Después de que Trump aumentara los aranceles de importación al 145 % para los productos chinos y Pekín respondiera con aranceles del 125 % para los productos estadounidenses, ambas partes llegaron a un acuerdo en Ginebra. En concreto, acordaron reducir los aranceles en 115 puntos porcentuales en un plazo de 90 días a partir del 12 de mayo.
Sin embargo, el arancel estadounidense del 30% sobre todos los productos chinos sigue vigente, y Pekín también mantiene un arancel del 10% sobre los productos estadounidenses. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, admitió que las negociaciones se han estancado y que se necesita una llamada telefónica directa entre Trump y el presidente Xi Jinping para superar el estancamiento.

El 12 de mayo, Estados Unidos y China acordaron suspender los aranceles sobre los productos de cada uno durante 90 días (Foto: Reuters).
EE.UU. abre el frente tecnológico: Huawei y el “asedio” a los chips de IA
Inmediatamente después de alcanzarse el acuerdo arancelario, el Departamento de Comercio de EE. UU. advirtió a las empresas tecnológicas contra el uso de chips Ascend de Huawei, un importante rival de Nvidia en el campo de la IA. Washington afirmó que estos chips podrían estar desarrollados con tecnología que viola la prohibición estadounidense de exportación.
Sin detenerse ahí, Estados Unidos ha pedido a las tres mayores empresas de software de diseño de chips, Cadence, Synopsys y Siemens EDA, que dejen de suministrar tecnología a China. Esto supone un golpe directo al ecosistema de semiconductores que Pekín intenta construir.
La prohibición no se limita a la IA, sino que también afecta las ambiciones aeroespaciales de China. En concreto, el programa del avión comercial C919, pilar de su estrategia de autonomía del transporte aéreo, podría verse en peligro debido a la falta de componentes electrónicos.
Christopher Johnson, exanalista de la CIA sobre China, advirtió que las acciones inconsistentes de Estados Unidos "pusieron de manifiesto la fragilidad del acuerdo de Ginebra". No descartó la posibilidad de que el alto el fuego se desmoronara antes del plazo de 90 días.
Minerales de tierras raras: moneda de cambio
Otro elemento importante en la tensión entre Estados Unidos y China son los minerales de tierras raras, ingredientes indispensables en industrias de vanguardia como la defensa, la atención médica , los vehículos eléctricos y la alta tecnología.
A pesar de representar el 90% de la capacidad de procesamiento de tierras raras del mundo, China recientemente restringió sus exportaciones en respuesta a los aranceles del “Día de la Liberación” anunciados por el Sr. Trump.
Esto generó perturbaciones inmediatas en la cadena de suministro. La planta de Ford en Chicago se vio obligada a cerrar temporalmente debido a la escasez de imanes de tierras raras, componentes esenciales de los sistemas de dirección, frenos y control de los vehículos, especialmente de los autónomos.
Los funcionarios estadounidenses esperaban que el acuerdo de Ginebra aliviara las restricciones, pero Pekín hasta el momento no ha dado señales de ceder. Al contrario, los controles a las exportaciones podrían otorgar a China mayor poder de negociación en futuras rondas de negociaciones.
Detrás de la tregua temporal, las medidas estadounidenses revelan una estrategia a largo plazo para restringir el acceso de China a recursos esenciales para la innovación tecnológica, desde equipos (software de diseño de chips) hasta materias primas (tierras raras).
China, a pesar de la presión arancelaria, aún cuenta con numerosas ventajas estratégicas. Gracias a su papel dominante en el procesamiento de tierras raras y el ecosistema de fabricación de tecnología, Pekín está bien posicionado para responder si las negociaciones continúan estancadas.
Fuente: https://dantri.com.vn/kinh-doanh/thuong-mai-my-trung-thue-quan-ha-nhiet-cong-nghe-nong-len-20250601223724117.htm
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