Teniente Coronel, Doctor Nguyen Huy Hoang, Centro de Oxígeno Hiperbárico Vietnam-Rusia, Ministerio de Defensa Nacional |
El 3 de junio, el Comité Directivo Nacional para la Prevención y el Control de la COVID-19 acordó trasladar la COVID-19 del grupo A al grupo B. En mi opinión, se trata de una decisión muy importante.
Cuando se pasa al grupo B de enfermedades infecciosas, las personas con Covid-19 ya no necesitan estar en cuarentena ni recibir tratamiento y pueden moverse libremente.
Por lo tanto, esta decisión ayudará a evitar la confusión en instalaciones concurridas, como fábricas, plantas, escuelas, etc., cuando alguien se contagia de COVID-19. Al mismo tiempo, el presupuesto estatal ya no cubre el costo de la prevención y el tratamiento de la COVID-19. La vacunación, si no se incluye en el programa ampliado de vacunación, tendrá un costo. Los centros médicos públicos y privados pueden desarrollar proactivamente paquetes de servicios para la vacunación y el tratamiento de la COVID-19, según las necesidades y la capacidad económica de la población.
Necesidad de una estrategia sostenible de control de epidemias
Anteriormente, un representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la COVID-19 ya no constituye una emergencia mundial. Sin embargo, la OMS sigue recomendando a los países que sean cautelosos y que pasen de la prevención y el control de epidemias de emergencia a un control de epidemias sostenible y a largo plazo, destacando los siguientes puntos:
No sean subjetivos, negligentes ni pierdan la vigilancia. Continúen manteniendo la capacidad nacional y los logros, y prepárense para posibles eventos futuros a fin de evitar una posible sobrecarga del sistema de salud.
Al mismo tiempo, hay que centrarse en el seguimiento de áreas clave para detectar nuevas variantes de forma temprana, mejorar la capacidad de tratamiento para reducir el número de muertes y vigilar de cerca los cambios en el nivel de transmisión y la gravedad de los casos.
Continuar revisando y actualizando los planes nacionales de respuesta, estar preparados y ser flexibles, y restablecer medidas sociales y de salud pública si es necesario, en función de la situación del brote y la evaluación de riesgos.
Junto con ello, continuar con la investigación, transferir tecnología de vacunas y aprender sobre las condiciones relacionadas con el post-Covid-19, necesitando un seguimiento cercano en el contexto del aumento de infecciones, listos para mejorar la capacidad de cuidados intensivos para que cuando el número de casos aumente, el sistema de salud no se sobrecargue.
Vietnam implementó la "Estrategia para la adaptación, seguridad, flexibilidad y control efectivo de la epidemia de COVID-19", de conformidad con la Resolución 128/NQ-CP, desde octubre de 2021. Por lo tanto, en el futuro próximo, las autoridades deberán actualizar y desarrollar estrategias de respuesta adecuadas, tanto para controlar la epidemia en todas las situaciones, pero a bajo costo, como para proteger la salud y los derechos de la población.
El papel de la atención primaria de salud y la medicina preventiva
Entre las siete recomendaciones que el Representante de la OMS en Vietnam hizo en la reunión de mayo de 2023 presidida por el Ministerio de Salud, había un contenido muy importante: incluir la vacunación contra la Covid-19 en la inmunización nacional (vacunación de por vida), aumentar la inyección de vacunas de refuerzo, especialmente para los grupos de alto riesgo.
La COVID-19 sigue siendo muy peligrosa debido a su rápida propagación y a su potencial mortal, especialmente en personas mayores y con enfermedades subyacentes. Además, el virus SARS-CoV-2 presenta continuamente nuevas variantes y subvariantes que tienen el potencial de propagarse rápidamente, evadir la inmunidad y reducir la eficacia del tratamiento.
Cuando la COVID-19 se clasificó como enfermedad infecciosa del grupo B, el papel de la atención primaria y la medicina preventiva era fundamental. Sin embargo, en realidad, el papel de la medicina preventiva aún es limitado y no ha recibido una atención completa e integral. Mientras tanto, las personas siguen siendo subjetivas y no usan mascarillas en lugares de alto riesgo como hospitales, centros comerciales, estaciones de tren, aeropuertos, etc., a pesar de que es una medida muy eficaz para prevenir la COVID-19 y otras enfermedades infecciosas respiratorias.
Por lo tanto, en mi opinión, es necesario incluir la vacuna contra la COVID-19 en el programa ampliado de inmunización. Sin embargo, cómo incluirla y cómo aplicarla a los grupos de alto riesgo es un tema que requiere un debate cuidadoso. En el caso de grupos de alto riesgo como las mujeres embarazadas, los adultos mayores y las personas con enfermedades subyacentes, incluso si no tienen COVID-19, pero sí gripe estacional u otras enfermedades respiratorias, pueden desarrollar complicaciones graves.
Por lo tanto, vacunarse contra la COVID-19 con la suficiente frecuencia y administrar dosis de refuerzo periódicas es fundamental para reducir el riesgo de hospitalización y muerte por COVID-19 en este grupo de alto riesgo. En mi opinión, la vacunación gratuita contra la COVID-19 debería aplicarse a estos grupos de alto riesgo, incluso con dosis de refuerzo anuales, como las de la gripe estacional.
Podrían surgir más enfermedades infecciosas nuevas en el futuro. Por lo tanto, lo más importante es mejorar la resistencia del organismo limitando el consumo de alcohol y estimulantes, evitando el consumo excesivo de alimentos procesados, aumentando el consumo de verduras y frutas en la dieta, haciendo más ejercicio y controlando el estrés.
Además, debemos prevenir de forma proactiva mediante el uso de mascarillas, la desinfección y la vacunación según las instrucciones del Ministerio de Salud. En particular, es necesario que las personas reciban información selectiva, sigan las fuentes oficiales y eviten escuchar rumores falsos e infundados en las redes sociales.
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