Fabricar productos farmacéuticos y semiconductores en el espacio ya no es ciencia ficción.

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Los socios de la consultora McKinsey afirman que el nuevo mercado de productos farmacéuticos, semiconductores, productos de salud y belleza o tecnología alimentaria alcanzará “más de 10 mil millones de dólares en 2030, dependiendo de las tasas de crecimiento”.

Las empresas emergentes privadas están incursionando en la fabricación de productos farmacéuticos y de semiconductores espaciales.

El espacio ofrece un entorno único para la investigación y el desarrollo, con altos niveles de radiación, microgravedad y vacío casi absoluto, lo que permite a las empresas buscar métodos de fabricación o utilizar materiales que no son posibles en la Tierra.

Este tipo de investigación no es nueva. La Estación Espacial Internacional (EEI) ha albergado previamente diversos experimentos de académicos, agencias gubernamentales y clientes comerciales en áreas como el cultivo de tejido humano, la creación de semiconductores más puros y el desarrollo de fármacos nuevos o mejores. En su presupuesto para el año fiscal 2024, el presidente Joe Biden incluso destinó 5 millones de dólares a la NASA para realizar investigaciones sobre el cáncer en la EEI.

Pero el acceso a la EEI no es para todos. Las empresas emergentes espaciales ya han detectado la oportunidad de la fabricación a pequeña escala en el espacio. Varda Space Industries, con sede en el sur de California, por ejemplo, ha descubierto una forma de cristalizar proteínas para mejorar productos farmacéuticos o desarrollar nuevas terapias espaciales para compañías farmacéuticas, antes de devolver el producto terminado a la Tierra.

Al otro lado del Atlántico, en Cardiff, Gales, Space Forge trabaja en el diseño de una fábrica espacial para fabricar semiconductores de nueva generación. El objetivo de Space Forge es crear sustratos semiconductores utilizando materiales distintos del silicio para producir chips de forma más eficiente y con mayor rendimiento.

“La generación de materiales espaciales nos permite alcanzar eficiencias sin precedentes. Hablamos de mejoras de entre 10 y 100 veces en el rendimiento de los semiconductores”, afirmó Andrew Parlock, director ejecutivo de las operaciones de Space Forge en EE. UU.

Al igual que en la industria farmacéutica, el secreto para lograr este tipo de mejora del rendimiento en semiconductores reside en la creación de cristales perfectos en el espacio. Estos chips avanzados son cruciales para industrias como el 5G y los vehículos eléctricos. Al igual que Varda, Space Forge planea fabricar algunos de sus chips en el espacio.

Según Josh Western, director ejecutivo y cofundador de Space Forge, la empresa traerá los cristales producidos en el espacio a la Tierra y encontrará formas de "reproducirlos eficientemente", eliminando así la necesidad de múltiples vuelos espaciales, al tiempo que abre la posibilidad de construir un proceso de producción en masa basado en fundiciones asociadas.

(Según CNBC)

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