![]() |
Messi con la camiseta de Argentina. |
La AFINalissima debería haber sido el escenario para celebrar la cumbre del fútbol mundial : Argentina, campeona del Mundial y la Copa América, enfrentándose a España, campeona de la Eurocopa. Pero antes de que el balón empezara a rodar, el fútbol argentino se vio envuelto en una batalla diferente, mucho más intensa y dolorosa: la crisis de confianza conocida como la AFA.
La investigación judicial contra la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) ya no es solo un rumor. Los allanamientos, el descubrimiento de registros de transacciones inusuales y, especialmente, la incautación de docenas de autos de lujo en una residencia vinculada al presidente Chiqui Tapia y al tesorero Pablo Toviggino han dañado gravemente la imagen de la AFA. Ferraris, Porsches, Audi R8 y Mustang Mach 1 no son solo bienes de lujo; simbolizan una pregunta más amplia: ¿adónde va el dinero del fútbol argentino?
Durante muchos años, la AFA se ha alimentado de la gloria de Messi, la victoria en el Mundial de 2022 y una inusual generación dorada. Pero esa gloria ya no basta para ocultar las fallas en su gobernanza. Cuando se registran enormes activos a nombre de una empresa cuyo propietario se considera financieramente incompetente, la sospecha ya no se limita a la "mala gestión", sino que ha llegado al límite del abuso de poder.
Las consecuencias de este escándalo no se limitan a la sala de investigación. Afecta directamente al vestuario del equipo. La relación entre la directiva de la AFA, los jugadores y el cuerpo técnico es extremadamente tensa. Las controversias sobre las primas, los beneficios de los partidos amistosos e incluso la Finalísima revelan una ironía paradójica: el equipo da gloria a la nación, pero se siente excluido de la fiesta.
El hecho de que la Finalísima aún no se haya concretado es una consecuencia inevitable. La UEFA, la CONMEBOL y la Federación Española de Fútbol no pueden ignorar a un socio sumido en una crisis legal. En el fútbol de élite, la reputación es tan importante como los logros.
Argentina sigue siendo campeona del mundo. Pero si la AFA no aclara pronto estos asuntos ocultos, ese título se volverá cada vez más irrelevante. La Finalísima, en lugar de ser una celebración del fútbol, se está convirtiendo en una prueba de la transparencia y la integridad de una nación futbolística que antaño fue admirada.
Fuente: https://znews.vn/be-boi-lam-lu-mo-vinh-quang-cua-argentina-post1611193.html







Kommentar (0)