica en Tonga creó la explosión natural más poderosa en más de un siglo, comparable en potencia a la mayor bomba atómica que jamás haya poseído Estados Unidos.
Desde entonces, un equipo internacional de investigadores ha utilizado datos recopilados por estaciones terrestres y redes de satélite para observar las ondas de presión del aire formadas por la erupción.
Los resultados mostraron que la actividad volcánica había creado la llamada “burbuja de plasma ecuatorial”, un profundo agujero en la ionosfera por encima del ecuador que fue responsable de la grave interrupción de las comunicaciones por satélite.
Se ha identificado que las burbujas de plasma ecuatoriales (EPB) pueden ralentizar las ondas de radio y amenazar las operaciones del GPS.
Una enorme columna de humo y ceniza apareció sobre el volcán.
En un comunicado de prensa sobre los resultados de la investigación, la Universidad de Nagoya (Japón) indicó que la zona de la ionosfera con mayor concentración de partículas ionizadas es la región F, a una altitud de entre 150 y 800 km sobre el suelo. Esta zona desempeña un papel fundamental en el funcionamiento de las comunicaciones por radio de larga distancia.
Cuando el volcán entra en erupción, se forman burbujas de plasma ecuatorial que se extienden al espacio a una altitud de al menos 2.000 km, lo que es mucho más grande de lo que habían predicho previamente los modelos informáticos de este fenómeno.
Los nuevos hallazgos podrían permitir a los científicos predecir la ocurrencia de burbujas de plasma ecuatoriales asociadas con erupciones volcánicas y otros eventos en la superficie terrestre. Si bien no se puede prevenir su ocurrencia, los expertos esperan proporcionar una alerta temprana para que aeronaves y barcos eviten las zonas donde se forman burbujas de plasma ecuatoriales.
Los futuros esfuerzos de investigación también podrían ayudar a los científicos de la Tierra a aprender sobre los efectos de los volcanes en otros mundos .
Por ejemplo, Venus está cubierto de densas nubes, por lo que es difícil determinar si hay volcanes activos en su superficie. Gracias al nuevo estudio, esto se puede determinar midiendo las burbujas de plasma ecuatoriales.
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