La digestión comienza en la boca, por lo que es necesario masticar bien los alimentos antes de tragarlos. Masticar bien los alimentos reduce la tensión en el estómago y el resto del tracto digestivo posteriormente.
Debido a los hábitos alimenticios y la presión del tiempo, muchas personas comen rápido, mastican y tragan con prisa, lo que perjudica su salud. Foto ilustrativa.
Los efectos nocivos de comer rápido y masticar apresuradamente para la salud
Si come demasiado rápido o no mastica bien, los trozos grandes de comida pueden causar atragantamiento. Las bacterias intestinales pueden fermentar los alimentos no digeridos, multiplicándose y provocando síntomas de hinchazón, indigestión o estreñimiento.
Además, comer demasiado rápido y no masticar bien puede provocar muchos problemas de salud a largo plazo, alterar el metabolismo provocando obesidad, niveles altos de azúcar en sangre y puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes...
Comer rápido y masticar menos nos lleva a consumir más alimentos y calorías, lo que provoca sobrepeso y obesidad. Comer rápido puede alterar las hormonas intestinales que ayudan a regular el apetito y a indicar la saciedad. Comer rápido también reduce el efecto termogénico de los alimentos: el aumento del metabolismo que se produce después de comer.
Muchos estudios demuestran que las personas que comen rápido tienen un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad. Es importante comprender que el cerebro necesita cierto tiempo para saber que estás lleno. Si comes demasiado rápido, el cerebro no tendrá tiempo de darse cuenta de que estás lleno y te hará comer más de lo que tu cuerpo realmente necesita, por lo que tu cuerpo ganará peso rápidamente.
Los alimentos que entran en la cavidad oral se trituran antes de llegar al estómago. Al masticar bien, los alimentos se trituran y bajan con facilidad, lo que facilita la digestión. El estómago reduce la presión al recibir los alimentos.
Si no se concentra al comer o come demasiado rápido, los alimentos no se procesarán correctamente. En ese momento, una gran cantidad de alimento llega al estómago aún crudo. El estómago debe aumentar sus contracciones y su secreción ácida para digerirlo de nuevo.
La comida y el ácido permanecen más tiempo, lo que puede provocar que el revestimiento del estómago se erosione por el propio ácido gástrico. Si se continúa comiendo rápido, es difícil evitar las úlceras gástricas y duodenales.
Además, no masticar bien y tragar rápidamente hace que los alimentos y el ácido gástrico se precipiten al estómago, lo que fácilmente conduce a trastornos digestivos y otros síntomas como hinchazón, flatulencia, etc. Esto puede aumentar por completo el riesgo de dolor de estómago, úlceras estomacales, lo que provoca dolor abdominal, náuseas o vómitos al comer, etc.
La inflamación erosiva de la mucosa gástrica causa erosiones superficiales o, en ocasiones, úlceras profundas. La enfermedad puede cronificarse fácilmente y ser difícil de curar.
- Síndrome metabólico
La resistencia a la insulina está estrechamente relacionada con el síndrome metabólico, un conjunto de factores que aumentan el riesgo de desarrollar no solo diabetes, sino también enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Las investigaciones demuestran que quienes comen rápido tienen mayor probabilidad de padecer síndrome metabólico que quienes comen despacio.
En particular, muchas personas que comen rápido tienden a tener cinturas anchas y niveles bajos de colesterol HDL (bueno). Estos son dos de los factores de riesgo que conforman el síndrome metabólico y, a menudo, son precursores de enfermedades cardíacas.
- Desconexión de las señales de hambre y saciedad
De hecho, cuando comemos, el estómago tarda unos 20 minutos en avisarle al cerebro que estamos llenos. Comer rápido y con regularidad oscurece las señales naturales de saciedad del cuerpo, lo que nos arriesga a perder el contacto con las señales naturales de hambre y saciedad, lo que a la larga puede llevarnos a comer emocionalmente.
A la hora de comer, siéntate y concéntrate en comer. Evita situaciones que faciliten comer sin prestar atención, como comer mientras trabajas, en el coche, mientras ves la televisión o el teléfono.
Soluciones para limitar la ingesta rápida de alimentos y la masticación y deglución apresuradas
- 1. Mastica lentamente
Una de las maneras más sencillas y efectivas de comer más despacio es masticar los alimentos más a fondo y despacio. Masticar despacio le da al estómago el tiempo suficiente para indicarle al cerebro que está lleno. Esto también es una buena manera de evitar comer en exceso.
- 2. Concéntrese mientras come
A la hora de comer, siéntate y concéntrate en comer. Evita situaciones que te faciliten comer sin prestar atención, como comer en el trabajo, en el coche, viendo la televisión o el teléfono. Concentrarte en comer no solo te ayudará a comer más despacio, sino que también ayudará a tu cuerpo a digerir mejor.
- 3. Comer a tiempo
Es importante programar tus comidas a una hora determinada. Cuando tienes un horario de comidas, es más fácil elegir una lista de alimentos saludables.
Las personas que no tienen un plan de alimentación suelen comer cuando tienen hambre. La mayoría elige alimentos poco saludables como comida rápida, alimentos procesados, etc.
- 4. Bebe un vaso de agua antes de comer.
Quizás hayas oído que beber más agua puede ayudarte a perder peso, y hay algo de cierto en ello. Cuando sentimos hambre, nuestro primer impulso es comer. Puedes reducir el apetito bebiendo agua.
Después de beber agua, tu apetito disminuirá naturalmente. Así podrás comer despacio y comer menos, sintiéndote aún más lleno. Evita las bebidas azucaradas y con muchas calorías.
Dr. Nguyen Xuan
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