La Casa Blanca en Washington, D.C., EE. UU. Foto: THX/TTXVN
El riesgo de un cierre parcial del gobierno de Estados Unidos a partir del 1 de octubre está aumentando a medida que los legisladores demócratas y republicanos continúan estancados en las negociaciones presupuestarias, lo que aumenta las preocupaciones sobre la reacción en cadena sobre la economía , los mercados financieros y la vida de las personas.
* Estancamiento político y riesgo de despidos masivos
La disputa presupuestaria surge en medio de profundos desacuerdos entre el presidente Donald Trump y los demócratas sobre el gasto federal. Los republicanos están decididos a aprobar un paquete de gasto temporal de siete semanas sin condiciones, mientras que los demócratas quieren que esté vinculado a prioridades como la protección del programa de beneficios de salud de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), que Trump ha criticado reiteradamente. Una reunión reciente entre el presidente y los líderes demócratas del Congreso fracasó debido a diferencias irreconciliables.
A medida que se acerca la fecha límite del 30 de septiembre, la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) ha enviado un memorando interno instando a las agencias federales a prepararse para despidos masivos si el gobierno se ve obligado a cerrar. Esto representa un cambio importante con respecto a cierres anteriores, cuando los empleados solían ser suspendidos y luego se les pagaba el sueldo tras la aprobación del presupuesto. No está claro si la administración continuará con esta política esta vez.
* Shock en los mercados financieros
En general, los mercados han reaccionado mal a los cierres gubernamentales en el pasado. Pero esta vez podría ser diferente. Los analistas de Nomura advierten que un cierre parcial prolongado del gobierno federal paralizaría a los reguladores financieros y retrasaría o cancelaría informes económicos clave, como los datos mensuales de empleo e inflación. Los analistas afirman que esto dificultaría que la Reserva Federal evaluara con precisión el estado de la economía y podría obligarla a mantener la política monetaria actual durante más tiempo del previsto.
La incapacidad de los inversores para calcular con precisión el ritmo de la desaceleración económica podría provocar una fuerte volatilidad en el mercado de bonos, según un análisis de TD Securities. Los rendimientos de los bonos del Tesoro podrían seguir subiendo a medida que se fortalecen las expectativas de recortes de tipos, ampliando la brecha entre los rendimientos a corto y largo plazo.
Un cierre gubernamental prolongado también podría perturbar transacciones financieras complejas y dificultar la planificación de ofertas públicas iniciales (OPI) para las empresas, ya que las aprobaciones en la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) se retrasarían, lo que podría desacelerar la recuperación de los mercados de valores, que recientemente han estado en auge.
* ¿Qué agencias y servicios están afectados?
Sin un presupuesto, todas las agencias y servicios federales no considerados "esenciales" quedarían cerrados. Los reguladores financieros, como la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC), quedarían reducidos a un mínimo indispensable de personal, lo que suspendería la vigilancia del mercado, la investigación de conductas indebidas y la aprobación de los informes corporativos.
Mientras tanto, las agencias que no dependen de las asignaciones del Congreso, como los reguladores bancarios y las agencias de protección al consumidor, seguirán operando. Servicios esenciales como el sistema postal, Medicare y Medicaid, el Seguro Social y el control del tráfico aéreo también seguirán funcionando. El Seguro Social, que pagará 1,6 billones de dólares a 72 millones de beneficiarios este año, no se interrumpirá por ser un programa obligatorio. Casi 71 millones de personas inscritas en Medicaid y 69 millones en Medicare también seguirán recibiendo beneficios.
Las aerolíneas siguen operando, aunque sus empleados podrían tener que trabajar sin sueldo. La Asociación de Viajes de Estados Unidos estima que la economía turística podría perder alrededor de mil millones de dólares semanales debido a las interrupciones de vuelos y trenes, así como al cierre de parques y museos. El programa de asistencia alimentaria SNAP también se considera gasto obligatorio, pero podría verse afectado si el cierre se prolonga, ya que el Departamento de Agricultura tiene un límite de 30 días para recibir pagos.
En cambio, se suspenderán los empleos no esenciales, lo que afectará directamente a miles de empleados federales y millones de residentes. En confinamientos anteriores, muchos parques nacionales cerraron o mantuvieron su actividad a un nivel mínimo gracias a la financiación estatal.
Desde 1977, el gobierno estadounidense ha sufrido un cierre parcial en 21 ocasiones. El cierre parcial más prolongado duró 35 días, del 22 de diciembre de 2018 al 25 de enero de 2019, bajo la presidencia de Trump. El segundo más prolongado fue durante la presidencia de Bill Clinton, con una duración de 21 días, del 16 de diciembre de 1995 al 6 de enero de 1996.
Si este estancamiento continúa, el impacto será más profundo, con varios empleados en riesgo de ser despedidos en lugar de suspendidos temporalmente como antes. Las consecuencias no solo se detendrán en la paralización del aparato federal, sino que también se extenderán a los mercados financieros, la actividad económica y la vida de millones de estadounidenses.
Fuente: https://vtv.vn/be-tac-ngan-sach-day-my-dung-truoc-chuoi-tac-dong-kho-luong-100250926150503153.htm
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