El pollo es una carne muy popular en muchas familias. Sin embargo, según el sitio web de salud Healthline (EE. UU.), si no se conserva adecuadamente, puede transmitir enfermedades.
El pollo crudo se puede conservar en el congelador durante 9 meses.
Guardar el pollo en el refrigerador ayuda a ralentizar el crecimiento de bacterias. Según Healthline , las bacterias tienden a crecer más lentamente a temperaturas inferiores a 4 °C.
El pollo crudo se puede conservar en el refrigerador durante 1 o 2 días.
Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, el pollo crudo se puede conservar en el refrigerador durante 1 o 2 días. Por otro lado, el pollo cocido se puede conservar en el refrigerador durante 3 o 4 días.
Además, el pollo crudo debe almacenarse en un recipiente para evitar que los jugos se filtren y contaminen otros alimentos.
Si necesitas conservar el pollo durante más tiempo, lo mejor es congelarlo. Según Healthline , las piezas de pollo crudo se pueden congelar hasta 9 meses, mientras que los pollos enteros se pueden conservar durante 1 año.
Cómo identificar pollo en mal estado
Dejar el pollo en el refrigerador por mucho tiempo puede hacer que se eche a perder y es muy perjudicial para la salud si se consume. Por lo tanto, el pollo crudo o cocido que empieza a ponerse de color verde grisáceo está en mal estado. Las manchas de moho gris y verde indican la presencia de bacterias.
Además, si el pollo huele a amoníaco, se ha echado a perder. Sin embargo, este olor puede ser difícil de detectar si el pollo ha sido marinado con adobos y especias.
La textura del pollo también cambia cuando se echa a perder. Se vuelve viscoso. En este caso, lavar la carne no elimina las bacterias y puede propagarlas a otros alimentos, utensilios y superficies.
Riesgos de comer pollo en mal estado
Comer pollo en mal estado puede provocar intoxicación alimentaria, ya que puede estar contaminado con campylobacter, salmonela, etc.
La intoxicación alimentaria puede causar síntomas desagradables, a veces peligrosos, como fiebre alta, escalofríos, vómitos, diarrea, deshidratación, etc. En algunos casos, una intoxicación alimentaria grave puede provocar la muerte.
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