El sector educativo debe mirar directamente estas deficiencias para prepararse para una temporada de admisiones de 2026 más justa y transparente, en línea con los requisitos de la Resolución 71 del Politburó , que es "Construir un proyecto para innovar las admisiones universitarias en la dirección de evaluar adecuadamente las habilidades de los estudiantes".
Los problemas pendientes de la temporada de admisiones de 2025 se pueden resumir en algunos puntos.
El primero es la situación de las puntuaciones de referencia virtuales: muchas carreras alcanzaron entre 29 y 30 puntos, un umbral desorbitado que crea una sensación de imposibilidad. El segundo es la explosión de deseos: cada candidato registra un promedio de casi diez deseos, lo que sobrecarga el sistema.
En tercer lugar, la conversión de puntuaciones de exámenes, transcripciones, certificados de idiomas extranjeros y evaluaciones de competencias es demasiado arbitraria y carece de estándares, lo que da como resultado la misma capacidad, pero los candidatos pueden diferir en algunos puntos simplemente por elegir métodos diferentes. En cuarto lugar, las combinaciones de admisión se superponen; muchas carreras permiten hasta una docena de combinaciones, lo que hace que las puntuaciones pierdan su valor comparativo.
Como resultado, muchos estudiantes fracasan a pesar de estudiar seriamente, mientras que aquellos que eligen el "nicho" adecuado se benefician...
Si se considera desde el punto de vista de la Resolución 71, es evidente que los resultados recientes muestran que el objetivo de matrícula se ha desviado de la meta. La Resolución exige una evaluación adecuada de las capacidades de los estudiantes, lo que significa que la matrícula no puede convertirse en una carrera por las calificaciones.
Convertir los certificados de idiomas extranjeros en puntuaciones de admisión o añadir excesivamente puntos de prioridad ha distorsionado las capacidades reales. La competencia en idiomas extranjeros debería determinarse mediante estándares de rendimiento durante el proceso de formación, y no debería ser un requisito para sumar puntos al ingreso, dando a la opinión pública motivos para criticar.
Otro problema es la combinación de carreras. Cuando una especialización permite demasiadas combinaciones, desde Matemáticas, Física y Química hasta Literatura, Historia y Geografía, o incluso combinaciones con asignaturas de aptitud, las calificaciones ya no reflejan la verdadera capacidad del estudiante. Muchas instituciones amplían la combinación sin una base científica para seleccionar al estudiante adecuado, pero el objetivo principal es cubrir el cupo.
Si no se controla, esta situación convertirá el proceso de admisión en un caos, donde las puntuaciones altas no son necesariamente apropiadas. Por lo tanto, deben establecerse límites claros: cada especialización solo debe tener una o dos combinaciones, en función de los requisitos específicos de la especialización.
Además, la admisión no puede basarse únicamente en exámenes de opción múltiple o expedientes académicos, sino que debe combinar otros métodos como entrevistas, ensayos y la evaluación de registros de actividades para garantizar una evaluación integral de las habilidades y cualidades. En el mundo , muchas universidades han aplicado este método, evaluando tanto el pensamiento crítico como las habilidades de comunicación, y evitando que los estudiantes solo practiquen para los exámenes. Esta es también una forma de cumplir con los requisitos de la Resolución 71, ayudando a reconocer las habilidades integrales en lugar de solo las calificaciones.
Las deficiencias mencionadas requieren que el Ministerio de Educación y Formación se centre en el desarrollo de un plan viable y eficaz para el período de matriculación de 2026. En primer lugar, deben buscarse soluciones para reducir las deficiencias en el período de matriculación de 2025, estandarizar y simplificar los métodos de matriculación, optimizar la conversión y la acumulación de puntos de idiomas extranjeros, y aumentar la aplicación de las tecnologías de la información.
Otro aspecto importante es que la admisión a la universidad no puede separarse del examen de graduación de la escuela secundaria. Por lo tanto, este examen debe evaluarse y estandarizarse; el número de exámenes de graduación y admisión debe determinarse de manera que sea lo suficientemente amplio como para evaluar adecuadamente la capacidad de admisión, evitando al mismo tiempo las consecuencias de un aprendizaje desequilibrado.
La Resolución 71 ha proporcionado una dirección clara. Lo que el sector educativo necesita hacer ahora no es solo realizar ajustes técnicos para el período de admisión de 2026, sino también estar decidido a reconstruir todo el proceso, priorizando la calidad y la capacidad real de los candidatos. Solo cuando las admisiones vuelvan a su objetivo correcto de atender a los estudiantes y las necesidades de formación de la sociedad, podremos construir un sistema de educación superior justo, transparente y sostenible.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/trong-nang-luc-trong-tuyen-sinh-dai-hoc-post814241.html
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