En los últimos años, la hipocresía en la sociedad, especialmente entre algunos cuadros y militantes del partido, ha tendido a aumentar rápidamente. Las manifestaciones de hipocresía, individualismo y egoísmo entre muchos cuadros y militantes del partido son extremadamente complejas y sofisticadas. Sin embargo, las autoridades no han evaluado adecuadamente los peligros y las consecuencias que conlleva para prevenirlas.
Incendio en la casa...salen las ratas
A través de relatos de numerosas visitas de campo, nos dimos cuenta de que cuando las autoridades no han procesado a unos pocos funcionarios corruptos, son ellos quienes realmente ostentan el poder en agencias, localidades, incluso ministerios, sucursales y el Gobierno Central; son ellos quienes "hablan y la gente escucha, amenazan y la gente teme". Cuando no se ha descubierto su participación en el delito, han usado su hipocresía para "engañar" a muchas autoridades y organizaciones del partido en todos los niveles; y se les ha confiado la responsabilidad de ocupar puestos de liderazgo y gestión.
Cuando tienen poder y están empoderados, lo consolidan predicando la moral revolucionaria y siendo modelos a seguir para sus subordinados y el pueblo. Lamentablemente, solo cuando la casa está en llamas salen las ratas y se expone su hipocresía.
Ilustración: MANH TIEN
La hipocresía es perjudicial para la gente, pero es aún más perjudicial para quienes ocupan puestos de autoridad y empresarios influyentes. Cuanto más alto es el cargo, más sofisticadamente se oculta la hipocresía; esto provoca acciones poco éticas con mayores consecuencias para la gente. Usar la hipocresía no solo encubre conspiraciones y acciones ilegales, malversación de fondos públicos, corrupción del Estado y del pueblo, y el beneficio personal para sí mismo y sus familiares, sino que también corrompe la moral en unidades, localidades y organizaciones. Estos hipócritas, en definitiva, son ejemplos típicos de individualismo.
Las consecuencias de que los cuadros se enmascaren con hipócritas son enormes en términos económicos , morales, desorganización y pérdida de confianza ciudadana en ellos. Según estadísticas oficiales, decenas de miles de militantes del partido, incluidos cuadros bajo la dirección del Gobierno Central, sancionados anualmente por corrupción, malversación de fondos y soborno demuestran que esta situación ha alcanzado niveles alarmantes.
Por lo tanto, es necesario señalar claramente la hipocresía y aplicar todas las medidas educativas rigurosas posibles, mediante leyes rigurosas; regulaciones estrictas del Partido y las organizaciones políticas y sociales; y consensos comunitarios y sociales. El trato estricto con estos funcionarios es una seria advertencia para quienes ocultan su hipocresía, sus intenciones de lucro personal e individualismo sin ser descubiertos.
¿Quiénes son los hipócritas? ¿Cuáles son las señales comunes?
El ejemplo más típico de la hipocresía de algunos funcionarios y empresarios en los últimos tiempos es el hecho de que decenas de funcionarios de todos los niveles y empresas relacionadas con el vuelo de rescate durante la pandemia de Covid-19, trayendo a personas del extranjero de regreso al país, tuvieron que comparecer ante los tribunales y recibir las sentencias correspondientes.
A partir de una política correcta y humana del Partido y del Estado de compartir las dificultades con el pueblo y sacarlo de las zonas peligrosas de la epidemia, muchos altos funcionarios y empresarios se han aprovechado de sus cargos para buscar formas de malversar el dinero de la gente.
Mientras tanto, siguen engañando a la prensa y los medios de comunicación de forma ruidosa, audaz y descarada sobre la ética, la responsabilidad, el espíritu de servicio y el trabajo duro de sus subordinados y empresas. Mucha gente, al principio, no lo sabía y, ingenuamente, les creyó, pagándoles dinero para obtener ganancias... Solo cuando se divulgó la información, la gente comprendió la cara hipócrita de este grupo de funcionarios y empresas.
Es verdaderamente desgarrador y lamentable que, recientemente, las autoridades hayan anunciado una serie de decisiones disciplinarias contra numerosos funcionarios departamentales y departamentales; secretarios, presidentes de provincias, distritos, comunas... e incluso funcionarios de alto rango. Muchos lamentan que, justo ayer, ocupaban puestos de liderazgo, esforzándose por predicar moralidad a mucha gente, pero cuando las autoridades intervinieron y la policía investigó, revelaron su verdadera naturaleza: termitas que merodeaban por todos lados, extendiendo sus tentáculos codiciosos para saquear. Los hipócritas se confabularon para cometer errores, firmar mal, malversar, corromper y apropiarse indebidamente... miles de millones de dongs en dinero y proyectos, que eran el sudor y la sangre, el dinero de los impuestos de la gente y las empresas.
Despegando las capas de hipocresía
¿Por qué lo hicieron? ¿Fue por dificultades en la vida? ¡Para nada! Ninguno de los cuadros que han sido disciplinados e investigados por las autoridades recientemente es pobre, débil ni incompetente. Incluso inicialmente eran "semillas", personas con cualificaciones, un excelente proceso de esfuerzo y una familia pura, lo cual constituye una base sólida para su desarrollo y ascenso profesional.
Lamentablemente, tras un breve periodo como cuadros, ¡se hacen ricos, muy ricos! Esto es directamente proporcional a la degeneración del cuadro. Cuanto más se degeneran, más gruesa debe ser su fachada hipócrita para encubrir sus cada vez mayores planes malvados.
Por eso, el siguiente trato es más grande que el anterior. La cantidad de dinero, bienes raíces y autos también aumenta. Pero el dinero, los autos, los terrenos, el poder... para ellos nunca es suficiente. Los deseos personales son como un barril sin fondo, engrosando su rostro hipócrita con múltiples capas, lo que les dificulta reconocerse como al principio. Las palabras vacías que pronuncian contradicen sus acciones, generando sospechas y haciendo que la gente pierda la confianza en las autoridades. Solo cuando son disciplinados e investigados, la gente descubre su verdadera cara.
Es sabido que, al innovar, la economía de mercado se desarrolla, junto con las oportunidades, los vientos favorables y los adversos. El lado negativo de la economía de mercado también impide que muchas personas, empresas y parte de los cuadros se mantengan a sí mismos. La batalla entre estilos de vida sinceros y falsos siempre es extremadamente tensa y compleja. Los cuadros y los militantes del partido se debaten constantemente entre un estilo de vida idealista, sano y honesto, basado en el trabajo honesto, con respeto propio, conscientes de respetar y proteger la propiedad pública, velando por los intereses colectivos y del Estado, lo que los empobrece y los hace vulnerables, y un estilo de vida pragmático, engañoso, egoísta y parasitario, centrado en el dinero, que los enriquece y les permite disfrutar de la vida. Muchos cuadros no han superado el egoísmo individual, por lo que optan por una fachada hipócrita para ocultar sus ambiciones, actuando así imprudentemente para enriquecerse.
En la IV Conferencia Central, durante el XIII mandato, nuestro Partido reiteró su énfasis: Al entrar en una nueva etapa de desarrollo, nuestro país sigue enfrentando numerosas dificultades y desafíos. Los cuatro peligros señalados por el Partido persisten, en algunos casos incluso con mayor gravedad: la degradación de la moral y el estilo de vida, la "autoevolución" y la "autotransformación", que aún presentan complejidades. Las manifestaciones específicas de esta degradación son el individualismo, el egoísmo, el pragmatismo, el oportunismo, la especulación, el lucro personal, la búsqueda de fama, la ostentación, el ocultamiento de defectos, la indiferencia, la malversación de fondos, la corrupción, el aprovechamiento de cargos y poderes para conspirar con empresas y otros sujetos en beneficio propio... Estas se comparan con las termitas reinas, que dan a luz decenas de miles, millones de termitas, que corroen y corroen a diario numerosas agencias; peor aún, corroen el espíritu y la voluntad de numerosos cuadros y miembros del partido carentes de voluntad y formación.
(continuado)
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