A las pocas horas de que Israel lanzara una serie de ataques aéreos contra las instalaciones nucleares y militares de Irán, el sistema financiero mundial se desplomó casi de inmediato. Más que una reacción instintiva, el acontecimiento representó un profundo cambio psicológico: de las expectativas de recuperación a la defensa, del afán de lucro al miedo a las pérdidas.
Pocas veces los mercados han reaccionado de forma tan uniforme y violenta. Desde Tokio hasta Fráncfort, desde Londres hasta Wall Street, los tableros digitales estaban en rojo y el capital fluía hacia el oro, el petróleo y los bonos, símbolos de incertidumbre.
Detrás de las cifras hay una pregunta más amplia que está surgiendo: ¿el “Efecto Teherán” es sólo un shock de corto plazo o es el catalizador de un nuevo ciclo de volatilidad económica global?
La reacción del mercado fue rápida al conocerse la noticia. Cuando Asia despertó, los inversores se encontraron con un panorama alarmante. El índice Nikkei 225 de Japón cayó un 1,3%, el Kospi de Corea del Sur un 1,1% y el Hang Seng de Hong Kong un 0,8%.
Al abrir los mercados europeos, el índice panregional STOXX 600 cayó a su mínimo en tres semanas, un 0,6%, encaminándose a su racha de pérdidas más larga desde septiembre del año pasado. Mercados líderes como el DAX alemán sufrieron un duro golpe, con una caída del 1,2%, mientras que el FTSE 100 británico, que había alcanzado un máximo histórico el día anterior, también bajó un 0,4%.
En EE. UU., los futuros presentaron un panorama sombrío. Los futuros del Dow Jones cayeron hasta un 1,8%, los del S&P 500 un 1,1% y los del Nasdaq, con una fuerte presencia tecnológica, un 1,3%. Las caídas generalizadas subrayaron un sentimiento generalizado de temor: los riesgos geopolíticos en Oriente Medio, un polvorín a punto de estallar, han vuelto a dominar la confianza de los inversores globales.
El desplome de la bolsa estuvo acompañado de una huida hacia activos refugio. El oro, el clásico activo refugio, subió alrededor de un 1%, cotizando a 3.426 dólares la onza, acercándose al récord de 3.500 dólares la onza alcanzado en abril.
El capital también inundó el mercado de bonos, lo que llevó el rendimiento de los bonos del gobierno estadounidense a 10 años a un mínimo de un mes del 4,31%, una clara señal de que los inversores están priorizando la preservación del capital por sobre la búsqueda de retornos.

El rojo cubrió el tablero electrónico mundial justo después de que Israel llevó a cabo una serie de ataques aéreos contra instalaciones nucleares y militares de Irán (Foto: Getty).
Enfoque petrolero: Temores sobre el estrecho de Ormuz
Si el mercado bursátil es el lugar para expresar temor, el mercado petrolero es el epicentro de la tormenta. El crudo Brent, el estándar internacional, se disparó más de un 7% tras conocerse la noticia, superando brevemente los 75 dólares por barril, su nivel más alto desde abril. Aún más impactante fue el crudo West Texas Intermediate (WTI) estadounidense, cuyos futuros subieron hasta un 14% en las operaciones nocturnas, su mayor ganancia diaria en años.
El aumento de los precios refleja no solo la condición de Irán como importante exportador de petróleo, sino también el temor al Estrecho de Ormuz. Esta estrecha vía fluvial es el cuello de botella de la industria energética mundial, transportando alrededor del 20% del petróleo mundial y la mayor parte de su gas natural licuado (GNL). Cualquier interrupción en la zona, por pequeña que sea, tendría un efecto dominó devastador.
El analista de Xeneta, Peter Sand, advirtió que un bloqueo de Ormuz obligaría a los barcos a desviarse, lo que presionaría a otros puertos, lo que provocaría una grave congestión y un aumento desmesurado de los fletes de contenedores. Este escenario evoca la crisis del Mar Rojo de hace 18 meses, cuando los ataques hutíes obligaron a los barcos a desviarse alrededor del Cabo de Buena Esperanza, alargando las travesías y elevando los costos.
Los analistas de JPMorgan han proyectado un escenario aún más preocupante: si el conflicto se intensifica por completo, los precios del petróleo podrían superar fácilmente los 100 dólares por barril. Esto llevaría al mundo de nuevo a la crisis energética de 2022, tras el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania, que desbarató todas las previsiones económicas.

La escalada de tensiones en Oriente Medio, centro mundial de producción de petróleo, ha provocado un fuerte aumento de los precios del crudo en el mercado internacional (Foto: News Moris).
Polarización del mercado: algunos lloran, otros ríen
No todo está perdido en la tormenta. El mercado ha experimentado una marcada polarización, creando claros ganadores y perdedores.
Los sectores de la aviación y el ocio fueron de los más afectados. Las acciones de los gigantes europeos IAG (matriz de British Airways), Lufthansa y easyJet cayeron entre un 2,7% y un 3,8%. En EE. UU., Delta, United y American Airlines también sufrieron.
Sufrieron un doble revés: el aumento vertiginoso de los precios del combustible redujo sus ganancias y los vuelos se vieron interrumpidos por el cierre del espacio aéreo. Ni siquiera la línea de cruceros Carnival se libró, con sus acciones cayendo un 4,7%, lo que refleja la preocupación por los costos operativos y la caída de la demanda de viajes en medio de la incertidumbre.
Por otro lado, las acciones de energía y defensa tuvieron un buen día. Ante la perspectiva de precios del petróleo elevados y prolongados, gigantes petroleros como BP y Shell vieron sus acciones subir casi un 2% y más del 1%, respectivamente.
Compañías petroleras como Frontline incluso subieron un 6,2%, liderando el índice STOXX 600, ya que el aumento de los riesgos en el transporte marítimo a través de la región implicó un aumento de las tarifas de flete. El gigante naviero Maersk también subió un 4,6%.
El temor a un conflicto más amplio también impulsó las acciones de los fabricantes de armas. La británica BAE Systems subió casi un 3%, mientras que sus homólogas estadounidenses Lockheed Martin y Northrop Grumman también cerraron en positivo.
Del parqué a la mesa del comedor: el riesgo de una inflación creciente
El impacto más profundo y preocupante del “efecto Teherán” no reside en los números brillantes del mercado bursátil, sino en el riesgo de que reavive las llamas de la inflación.
En los últimos meses, las principales economías, especialmente Estados Unidos, han logrado avances significativos en el control de precios. Uno de los principales factores que han contribuido a este éxito ha sido la caída de los precios de la gasolina. Los datos muestran que el IPC estadounidense aumentó tan solo un 2,4 % en mayo, pero sin la caída del 12 % en los precios de la gasolina en comparación con el mismo período del año pasado, esta cifra habría estado muy por encima del objetivo del 2 % de la Reserva Federal.
Ahora ese logro está en peligro. Cada aumento de 10 dólares por barril en el precio del petróleo puede añadir medio punto porcentual al IPC, según Ryan Sweet, economista jefe de Oxford Economics. Si el escenario de JPMorgan de un precio del petróleo de 120 dólares por barril se materializa, la inflación estadounidense podría dispararse al 5%, frustrando las esperanzas de recortes de tipos y dejando a los hogares en una situación difícil.
Esto coloca a los bancos centrales ante un dilema clásico: se arriesgan a una "estanflación", una situación en la que el estancamiento económico se acompaña de una alta inflación. Si suben los tipos de interés para combatir la inflación impulsada por la energía, corren el riesgo de frenar el crecimiento y desencadenar una recesión. Pero si mantienen o recortan los tipos para apoyar la economía, corren el riesgo de que la inflación se descontrole.

El impacto más profundo y preocupante del evento del 13 de junio es el riesgo de reavivar las llamas de la inflación (Foto: Tritility).
¿Qué escenario para el futuro?
La gran pregunta ahora es: ¿Se trata solo de un shock a corto plazo o del comienzo de una crisis a largo plazo? Los analistas tienen opiniones divididas, centrándose en tres escenarios principales:
Escenario de desescalada: Este es el escenario más optimista. Los ataques son meramente disuasorios, y ambas partes, bajo presión de la comunidad internacional (incluidos EE. UU. y China), cederán.
Los precios del petróleo disminuirán gradualmente una vez que se elimine la prima de riesgo geopolítico. En este caso, los analistas de Goldman Sachs predicen que el WTI podría volver a cotizar a 55 dólares por barril para finales de 2025. Los mercados bursátiles se recuperarán a medida que la atención se centre nuevamente en los fundamentos económicos.
Escenario de conflicto contenido: Este se considera el escenario más probable. El conflicto no estalla en una guerra a gran escala, sino que continúa como una "guerra en la sombra", con ataques selectivos y represalias limitadas.
Esto mantendrá los precios del petróleo altos debido a una “prima de riesgo” permanente, causando una volatilidad continua en el mercado y creando un entorno prolongado de incertidumbre.
Escenario de guerra a gran escala: Este es el peor escenario posible. Muchos expertos, como Kristian Kerr de LPL Financial, creen que es improbable, ya que el cierre de Ormuz también perjudicaría los intereses económicos de Irán. Sin embargo, persiste el riesgo de un ataque de represalia contra la infraestructura de petróleo y gas de Irán.

Los analistas están divididos sobre la economía global después de que Israel e Irán abrieron fuego, pero aún creen que el peor escenario posible de una guerra a gran escala es poco probable (Foto: Bigstock).
La conmoción del 13 de junio ha puesto de manifiesto la fragilidad de la estabilidad global y nuestra profunda dependencia de unas pocas rutas marítimas estratégicas. Si bien los mercados podrían recuperar su equilibrio a corto plazo, se ha añadido una capa invisible de "prima de riesgo" a casi todas las clases de activos.
A partir de ahora, los inversores y los responsables de las políticas tendrán que observar con extrema cautela los acontecimientos en Oriente Medio, porque cada chispa que surja allí tiene el potencial de encender una tormenta en todo el mundo.
Fuente: https://dantri.com.vn/kinh-doanh/chien-su-israel-iran-kinh-te-the-gioi-bi-thu-thach-suc-chiu-dung-20250614204222874.htm
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