El 20 de octubre, el Primer Ministro firmó la Decisión N° 2319/QD-TTg sobre la creación del Comité Directivo Nacional de Datos. Este es un paso importante que supone la transición de la gestión individual a la coordinación unificada, impulsando así la construcción y el aprovechamiento de la infraestructura nacional de datos.
Esto cambia el enfoque del gobierno electrónico, pasando de la “digitalización de procedimientos” a la “gobernanza basada en datos”. Por lo tanto, los datos no son solo una herramienta profesional, sino también la base para que el aparato administrativo funcione según los principios de servicio, transparencia y eficiencia.

Desde los requisitos de conectividad de datos hasta los pasos de institucionalización
Durante la última década, el gobierno electrónico en Vietnam ha pasado por dos fases principales: la digitalización de procesos y la creación de una infraestructura de datos central. Se han creado bases de datos clave, como datos de población, empresas, tierras, seguros, salud y educación , creando gradualmente una "columna vertebral digital" para la administración estatal. Paralelamente, el Portal Nacional de Servicios Públicos y los sistemas electrónicos de ventanilla única en ministerios, sucursales y localidades se han expandido rápidamente, lo que ha generado un marcado aumento en el número de solicitudes en línea y la tasa de liquidación puntual.
Pero ese logro solo refleja la etapa de "adaptación de los procedimientos al entorno digital". Para avanzar hacia la etapa de "Gobierno basado en datos" se requiere una institución lo suficientemente sólida como para unificar estándares, eliminar los obstáculos que impiden el intercambio de datos y garantizar la seguridad y la privacidad. Por lo tanto, la creación del Comité Directivo Nacional de Datos es significativa como mecanismo de coordinación nacional, que clarifica las funciones, las responsabilidades y las formas de conectar sistemas que se construyen en múltiples fases, con numerosos recursos y a distintos niveles.
En realidad, hay una gran cantidad de datos, pero aún están fragmentados. Cada industria tiene un almacén y cada localidad una plataforma con diferentes formatos, convenciones y métodos de gestión. El intercambio de datos aún depende en gran medida de acuerdos bilaterales o procesos de solicitud, lo cual requiere mucho tiempo. Por lo tanto, las personas y las empresas aún tienen que declarar repetidamente información básica al realizar diferentes trámites; los organismos estatales deben comparar manualmente, y las decisiones operativas carecen de actualizaciones en tiempo real.
El Proyecto 06, sobre el desarrollo y la aplicación de datos poblacionales, identificación electrónica y autenticación, ha supuesto un avance técnico al conectar los datos poblacionales con numerosas bases de datos especializadas, depurando, sincronizando y vinculando cada registro a un código de identificación único. Sin embargo, la tecnología es solo la mitad del camino. Para que los datos fluyan de forma continua, útil y segura, es necesario un eje de coordinación institucional que unifique los estándares de datos compartidos, las reglas de compartición, la jerarquía de derechos de acceso y los mecanismos de control de riesgos.

Vietnam tiene un Índice de Desarrollo de Gobierno Electrónico “muy alto”.
El cambio de mentalidad, de una "solicitud y concesión administrativa" a un "servicio administrativo basado en datos", también requiere garantías legales adecuadas. La Ley de Protección de Datos Personales de 2025, vigente desde el 1 de enero de 2026, establece un marco de derechos, obligaciones y responsabilidades en la recopilación, el tratamiento, el almacenamiento y la compartición de datos personales; establece los principios de minimización, finalidades claras, consentimiento informado, rendición de cuentas y sanciones por infracciones.
Una vez establecido el marco legal para la privacidad, se fortalecerá la confianza en la conexión e intercambio de datos entre organismos gubernamentales y entre los sectores público y privado. Dicha confianza es condición indispensable para avanzar hacia una arquitectura de datos unificada, donde «declarar una vez, usar muchas veces» deje de ser un eslogan y se convierta en un principio operativo.
Hacia un gobierno digital
La prioridad de la siguiente fase es conectar los datos de la seguridad social, el conjunto de datos que afectan directamente la vida de las personas. Cuando los datos de la seguridad social, el seguro médico, la educación y el empleo se sincronicen con los datos de población, cualquier cambio de residencia, empleo, estudios y salud se reflejará rápidamente; por lo tanto, se simplificarán los trámites de pago, confirmación, transferencia y traslado escolar.
Los trabajadores migrantes pueden adquirir y renovar su seguro médico y recibir servicios en su lugar de residencia; los niños que se mudan con sus familias a una residencia temporal tienen condiciones más favorables para la admisión escolar cuando el sistema los reconoce mediante códigos de identificación ciudadana; la revisión de políticas y la prevención de abusos se realizan mediante un mecanismo de coincidencia automática en lugar de la verificación manual. Cuando los datos de salud, seguros y educación se conectan con los datos de población, el proceso de formulación de políticas sociales se vuelve más preciso, actualizado y humano, garantizando que nadie se quede atrás en el proceso de transformación digital.
En términos más generales, la conectividad de datos no solo beneficia a la administración pública, sino que también sienta las bases para servicios sociales inteligentes. Los sistemas de gestión de la población, transporte, sanidad, educación y empleo, al estar conectados, ayudarán a prever las necesidades de la población, planificar escuelas, hospitales, infraestructura urbana y recursos humanos. Este es el factor que convierte los datos de un "recurso estático" en una "fuente de energía viva", impulsando el desarrollo del gobierno digital.
Para que los datos se conviertan realmente en la plataforma operativa del gobierno electrónico, la infraestructura nacional de datos debe construirse sincronizadamente sobre tres pilares. En primer lugar, un estándar de datos común que permita a todos los sistemas, ya sean de ministerios, oficinas o localidades, comunicarse entre sí, garantizando así que los datos se intercambien, comprendan y utilicen de forma coherente. A continuación, se encuentra un estándar de intercambio y seguridad que defina claramente el alcance del acceso, el mecanismo de autorización, los registros de explotación y las responsabilidades de seguridad en cada etapa de la operación. Y, por último, pero no menos importante, un estándar para los recursos humanos de datos: un equipo de arquitectos de datos, ingenieros de integración, analistas y administradores de seguridad de la información con la capacidad suficiente para mantener, proteger y explotar eficazmente toda la infraestructura.
A nivel local, la brecha en la capacidad operativa aún es evidente. Por lo tanto, es necesario considerar con anticipación mecanismos de capacitación in situ, la participación de expertos en clústeres, la contratación competitiva de puestos de "funcionarios de datos" y las alianzas público-privadas para la capacitación y la transferencia de tecnología, junto con criterios de evaluación basados en el nivel de explotación de datos en el desempeño del servicio público. La infraestructura técnica, desde centros de datos, plataformas de integración e intercambio, computación en la nube, líneas de transmisión dedicadas hasta mecanismos de respaldo y recuperación ante desastres, debe invertirse de acuerdo con los estándares de seguridad, disponibilidad y escalabilidad.
Muchas unidades aún mantienen el modelo de servidor local, que resulta costoso y dificulta garantizar la seguridad. Migrar a una plataforma compartida, aprovechar los centros de datos nacionales, aplicar una arquitectura de microservicios y estándares de API será más económico, flexible y seguro.
En esa infraestructura, los sistemas de análisis de datos que prestan servicios operativos, desde la previsión demográfica hasta la planificación escolar y hospitalaria; los datos de tráfico en tiempo real para reorganizar rutas; y el análisis del mercado laboral para apoyar la capacitación y la conexión laboral, tienen las condiciones para ser promovidos. El papel del Comité Directivo Nacional de Datos en este contexto es claro: no reemplazar la técnica, sino ejercer la coordinación adecuada, planificar, unificar estándares, supervisar el progreso de la interconexión, organizar inspecciones independientes de la calidad de los datos y el nivel de explotación en el desempeño de los servicios públicos.
Una vez establecido el mecanismo de coordinación, establecido el marco legal para la protección de la privacidad y establecida la plataforma universal de identificación electrónica, la tarea de todo el sistema es perseverar en el largo camino de la estandarización, la interconexión y la explotación, con una estricta disciplina de datos, recursos humanos sólidos e infraestructura segura. El objetivo final permanece inalterado: ubicar los datos en el lugar correcto, brindar un mejor servicio a las personas, ayudar a tomar decisiones más precisas y lograr una mayor agilidad y transparencia en el sistema.
A partir de la base de los datos nacionales, el gobierno electrónico entra en una nueva etapa de desarrollo, donde los datos se convierten en el sistema nervioso central de todo el aparato administrativo. El siguiente paso de este proceso debe ser convertir los datos en una fuerza de servicio, para que cada política y cada servicio público reflejen con precisión las necesidades prácticas y busquen la satisfacción de la ciudadanía, la máxima expresión de una administración de servicio.
(Continuará)
Fuente: https://baovanhoa.vn/nhip-song-so/bai-1-nen-mong-cho-chinh-phu-so-177671.html






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