El paciente HNQ, de 20 años, ingresó en el hospital con síntomas de dolor abdominal sordo y persistente en el hipocondrio derecho. Según su historial médico, se encontraba estable y comía verduras crudas ocasionalmente. Cabe destacar que no tenía el hábito de desparasitarse regularmente, lo cual podría ser un factor de riesgo que condujera a su condición médica actual.
Al ingresar, el paciente no presentaba fiebre, pero la ecografía hepática mostró múltiples abscesos hepáticos dispersos, el mayor de los cuales medía hasta 30 mm. Los análisis de sangre mostraron un recuento elevado de leucocitos, especialmente eosinófilos. El médico sospechó que la causa de la enfermedad era una infección parasitaria y realizó una prueba serológica diagnóstica para detectar anticuerpos antihelmínticos.
Los resultados de las pruebas mostraron que el paciente dio positivo para tres tipos de parásitos, incluyendo Fasciola hepatica, Toxocara canis y Strongyloides stercoralis. Con base en estos resultados, se le diagnosticó un absceso hepático debido a una infección parasitaria y se le prescribió un régimen de tratamiento. Actualmente, el paciente se encuentra estable y todos los síntomas clínicos han desaparecido.
Otro paciente, el Sr. NVT, de 54 años, de Soc Son, Hanói , ingresó en el hospital con síntomas de dolor abdominal sordo en el hipocondrio derecho. Al obtener su historia clínica, el paciente indicó que ocasionalmente comía ensalada cruda. Tras una exploración y una ecografía hepática, el médico descubrió numerosos abscesos hepáticos dispersos, el mayor de los cuales medía 38 x 26 mm. Los resultados del análisis de sangre mostraron que el Sr. T. dio positivo para trematodos hepáticos grandes y nematodos caninos y felinos (Toxocara spp.).
Un análisis de glóbulos blancos mostró un ligero aumento del recuento de eosinófilos. Se le diagnosticó un absceso hepático debido a una infección parasitaria y se le recetó un tratamiento adecuado. El estado del Sr. T. se encuentra estable y sus síntomas clínicos han disminuido significativamente.
Según el Dr. Tran Duy Hung, jefe del Departamento de Virus y Parásitos del Hospital Central de Enfermedades Tropicales, el historial médico de ambos pacientes mostró que el entorno de vida y los hábitos de comida y bebida juegan un papel importante en la transmisión de la enfermedad.
En los dos pacientes mencionados, los abscesos medían hasta 38 x 26 mm y estaban dispersos por todo el hígado. Si no se tratan a tiempo, pueden causar diversas consecuencias peligrosas. Por ejemplo, infección secundaria (infección abdominal si el absceso se rompe en el abdomen); sepsis (si las bacterias del absceso se propagan a la sangre); insuficiencia hepática (insuficiencia multiorgánica si el daño hepático es grave y prolongado).
Para prevenir infecciones parasitarias, el Dr. Hung recomienda que las personas presten atención a comer alimentos cocinados, beber agua hervida, lavarse las manos antes de comer y, especialmente, limitar el consumo de alimentos crudos como verduras crudas, ensalada de pescado crudo, carne agria... Si usa verduras crudas, debe lavarlas bien con agua limpia y enjuagarlas con agua corriente.
Además, es fundamental desparasitar regularmente cada 6 meses para reducir el riesgo de infección parasitaria. En particular, es importante mantener la higiene personal, como lavarse las manos antes de comer, después de ir al baño o de entrar en contacto con la tierra. En familias con perros y gatos, es necesario desparasitar periódicamente a las mascotas para prevenir el riesgo de infección.
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Fuente: https://kinhtedothi.vn/thoi-quen-an-goi-rau-song-nhieu-benh-nhan-nhiem-ky-sinh-trung.html
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