13:31, 08/03/2023
Un golpe de Estado en un país africano pobre no es algo inédito, pero el contexto geopolítico actual le confiere importancia mundial.
El ejército nigerino ha derrocado al gobierno mediante un golpe de Estado, allanando el camino para una nueva confrontación con Occidente. Níger se encuentra en una situación similar a la de la mayoría de los países de África Occidental, donde Francia utiliza su tradicional influencia en la región para seguir utilizando su poder financiero y militar e interferir en los asuntos internos de los países de África Occidental.
Por esa razón, los golpes de Estado se han vuelto más frecuentes ya que algunos manifestantes buscan exigir la retirada de Francia y buscan atraer a Rusia más profundamente a la región, según el analista político Timur Fomenko en RT.
En el nuevo entorno geopolítico, las naciones africanas cuentan ahora con mayor espacio político y opciones para reducir gradualmente la influencia occidental. Níger, un país sin litoral, empobrecido y devastado por la guerra, aunque rico en materias primas, se perfila como una nueva frontera.
Durante la era unipolar de Estados Unidos, los países africanos se encontraban atrapados en la vorágine de Occidente. Pobres, desesperados e inestables, muchos países africanos se vieron obligados a depender de las antiguas potencias coloniales y de Estados Unidos para obtener diversas formas de apoyo.
Manifestantes nigerinos se congregan frente a la Embajada de Francia en Niamey el 30 de julio. Foto: AFP |
Esto es especialmente cierto durante la "guerra contra el terrorismo", cuando grupos armados islamistas radicales amenazan la seguridad de la población en países africanos. Fuerzas especiales francesas y estadounidenses se han desplegado para combatir el terrorismo en países de África Occidental, siendo el ejemplo más evidente el terrible secuestro en un hotel de Mali en 2015.
Sin embargo, este apoyo, ya sea financiero o militar, se obtiene a costa de obligar a las naciones africanas a cumplir con los términos y condiciones ideológicos occidentales, una forma de neocolonialismo.
Pero el mundo ha cambiado. El telón de fondo de la guerra contra el terrorismo ha terminado, y en su lugar se ha creado un entorno geopolítico definido por la feroz competencia entre las grandes potencias —principalmente Estados Unidos y sus aliados— contra rivales como China y Rusia.
Este entorno significa que los estados africanos ahora tienen otras “opciones” que apoyar, lo que les permite maximizar su propia autonomía y espacio político en lugar de satisfacer las condiciones ideológicas occidentales.
Prueba de ello es que, según se informa, los países africanos recurren cada vez más a los servicios del grupo militar privado ruso Wagner para cuestiones de seguridad en lugar del apoyo de Occidente, mientras que la iniciativa del Cinturón y la Ruta de China también significa que los países africanos ya no pueden ser “mimados” por organizaciones como el FMI.
En ese contexto, siendo los militares los actores políticos más fuertes en países inestables como Níger, la oportunidad que tienen de mantener el poder y estar protegidos de la contención occidental también se debe a que, en este sistema internacional, Estados Unidos ya no puede llevar a cabo una intervención militar unilateral directa.
Esto también se refleja en la forma en que los gobiernos y ejércitos de la región han aprovechado la reacción antifrancesa en África Occidental para intentar contrarrestar la presencia neocolonial. En menos de un año, las tropas francesas fueron expulsadas de Malí y Burkina Faso. Es probable que Níger sea el siguiente. Sin embargo, persiste la amenaza de una guerra civil apoyada por Francia.
Si el golpe de Estado en Níger triunfa, es probable que el nuevo gobierno busque estrechar la relación con Rusia, que podría convertirse en un nuevo socio de seguridad mucho más sencillo. China también suele brindar asistencia económica y de infraestructura a los países africanos, así como garantías de no injerencia y apoyo a la soberanía nacional.
Níger también tiene, por supuesto, importancia estratégica. Si bien es fácil desestimarlo como un país sin litoral y empobrecido en medio del desierto, Níger posee importantes recursos naturales, como uranio, carbón, oro, mineral de hierro, estaño, petróleo, molibdeno, sal y yeso. Sus reservas de uranio se encuentran entre las mayores del mundo, lo que lo convierte en un país vital para la energía nuclear.
Por esta razón, Francia no está dispuesta a ceder Níger sin luchar, y podría surgir un posible conflicto indirecto. Si se ven derrotados los intereses occidentales en el país, la pérdida estratégica de Níger en cuanto a los recursos que posee sería enorme, y China probablemente obtendría una ventaja sobre Occidente en el proceso.
Todo esto ha convertido a Níger en una nueva frontera para la competencia entre grandes potencias. Si bien puede parecer normal hablar de golpes de Estado y guerras civiles en África, en realidad estos ocurren en un nuevo entorno geopolítico que los expertos denominan una «nueva Guerra Fría».
Según VNA/Tintuc
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