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Las tormentas e inundaciones cambian la forma en que celebramos el Día del Maestro.

Normalmente, en el Día del Maestro en Vietnam, el 20 de noviembre, se ven ramos de flores en los escritorios de los profesores. Pero este año, en muchas escuelas, no hay flores.

Báo Thanh niênBáo Thanh niên17/11/2025

En su lugar, se publican breves anuncios: «No se aceptan flores, por favor, hagan donaciones a las víctimas de las inundaciones». Esto no es solo una decisión administrativa, sino un signo de un cambio más profundo cuando los desastres naturales nos obligan a reconsiderar cómo mostrar gratitud en el Día del Maestro, cuando las circunstancias transforman los valores.

Bão lũ thay đổi cách tri ân ngày Nhà giáo - Ảnh 1.

Profesores y alumnos de escuelas de la ciudad de Da Nang donan material escolar a estudiantes de las zonas propensas a inundaciones de Da Nang.

Foto: Ngoc Han

Redefiniendo el significado de la gratitud

El año 2025 aún no ha terminado, pero ya se perfila como uno de los años con mayor número de desastres naturales en la historia reciente. A principios de noviembre, se habían registrado 19 ciclones tropicales en el Mar del Este, incluyendo 14 tormentas y 5 depresiones tropicales. Esta cifra supera con creces el promedio de muchos años, que se sitúa entre 12 y 13 tormentas. En todo el país se han registrado 20 tipos de desastres naturales, con una frecuencia y una intensidad notables, y numerosos factores inusuales. El patrón de tormentas también se ha visto alterado: la primera tormenta de la temporada azota la región central, mientras que la última se dirige directamente al norte, un fenómeno que rara vez se observa en décadas.

No se trata solo de una estadística, sino del dolor real de millones de personas. Según el viceministro de Agricultura y Medio Ambiente, Nguyen Hoang Hiep, existen desastres naturales que superan la capacidad de resistencia de muchos grupos de personas, especialmente de las más vulnerables. En este contexto, la decisión de las escuelas de no aceptar flores con motivo del Día del Maestro en Vietnam, el 20 de noviembre, cobra aún mayor relevancia.

El Departamento de Educación y Formación de la Ciudad de Ho Chi Minh emitió un documento solicitando a las unidades educativas que no organizaran recepciones ni aceptaran flores o regalos con motivo del 20 de noviembre. En respuesta a esta política, la Universidad de Educación de la Ciudad de Ho Chi Minh, la Universidad de Saigón, la Universidad de Medicina Pham Ngoc Thach y numerosos institutos de enseñanza secundaria de la ciudad anunciaron que no aceptarían flores ni invitarían a nadie, y solicitaron la transferencia de fondos de agradecimiento para apoyar a estudiantes y docentes en las zonas afectadas por las inundaciones. Escuelas en otras provincias y ciudades, como Da Nang y Dong Nai, también han adoptado la política de no aceptar flores en el Día del Maestro, sino de realizar acciones para mostrar agradecimiento a docentes y estudiantes en las zonas afectadas por las inundaciones.

Pero esto no supone un rechazo a la tradición de la gratitud. Al contrario, es una forma de expresarla a un nivel superior. Cuando la Universidad Pedagógica solicita que se destinen fondos para flores y regalos a donaciones para las Casas del Pañuelo Rojo, destinadas a estudiantes de escasos recursos, o a piscinas móviles para enseñar técnicas de prevención de ahogamientos, la institución redefine el significado de la gratitud. No se trata solo de sentimientos personales hacia los docentes, sino también de responsabilidad hacia la comunidad, que es lo que los maestros siempre inculcan.

Bão lũ thay đổi cách tri ân ngày Nhà giáo - Ảnh 2.

Hay voluntarios presentes en las escuelas inundadas de la ciudad de Da Nang para limpiar el lodo.

Foto: Huy Dat

Lo interesante es que este cambio refleja una sutil conciencia de la situación. En un momento en que muchos pierden sus hogares y seres queridos, mantener rituales ostentosos puede parecer ajeno a la realidad. No es que no apreciemos a nuestros maestros, sino que, precisamente por apreciarlos, pues nos enseñaron la compasión, debemos demostrarla compartiendo con los menos afortunados.

Cuando los estudiantes se unen a los maestros para apoyar a las víctimas de las inundaciones, también es una forma de expresar gratitud. No se trata de abandonar el ritual, sino de elevar su significado a un nivel superior, trascendiendo lo individual para convertirse en comunitario y transformando la forma en valor. Sin embargo, es importante que no convirtamos el rechazo a las flores en una regla rígida ni en una moda pasajera. Cada año, cada situación puede requerir respuestas diferentes. En años más pacíficos, cuando los agricultores tienen una vida estable, comprar flores para mostrar gratitud a los maestros sigue siendo un gesto hermoso y significativo.

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Militares y tropas de choque, junto con profesores de Quang Tri, limpiaron las aulas para recibir a los estudiantes tras la inundación.

Foto: Thanh Loc

Otro matiz de "sin flores"

La imagen de la gratitud no puede ser monocromática. Detrás de estas nobles decisiones subyace una realidad poco conocida: los floricultores también sufren las consecuencias de los desastres naturales. En 2023, la industria florícola vietnamita alcanzó un valor de 45 billones de VND, con una superficie cultivada de aproximadamente 36.000 hectáreas. El Día del Maestro en Vietnam, el 20 de noviembre, es una de las fechas más importantes del año para el consumo de flores. Sin embargo, este año, los floricultores se enfrentan a un doble desafío. Por un lado, muchos jardines florales resultaron dañados por las tormentas y, por otro, la demanda de flores ha disminuido drásticamente debido a la política de no aceptar flores.

Las políticas humanitarias dirigidas a las víctimas de las inundaciones han generado involuntariamente una mayor presión sobre otro grupo de trabajadores que también se ven afectados por los desastres naturales.

Sin embargo, el problema no radica en si la decisión es correcta o incorrecta, sino en si comprendemos todas las facetas del problema. Los floricultores no son personas que se benefician de la temporada; son agricultores de verdad, con familias e hijos que van a la escuela. Al hablar de empatía hacia las personas afectadas por las inundaciones, ¿acaso no deberíamos compadecernos más de quienes pierden su mercado de consumo?

Lo que necesitamos es un enfoque más equilibrado. Podemos apoyar a los floricultores para que destinen parte de su producción a proyectos comunitarios. Podemos conectar a escuelas y floricultores para que participen en actividades benéficas, tanto para asegurar el sustento de los agricultores como para contribuir al bienestar de la comunidad. Podemos fomentar la compra de flores de zonas menos afectadas por desastres naturales, como muestra de agradecimiento a los docentes y para apoyar la economía rural. Y, sobre todo, debemos recordar que las buenas políticas no son perfectas para todos, sino que buscan minimizar las pérdidas y maximizar los beneficios para la mayoría. Asimismo, existen soluciones de apoyo para quienes se ven perjudicados.

Las circunstancias de este año han modificado la forma en que expresamos nuestra gratitud a nuestros maestros en el Día del Maestro en Vietnam, el 20 de noviembre. Pero quizás este cambio no disminuye el significado de la festividad, sino que, por el contrario, resalta sus valores esenciales. Es decir, la gratitud no se mide con flores ni regalos, sino con el corazón y las acciones. Y, aún más importante, con la capacidad de ver y comprender con la suficiente amplitud como para que nadie quede excluido.

Lecciones que los profesores imparten a los alumnos: adaptabilidad, empatía y espíritu de equipo

El año 2025 será recordado no solo por el número récord de desastres naturales, sino también por nuestra respuesta ante ellos. Cuando los desastres naturales superan la capacidad de resistencia humana, nos obligan a replantearnos qué es verdaderamente importante. En el Día del Maestro en Vietnam, el 20 de noviembre, la mayor lección que los docentes imparten a los estudiantes y a la sociedad, una lección que no se encuentra en los libros de texto, es la adaptabilidad, la empatía y la solidaridad. Se trata de saber mirar más allá de uno mismo para comprender las dificultades de los demás. Se trata de tener el valor de cambiar cuando sea necesario, por muy arraigada que esté la tradición.

Pero no olvidemos que en toda decisión noble siempre hay personas que sufren las consecuencias. La verdadera empatía se manifiesta al considerar a todas las personas afectadas, no solo a quienes viven en las zonas inundadas, sino también a los floricultores, los comerciantes de flores y a quienes dependen de las fiestas para su sustento.



Fuente: https://thanhnien.vn/bao-lu-thay-doi-cach-tri-an-ngay-nha-giao-18525111716443378.htm


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