AN NHIEN (Según Eat This)
Los tomates no solo son un alimento popular y económico, sino que también aportan una gran cantidad de antioxidantes, vitaminas y otros nutrientes esenciales. Aquí tienes 6 beneficios para la salud comprobados científicamente :
+ Ayuda al cuerpo a reponer antioxidantes. Los tomates contienen muchos compuestos vegetales, que son antioxidantes naturales. Añadir más antioxidantes a la dieta ayuda al cuerpo a combatir los radicales libres dañinos, factores que aceleran el proceso de envejecimiento y causan enfermedades peligrosas como el cáncer y las cardiopatías.
El antioxidante más abundante en los tomates es el licopeno, que le da a la fruta su color rojo brillante. Tenga en cuenta que debe consumir los tomates con piel para obtener la mayor cantidad posible de licopeno. Según el American Journal of Clinical Nutrition, consumir grasas (saludables) junto con los tomates ayuda al cuerpo a absorber mejor el licopeno.
Alto consumo de potasio, prevención de enfermedades cardíacas. Además de aportar antioxidantes que pueden prevenir enfermedades cardíacas, los tomates también son ricos en potasio, un nutriente conocido por ayudar a reducir la presión arterial. Según la Revista del Colegio Americano de Cardiología, el consumo de potasio también se asocia con un menor riesgo de accidente cerebrovascular, enfermedades cardíacas y enfermedades coronarias. La Asociación Americana del Corazón afirma que consumir tomates en todas sus formas, desde frutas enteras hasta salsas y jugos, es beneficioso para la salud cardíaca.
+ Reduce el riesgo de daños en la piel debido a los efectos de la luz solar. Según la experta Elena Paravantes, autora del libro "Dieta Mediterránea para Principiantes", los tomates son ricos en carotenoides, un antioxidante especial que ayuda a proteger la piel de los efectos nocivos de la luz solar. Según un estudio publicado en la revista Scientific Reports, el consumo regular de tomates puede ayudar a proteger la piel de las quemaduras solares, reduciendo así el riesgo de tumores cutáneos causados por los rayos UVB.
+ Mejora el estado de ánimo. Comer tomates también puede mejorar el estado de ánimo a largo plazo. Un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders reveló que las personas mayores de 70 años que consumían tomates de 2 a 6 veces por semana tenían un 46 % menos de probabilidades de presentar síntomas de depresión leve o grave que quienes los consumían menos de una vez por semana. Los investigadores creen que los antioxidantes del tomate (incluido el licopeno) son responsables de sus beneficios para el estado de ánimo.
+ Ayuda a absorber el hierro con mayor eficacia. Según la nutricionista Blanca García, el tomate es uno de los alimentos que puede ayudar a aumentar la capacidad de absorber el hierro. Este mineral desempeña un papel fundamental en la formación de hemoglobina y mioglobina, proteínas que ayudan a transportar oxígeno a los músculos y órganos de todo el cuerpo.
Según el Centro Nacional de Información Biotecnológica, la vitamina C, abundante en los tomates, puede aumentar la cantidad de hierro que se consume, almacenándolo en una forma que el cuerpo absorbe más fácilmente. Una taza de tomates aporta casi el 27 % de la ingesta diaria recomendada de vitamina C.
+ Ayuda a que las heridas cicatricen más rápido. Según informes científicos, la vitamina C ayuda a estimular la síntesis de colágeno en la piel. "La vitamina C es necesaria para producir colágeno, una proteína presente en el tejido conectivo que ayuda a cicatrizar las heridas. Un suplemento regular de vitamina C puede ayudar a que el cuerpo sane más rápido cuando se tiene un corte, se está recuperando de una cirugía o tiene lesiones por presión por estar en cama", explica García. De hecho, un estudio publicado en el International Journal of Surgery reveló que la suplementación con vitamina C ayudó a los pacientes hospitalizados a sanar más rápido y mejor.
Sin embargo, los expertos afirman que los tomates también pueden causar síntomas digestivos desagradables en personas con problemas digestivos preexistentes. Por ejemplo, en personas con reflujo ácido, los tomates pueden desencadenar síntomas de la enfermedad, como acidez, hinchazón o indigestión. "Los tomates frescos contienen una gran cantidad de ácidos cítrico y málico, que tienden a aumentar la acidez estomacal. Consumir tomates frescos con regularidad aumenta la producción excesiva de jugos gástricos, lo que puede agravar el reflujo ácido", explica la experta en fitness Nataly Komova. El consejo para quienes padecen reflujo ácido es consumir tomates en pequeñas cantidades y controlar sus síntomas.
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