Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se están preparando para una ofensiva terrestre en la Franja de Gaza este fin de semana, en represalia por la ofensiva sin precedentes tierra-mar-aire del movimiento islamista Hamas que mató a más de 1.300 personas en Israel el fin de semana pasado.
Israel, junto con el poder combinado de su ejército y fuerza aérea, ha movilizado a 300.000 reservistas para llevar a cabo lo que, según Netanyahu, será una misión para reducir Gaza a escombros. Sin embargo, la ofensiva terrestre prevista no comenzó hasta la madrugada del 15 de octubre.
El retraso se produjo “al menos varios días” en parte debido a las condiciones climáticas que hicieron más difícil para los pilotos y operadores de drones israelíes brindar cobertura aérea a las fuerzas terrestres, informó el New York Times, citando a altos oficiales de las FDI.
Mientras Israel continúa con sus ataques aéreos contra sitios vinculados a Hamás en Gaza, Irán ha advertido de “graves consecuencias” si el bombardeo no se detiene.
El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, durante una reunión con el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, en Doha (Qatar) a última hora del 14 de julio, dijo que Teherán había propuesto una reunión urgente con los ministros de Asuntos Exteriores de todos los países musulmanes para discutir formas de detener los ataques de Israel a Gaza.
Miles de palestinos han huido al sur de la Franja de Gaza después de que el ejército israelí emitiera una alerta de evacuación de 24 horas desde la zona norte de la franja. Foto: AP/SCMP
Israel ha sometido a Gaza al bombardeo más duro de su historia, dejando la estrecha franja costera, hogar de 2,3 millones de personas, completamente aislada y gran parte de su infraestructura destruida.
El Ministerio de Salud palestino dijo que 2.329 personas han muerto en Gaza desde que comenzaron los últimos combates, lo que la convierte en la más sangrienta de las cinco guerras de Gaza para los palestinos.
Según cifras de la ONU, el número de muertos hasta el 15 de octubre ha superado el de la tercera guerra entre Israel y Hamás en el verano de 2014, cuando murieron 2.251 palestinos, incluidos 1.462 civiles.
El Estado judío también enfrenta la posibilidad de una guerra separada en el otro extremo del país, en su frontera norte con el Líbano, luego de un intercambio de artillería con la poderosa fuerza Hezbolá respaldada por Irán.
El líder adjunto de Hezbolá, Naim Qassem, dijo que el grupo estaba “totalmente preparado” para unirse a Hamás en su lucha contra Israel.
"Nosotros, como Hezbolá, estamos contribuyendo a la confrontación y (seguiremos) contribuyendo a esa confrontación en nuestra visión y planes", dijo Qassem, citado por la agencia de noticias AFP, en una manifestación pro palestina en la capital libanesa, Beirut .
Minh Duc (Según NDTV, AP)
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