
El observatorio de la NASA captó erupciones solares el 8 de octubre de 2024 (NASA).
El Sol ha sido considerado durante mucho tiempo un símbolo de estabilidad, habiendo existido y funcionado durante miles de millones de años, pero observaciones recientes han pintado un panorama diferente.
Según un análisis de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), después de que el ciclo solar 24 (2008-2019) finalizara con una actividad récord baja, el próximo ciclo (ciclo 25) continuará sin perturbaciones significativas.
Pero la realidad es todo lo contrario. La actividad solar en el ciclo actual no solo supera las expectativas, sino que también muestra signos de aceleración, superando las reglas habituales del ciclo de 11 años.
Un análisis de fusión de datos de largo plazo realizado por un equipo del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA muestra que a partir de 2008, poco después del mínimo del ciclo 24, los parámetros del viento solar comenzaron a ser más fuertes y han seguido aumentando de manera constante desde entonces.
Esta tendencia va en contra de las expectativas de un período de “hibernación” prolongado y podría conducir a fenómenos meteorológicos espaciales más extremos en los próximos años.
El análisis muestra un repunte en la actividad desde el mínimo solar de 2008, cuando los científicos creían que el Sol estaba entrando en un "largo sueño".
Cabe señalar que esta es una tendencia apoyada por muchos científicos, pero todavía hay muchas cosas poco claras sobre los mecanismos internos del Sol.
Inversión del ciclo solar: ¿Por qué son erróneas las predicciones?
En ciencia, el ciclo solar se describe a menudo como un ciclo de 11 años, que consta de un período máximo (cuando aumenta el número de manchas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal) y un período mínimo (cuando la actividad disminuye).
Los astrónomos han observado este fenómeno durante cientos de años, pero predecir el comportamiento del Sol sigue siendo extremadamente difícil porque los mecanismos internos de la estrella son extremadamente complejos.
La historia ha registrado fluctuaciones inusuales, como el Mínimo de Maunder (1645-1715) y el Mínimo de Dalton (1790-1830), cuando el número de manchas solares prácticamente desapareció durante décadas.

Gráfico que muestra la actividad de las manchas solares desde 1750 (Foto: NOAA).
Por lo tanto, cuando el viento solar se debilitó continuamente en dos ciclos consecutivos (1986-2008), muchos expertos creyeron que la Tierra estaba entrando en un período de "tranquilidad" de largo plazo.
Sin embargo, nuevos datos del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) sugieren lo contrario. Desde 2008, la fuerza del viento solar ha aumentado de forma constante, al igual que su velocidad, densidad, temperatura e intensidad del campo magnético.
Esta es una señal de aumento de energía en el interior del Sol, completamente contraria a las predicciones anteriores.
Peligro de un universo caótico
Según el físico de plasma Jamie Jasinski y su colega Marco Velli, esta tendencia significa que en los próximos años la Tierra podría enfrentar tormentas solares más intensas, eyecciones de masa coronal más poderosas e incluso estallidos de energía a gran escala.
Estos fenómenos tienen el potencial de afectar directamente a los sistemas satelitales, señales de telecomunicaciones, posicionamiento GPS, así como a las redes eléctricas de todo el mundo.

Imágenes de satélite capturaron una llamarada gigante liberada por el Sol en febrero de 2000 (Foto: NASA).
Cabe destacar que los resultados de la investigación también concuerdan con el ciclo de Hale, o bucle magnético de 22 años, considerado el "ciclo madre" que influye en dos ciclos solares consecutivos. Claramente, existe evidencia creciente de que basarse únicamente en el ciclo de 11 años no es suficiente para evaluar con precisión el impacto de esta estrella.
Si esta observación es correcta, lo que está sucediendo en el ciclo 25 puede ser sólo parte de un cambio más profundo que está teniendo lugar dentro del Sol.
Los investigadores dicen que, si bien las presiones del viento solar todavía son más bajas que a principios del siglo XX, el aumento constante durante las últimas dos décadas plantea una gran pregunta: ¿Estamos entrando en un período de actividad inusual prolongada o se trata simplemente de una fluctuación de corto plazo en el patrón natural del Sol?
Los expertos afirman que la respuesta solo puede provenir de un monitoreo continuo a largo plazo y una mayor cobertura observacional. Si bien los datos sobre manchas solares son útiles, aún son una pieza incompleta del rompecabezas.
Para comprender verdaderamente esta “máquina de energía gigante”, la humanidad necesita estudiar simultáneamente muchos otros parámetros, a saber, desde el viento solar, la radiación, el campo magnético hasta el movimiento interno.
Como fuente de vida para todo el sistema solar, comprender sus leyes no sólo tiene importancia científica, sino que también puede determinar la seguridad de la civilización moderna, que depende cada vez más de la tecnología electrónica y del espacio exterior.
Según un informe de la NOAA publicado en agosto de 2025, el recuento promedio mensual de manchas solares ha alcanzado su nivel más alto desde 2002, lo que sugiere que el ciclo 25 está entrando en su fase máxima antes de lo esperado.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/chu-ky-mat-troi-dao-chieu-20250917073356700.htm
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