El telescopio Euclid de Europa, que lleva el nombre del matemático griego Euclides, fue lanzado el 1 de julio a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX. Desde entonces, Euclid ha recorrido aproximadamente un millón de kilómetros por el espacio, continuando su misión de seis años de obtener imágenes de alta resolución y amplio campo del universo, explorando así sus misterios más perdurables.
En sus últimas observaciones, Euclides descubrió la Nebulosa Cabeza de Caballo, ubicada a unos 1375 años luz de la Tierra en la constelación de Orión. Es una de las nebulosas más reconocibles, debido a su parecido con la cabeza de un caballo. La astrónoma escocesa Williamina Fleming la descubrió por primera vez el 6 de febrero de 1888.
El objeto se forma a partir del colapso de una nube de material interestelar, que brilla tenuemente gracias a la iluminación de una estrella caliente situada detrás. La nebulosa también se ve influenciada por la intensa radiación de una estrella cercana que incide sobre la columna de material interestelar.
En su nueva forma, las nubes de gas que rodean la Nebulosa Cabeza de Caballo se han disipado, pero los pilares salientes de material interestelar permanecen intactos, ya que están compuestos de un material resistente y difícil de erosionar. Según los expertos, a la Nebulosa Cabeza de Caballo le quedan unos 5 millones de años antes de desintegrarse por completo.
El telescopio espacial Euclid acaba de publicar una espectacular imagen panorámica de la Nebulosa Cabeza de Caballo. (Imagen: ESA / Euclid)
Los expertos de Euclid afirman que muchos otros telescopios han capturado imágenes de la Nebulosa Cabeza de Caballo, pero ninguno la ha capturado con tanto detalle y un campo de visión tan amplio en una sola observación de Euclid.
“Estamos particularmente interesados en esta región porque la formación estelar se está produciendo en condiciones muy especiales, dominadas por la radiación de la estrella muy brillante Sigma Orionis”, dijo el Dr. Eduardo Martín Guerrero de Escalante, científico de Euclid.
Mientras Euclid observa esta guardería estelar, los expertos esperan encontrar muchos planetas con la masa de Júpiter y jóvenes enanas marrones nunca antes descubiertas.
HUYNH DUNG (Fuente: Sci.news)
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