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Berlín en crisis: el nuevo canciller Friedrich Merz, una victoria incompleta

Se pensaba que Alemania entraría oficialmente en una nueva era de liderazgo después de las elecciones extraordinarias al Parlamento Federal (Bundestag) de finales de febrero, pero la escena política de Berlín se vio sacudida por un giro sin precedentes en la historia moderna: Friedrich Merz, el candidato a canciller nominado por la alianza CDU/CSU y SPD, no logró obtener suficientes votos en la primera ronda de votación en el Bundestag.

Báo Thanh HóaBáo Thanh Hóa07/05/2025

Berlín en crisis: el nuevo canciller Friedrich Merz, una victoria incompleta

La fe se tambaleó desde el principio

Durante los dos meses posteriores a las elecciones, los partidos de la futura coalición —la CDU/CSU y el SPD— trabajaron arduamente para finalizar el documento del acuerdo de coalición. El documento fue finalmente firmado por los líderes de los tres partidos el 5 de mayo, lo que marcó un hito importante en la formación del nuevo gobierno. Ese mismo día, se celebró una solemne ceremonia con la banda militar en Berlín para rendir homenaje al canciller saliente Olaf Scholz. Nadie esperaba que, tan solo 12 horas después, la confianza en una transición fluida del poder se viera seriamente puesta a prueba.

En la mañana del 6 de mayo, el Bundestag se reunió para votar por un nuevo canciller. El evento atrajo especial atención debido a la presencia de numerosas figuras prominentes, incluida la excanciller Angela Merkel. Sin embargo, en lo que se suponía sería el inicio del nuevo gobierno , Alemania presenció un resultado impactante: Friedrich Merz no fue elegido canciller.

Según el reglamento, un candidato solo puede ganar las elecciones si obtiene al menos 316 votos, la mayoría absoluta de los 630 diputados. Con 328 escaños en juego, se consideraba ganadora la alianza CDU/CSU-SPD. Sin embargo, en realidad, solo se emitieron 310 votos para Friedrich Merz, lo que significa que al menos 18 diputados de la alianza rechazaron al candidato al que oficialmente apoyaban.

Esto no es solo un fallo técnico, sino una seria advertencia sobre la falta de consenso dentro de la recién formada coalición. El hecho de que una parte del parlamento, quizás por motivos personales o políticos , o por objeciones a la formación de la coalición, decidiera no votar por Friedrich Merz muestra una profunda división, a pesar de que este acaba de entrar oficialmente en el gobierno.

No hay precedentes de una situación así en la historia política alemana. El sistema parlamentario, famosamente estable, se enfrenta a una seria prueba, obligando a los líderes a reflexionar cuidadosamente sobre su próximo paso: una segunda vuelta a las urnas, la reanudación de las negociaciones por parte de Alemania o incluso la reelección.

La sorpresiva derrota de Friedrich Merz en las elecciones a canciller del Bundestag no fue un simple accidente político. Tras los 310 votos, seis menos que la mayoría absoluta que se esperaba que lograra la coalición CDU/CSU-SPD, se escondían una serie de razones profundas que reflejaban divisiones internas y heridas políticas aún no sanadas dentro del Partido Socialdemócrata (SPD), el socio clave de la coalición.

En primer lugar, un factor importante fue la oposición del ala izquierda del SPD, que siempre se había mostrado reticente a colaborar con los conservadores. El acuerdo de coalición no les convenció al proponer reformas al Bürgergeld, el sistema básico de bienestar social que fue un sello distintivo de la presidencia de Olaf Scholz. El aumento del salario mínimo, una política socialista fundamental, se presentó como un objetivo "alcanzable", sin un compromiso firme. Además, el documento no mencionaba un impuesto a las grandes empresas, una antigua reivindicación del SPD para una redistribución más equitativa.

En segundo lugar, firmar Resentimiento político y sospecha hacia Friedrich Merz. Muchos miembros del SPD aún no olvidan la época en que Friedrich Merz lideró la oposición, con sus ataques políticamente cargados y manipuladores contra el gobierno de Scholz. Este enfrentamiento dejó una huella imborrable, especialmente entre los diputados leales al excanciller.

Martes, Otra importante división es el desacuerdo sobre la política de inmigración. El SPD se opuso vehementemente a un proyecto de ley populista sobre migración propuesto por la CDU/CSU y sometido a votación en enero de 2025. Aunque el proyecto fue rechazado, resultó sorprendente que recibiera el apoyo de la ultraderechista AfD, la primera vez que una propuesta de los partidos tradicionales se presentaba al Bundestag. Esto desencadenó protestas masivas en toda Alemania, con unas 700.000 personas saliendo a las calles para protestar contra la posibilidad de una "cooperación circunstancial" entre los conservadores y la ultraderecha. Para el SPD, esto era una línea roja, y cualquier cooperación con Friedrich Merz se veía con recelo.

En cuarto lugar, el "freno de la deuda" y el controvertido cambio de política. Inmediatamente después de las elecciones de febrero, Friedrich Merz decepcionó a muchos votantes conservadores al romper su promesa de campaña de no flexibilizar la norma del "freno de la deuda" (Schuldenbremse). En cambio, el Bundestag aprobó rápidamente una reforma de la norma en marzo con el apoyo de la CDU/CSU, el SPD y Los Verdes, una medida que fue criticada por pragmática y contraria a los principios fiscales conservadores de larga data.

En quinto lugar, rostros desconocidos y un gabinete sin identidad. Otro factor que mina la confianza en la coalición es la composición del gabinete propuesto por la CDU. Salvo Friedrich Merz y Patrick Schnieder (el candidato a jefe de Gabinete de la Canciller), todos los demás rostros son desconocidos para el público. Tres no son miembros del Bundestag, y hay representantes de organizaciones de presión y del sector empresarial, lo que genera preocupación por la influencia de intereses creados. No hay representación del ala radical de la CDU, ni rastro alguno de la "escuela de Merkel", que solía representar una tendencia conservadora más moderada.

Friedrich Merz gana en la segunda vuelta: una victoria ajustada y contundente

Según la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania, si un candidato a Canciller no obtiene la mayoría absoluta (al menos 316 de los 630 miembros) en la primera vuelta de votación en el Bundestag, este dispone de hasta 14 días para celebrar nuevas vueltas de votación. Durante este periodo, cualquier diputado puede presentarse como candidato. Si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta, el Bundestag realiza inmediatamente una tercera vuelta de votación. En esta vuelta, si un candidato obtiene la mayoría absoluta, se convierte oficialmente en Canciller. Sin embargo, si solo se alcanza una mayoría relativa, la decisión la tomará el Presidente Federal, quien podrá optar entre nombrar al Canciller o disolver el Bundestag y convocar nuevas elecciones.

Berlín en crisis: el nuevo canciller Friedrich Merz, una victoria incompleta

Presionado por la perspectiva de inestabilidad política y el riesgo de que unas elecciones anticipadas perturbaran la situación, se celebró una segunda vuelta apenas horas después del fracaso de la primera, una decisión que demostró la urgencia dentro de la coalición. El resultado: Friedrich Merz obtuvo 325 votos, más de los necesarios, y se convirtió oficialmente en canciller alemán. Sin embargo, tres diputados de la coalición gobernante siguieron absteniéndose de votar por él, una clara señal de que el descontento no se había resuelto por completo.

El rápido éxito en la segunda vuelta electoral se explica por dos factores principales: primero, no existe un candidato alternativo viable que pueda convencer a corto plazo; segundo, unas nuevas elecciones al Bundestag no solo son costosas y arriesgadas, sino que también amenazan la posición de los principales partidos de la coalición. En un contexto de profunda polarización política alemana, nadie quiere correr más riesgos.

Sin embargo, la victoria del nuevo canciller Friedrich Merz no promete un camino fácil. Para mantener su posición, deberá enfrentarse a presiones de ambos bandos: la cautela del SPD y las crecientes exigencias del ala radical de su propio partido, la CDU, que no está satisfecha con la composición del gabinete, de tendencia tradicionalmente tecnocrática y conservadora.

Friedrich Merz, quien una vez declaró que «la política no es tan complicada como parece», ahora está aprendiendo que en un sistema parlamentario multipartidista como el alemán, la complejidad es la norma. Los controles y contrapesos del poder provienen no solo de la oposición, sino también de dentro de su propia coalición y partido.

Hung Anh (colaborador)

Fuente: https://baothanhhoa.vn/berlin-chao-dao-tan-thu-tuong-friedrich-merz-mot-chien-thang-khong-tron-ven-247916.htm


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