Según los analistas, el objetivo de estos ajustes calculados por parte de Ankara es aumentar su influencia para mantener y expandir sus intereses fundamentales en la región y en todo el mundo .
El presidente turco, Tayyip Erdogan. (Foto: Reuters)
Una de las medidas más notables que ha adoptado Ankara en relación con su política exterior fundamental es su decisión de cambiar su postura sobre la aceptación de Suecia en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En este sentido, en la cumbre de la OTAN celebrada el 10 de julio en Lituania, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, revirtió la oposición que Ankara había mantenido durante la última década y media a la admisión de Suecia en la OTAN, al decidir apoyar condicionalmente al 32º miembro de la OTAN. Los analistas dicen que la decisión del presidente Erdogan está en gran medida motivada por la reciente postura activa de la administración estadounidense al apoyar la transferencia de cazas F-16 a Turquía.
Paralelamente a esta medida, Turquía también está promoviendo activamente el mantenimiento y la implementación de la Iniciativa de Granos del Mar Negro, que fue mediada por Turquía y las Naciones Unidas (ONU) en julio de 2022. En una reunión con el primer ministro británico Rishi Sunak, al margen de la Cumbre de la OTAN el 11 de julio, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan acordó con el líder británico que el acuerdo de granos del Mar Negro debería extenderse e implementarse. Este es también el punto de vista que el presidente Erdogan enfatizó especialmente durante sus conversaciones con el presidente ucraniano Zelensky el 8 de julio.
En la región, Turquía y Egipto elevaron el 3 de julio sus relaciones diplomáticas a nivel de embajadores, tras muchos años de interrupción debido al golpe de Estado que derrocó al presidente islamista Mohamed Morsi en Egipto en el verano de 2013. El presidente Erdogan considera este hecho un importante avance en política exterior, que fortalece la posición de Ankara y se alinea con los cambios positivos en la tendencia de reconciliación que se ha desarrollado con fuerza en Oriente Medio en los últimos tiempos.
En el ámbito económico, Turquía promueve diversas actividades de cooperación con las principales economías, incluida China, la segunda economía más grande del mundo. El 11 de julio se celebró en Estambul la primera conferencia empresarial a gran escala entre Turquía y China, con la participación de más de 100 grandes empresas, centrándose en discutir muchos aspectos de la ambiciosa cooperación entre las dos partes, especialmente en los campos de energía, comercio...
El fortalecimiento de la cooperación con las potencias económicas se considera la dirección estratégica de Ankara en sus esfuerzos por reactivar la economía nacional, que se ha visto gravemente afectada por la inflación prolongada y el catastrófico terremoto del pasado febrero.
Al comentar en el canal de televisión en idioma árabe Aljazeera el 12 de julio, muchos analistas europeos y de Medio Oriente compartieron la opinión de que Turquía está tratando de ajustar su política exterior para mantener y expandir sus intereses centrales en la región así como en todo el mundo. Ankara está haciendo unos cálculos realmente ambiciosos. Sin embargo, en el complejo contexto geopolítico global actual, la capacidad de Ankara para alcanzar sus objetivos aún necesita más tiempo para ser verificada y autenticada.
Ba Thi (VOV-El Cairo)
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