Tam Giang se considera la laguna de agua salobre más grande del sudeste asiático. En esta zona de agua salobre, los árboles de té crecen y se desarrollan bien, ocupando el 90% de la superficie forestal.
Por eso, esta zona recibió el nombre rústico de Ru Cha, ya que los lugareños llaman al bosque «ru». En primavera y verano, el frondoso bosque de té verde cubre una superficie de aproximadamente 5 hectáreas de manglar. 
La frescura y la agradable brisa son la primera sensación al llegar. En otoño, los colores cambiantes de las flores y las hojas convierten a Ru Cha en uno de los destinos más románticos de Hue . Si desea experimentar la belleza agreste y sumergirse en el encantador paisaje dorado del otoño, visite Ru Cha entre finales de septiembre y octubre.
En esta época, el bosque primigenio se llena de los colores amarillos y rojos de las flores y las hojas, y reina una atmósfera de paz propia de un lugar con poca afluencia turística . Los visitantes pueden pasear por el sendero que serpentea bajo la sombra de los árboles de té entrelazados, admirando las hojas y los destellos del sol, que hacen que el paisaje otoñal sea aún más espléndido. 
La forma más popular de visitar Ru Cha es sentarse en una pequeña barca de madera y deslizarse entre los densos grupos de árboles de té. Cuanto más te adentras, más encantador se vuelve el paisaje otoñal, con su suave esplendor y su atmósfera tranquila.
Quizás solo puedas oír los pájaros y ver las sombras de los peces que aparecen y desaparecen bajo el agua porque Ru Cha alberga miles de especies de animales y plantas.
El viento soplaba suavemente, haciendo susurrar las hojas.
El trinar de los pájaros, los sonidos de los insectos y los animales acuáticos crean una armonía serena que aún refleja la intensa vitalidad del bosque. En ocasiones, los visitantes también pueden observar a los lugareños pescando.

La protección y el mantenimiento del rico ecosistema de Ru Cha ha creado una abundante fuente de productos acuáticos para los residentes locales.
Si bien en el pasado pocas personas conocían Ru Cha, en los últimos años, su paisaje dorado de otoño ha cautivado a los fotógrafos, provocando que las imágenes de este lugar se difundan ampliamente y que cada vez más personas lo visiten. 
Las carreteras han sido mejoradas y renovadas, y se ha construido una pequeña torre de observación para que los visitantes puedan contemplar la vista panorámica de Ru Cha desde lo alto. Cada amanecer o atardecer es un verdadero espectáculo para la vista: Ru Cha se extiende a lo lejos como una alfombra dorada, con cada tonalidad de sus hojas amarillas cambiando al ritmo de la luz del sol.
Revista Heritage






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