En la mañana del 30 de mayo, la capital rusa, Moscú, y sus alrededores fueron blanco de inusuales ataques con vehículos aéreos no tripulados (VANT).
| Moscú y sus alrededores fueron blanco de ataques con drones el 30 de mayo. (Fuente: TASS) |
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobyanin, declaró que, como consecuencia del ataque con drones contra la ciudad, algunos edificios sufrieron daños leves, pero nadie resultó gravemente herido. Los aeropuertos de Vnukovo, Domodedovo y Zhukovsky, en la región de Moscú, operan con normalidad.
Según el gobernador de la región de Moscú, Andrei Vorobyov, varios drones fueron derribados cuando se aproximaban a la capital. Residentes de Odintsovo, Nemchinovka y Barvikha reportaron explosiones. Además, testigos vieron drones volando desde Nueva Riga hacia Moscú.
El Ministerio de Defensa ruso acusó a Ucrania de perpetrar el ataque.
“Todos los drones enemigos fueron derribados. Tres de ellos, controlados por sistemas de guerra electrónica, perdieron el control y se desviaron del objetivo establecido. Cinco drones fueron derribados por sistemas de misiles antiaéreos Pantsir-S y artillería en los suburbios de Moscú”, informó el ministerio en un comunicado.
Kiev aún no ha respondido a las acusaciones.
Ese mismo día, la agencia de noticias Russia Today citó un vídeo de testigos que afirmaban que uno de los drones que atacaron Moscú era un UJ-22 Airborne. Se trata de un dron de ataque fabricado en Ucrania.
El UJ-22 Airborne puede utilizarse para reconocimiento, transporte de carga o como UAV kamikaze si transporta munición o explosivos.
Este dron puede volar a una altitud de hasta 6000 m a una velocidad máxima de 160 km/h. Su alcance máximo es de 800 km y se controla desde tierra. El dispositivo está equipado con un motor de gasolina de dos tiempos y un fuselaje aerodinámico clásico.
Mientras tanto, según un sitio web militar ruso, los UAV descubiertos en territorio ruso son pequeños UAV suicidas con un alcance operativo de 300-400 km, aproximadamente la distancia desde la frontera con Ucrania hasta el área donde fueron vistos.
A primera vista, estos drones son pequeños y están bien ensamblados, lo que sugiere que su producción no se llevó a cabo en un taller clandestino, sino a gran escala, posiblemente en lotes. En otras palabras, podría tratarse del resultado de una producción en masa o de una prueba de preproducción.
Se prevé que estos pequeños vehículos aéreos no tripulados (UAV) cuesten solo entre 3.000 y 5.000 dólares, por lo que podrán producirse a gran escala.
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