El número de muertos en Cisjordania ha aumentado a 205 desde el 7 de octubre, lo que lo convierte en el período más mortífero en el territorio ocupado por Israel desde el segundo levantamiento palestino a principios de la década de 2000.
Tropas israelíes en la Cisjordania ocupada. Foto: F24
Israel afirma que la represión se dirige contra Hamás, el grupo que gobierna Gaza, y otros grupos militantes que operan en Cisjordania. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos afirman que las tácticas israelíes, que incluyen redadas mortales, demoliciones de viviendas y arrestos, se están llevando a cabo con creciente frecuencia.
Periodistas locales informaron que los últimos hechos de violencia comenzaron el jueves por la noche, cuando camiones y excavadoras del ejército israelí irrumpieron en el campo de refugiados de Yenín y colocaron francotiradores en los tejados de varios edificios. Se produjeron tiroteos en varios lugares.
En un momento dado, un avión israelí atacó a militantes que lanzaban explosivos contra las fuerzas israelíes, según informó el ejército israelí. Los ataques aéreos, antes un método de ataque poco común en Cisjordania, se han vuelto cada vez más comunes desde el inicio del conflicto.
Tres hombres, presuntos miembros del grupo militante Yihad Islámica, murieron. Las autoridades sanitarias palestinas informaron que al menos otras 15 personas resultaron heridas, cuatro de ellas de gravedad.
También el viernes, dos palestinos dispararon contra las fuerzas israelíes cerca de la ciudad de Hebrón y murieron por fuego israelí, según informó el ejército israelí. El incidente ocurrió un día después de que tres palestinos mataran a un soldado israelí e hirieran a tres en un puesto de control de Cisjordania antes de ser abatidos a tiros.
El campo de refugiados de Jenin, una zona urbana densamente poblada conocida como bastión rebelde, ha sido objeto de ataques israelíes casi cada noche en los últimos días.
El ejército israelí declaró el viernes que había mapeado las viviendas de los atacantes del puesto de control. Israel afirmó que las demoliciones disuadirían futuros ataques, pero grupos de derechos humanos palestinos criticaron la medida como un castigo colectivo.
Quoc Thien (según AP)
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