En Shanghái (China), una niña de 13 años es adicta a la cirugía estética y gastó 4 millones de yuanes (más de 13.700 millones de VND) en dos años para cambiar por completo su cuerpo. Apenas unos años después, se arrepintió de su decisión.
“Ser bello se llama juventud, ser feo se llama simplemente madurez”
En 2020, Chu Chu Na, de 15 años, apareció en el programa "Super Speaker". Su rostro estaba tan rígido que parecía poco natural, y el público sintió mucha curiosidad por lo que había pasado. En el programa, Chu Chu Na dijo que su sueño era tener un rostro hermoso cada día.
Frente al público, Chu So Na comentó que se había sometido a numerosas cirugías plásticas en el rostro: ocho cirugías de párpados dobles, seis cirugías de nariz... y había gastado un total de cuatro millones de dólares en NDT. Chu So Na consideraba la frase «Ser bella se llama juventud, ser fea se llama madurez» como una convicción, así que se volvió loca con la cirugía plástica.
Chu So Na, nacida en Shanghái en 2006, es una familia adinerada, con padres empresarios. A los 12 años, estudió en una escuela aristocrática, pero no sabía que esta decisión cambiaría su vida por completo.
Antes, cuando cursaba una primaria común, se vestía como una princesita rica todos los días y tenía infinidad de juguetes en casa. Tras transferirse a una primaria aristocrática a los 12 años, todos a su alrededor tenían una buena formación académica y ya no era el centro de atención entre sus compañeros.
La apariencia de Chu So Na no destacaba entre las alumnas de la escuela. Con un rostro grande, párpados simples y nariz baja, sentía una gran envidia de otras alumnas hermosas. Los compañeros de clase de la zona se burlaban de Chu So Na por su aspecto poco atractivo. Los compañeros incluso le ponían muchos apodos feos.
Ante las burlas de sus compañeros, Chu So Na decidió someterse a una cirugía plástica. Era la forma más rápida de volver a conquistar el corazón de todos, transformándose de un patito feo a un hermoso cisne.
El dulce sabor de la primera cirugía plástica
En el momento en que Chu So Na tuvo su primera cirugía plástica, su corazón se llenó de sueños de un futuro mejor con un rostro hermoso.
Después de su primera cirugía plástica, Chu So Na sintió que las actitudes de las personas que la rodeaban habían cambiado 180 grados, y atribuyó este cambio a su hermosa apariencia.
Desde entonces, Chu So Na cree más en el poder de la belleza y está fascinada por la intervención del cuchillo.
Pero después de ingresar a la industria de la belleza, Chu So Na de repente descubrió la verdad de que, aunque una persona sea muy hermosa después de muchas cirugías, aún así no se rinde.
Chu Suo Na no entendía por qué las narices de los demás eran tan rectas y hermosas, ni por qué sus ojos eran tan grandes y naturales. Incluso cuando iba de compras, Chu Suo Na se fijaba mucho en la apariencia de los transeúntes. Cuando veía a una chica más guapa que ella, se tapaba la cara en señal de inferioridad.
Para embellecerse, Chu Suo Na optó por operarse repetidamente. Tras abrirse el rabillo del ojo y despertar al día siguiente, Chu Suo Na encontró sus ojos llenos de sangre y lágrimas, así que contactó de inmediato al médico. La respuesta que recibió fue que tenía el rabillo del ojo demasiado abierto y que solo podía esperar a que la herida sanara lentamente.
Una vez, cuando el tiempo de recuperación de una cirugía plástica era especialmente largo, Chu So Na decidió quedarse en casa, navegar por las redes sociales e ir al foro de la comunidad de cirugía plástica como referencia.
"Lo más importante que debes arreglar no es tu cara, sino tu cerebro", esta frase hizo que Chu So Na comprendiera completamente que, en lugar de obsesionarse con los juicios de los demás, debía mantenerse feliz.
Demasiada cirugía, demasiado tarde para arrepentirse
Chu Suo Na encontró sus fotos anteriores y suspiró para sus adentros. Aunque parecía normal en aquel entonces, cada sonrisa le salía del corazón. Ahora, debido a la liposucción excesiva, su piel estaba flácida por todo el cuerpo, y sus huesos estaban remendados y le tocaban los nervios. De ahora en adelante, Chu Suo Na ya no podría expresarse con exceso ni naturalidad.
Tras varios ajustes, sus ojos se agrandaron mucho más que antes, pero las comisuras de sus ojos eran demasiado grandes para cerrarlas, no se cerraban del todo al dormir y le brotaban lágrimas con el viento. Para curar estas secuelas, Zhou Chuna recurrió a importantes hospitales en ciudades de primer nivel como Pekín, Shanghái, Cantón y Shenzhen, pero no encontró ningún médico que pudiera ayudarla.
No hay una medida fija para la belleza y la fealdad; en lugar de preocuparse por las opiniones ajenas, es mejor ser uno mismo. Aunque la apariencia a veces influye en nuestras vidas, las personas hermosas tienen más oportunidades, pero la capacidad suele ser más importante que la apariencia.
Fuente: 163
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