
Muchos hombres dijeron que "les resulta difícil abandonar su hábito de comer carne", mientras que otros admitieron que temían ser "menos hombres" si no comían carne.
En la cultura occidental, la carne se ha asociado durante mucho tiempo con imágenes de fuerza, caza y poder. Para profundizar en este tema, un equipo de la Universidad de Exeter (Reino Unido) encuestó a más de 1000 hombres sobre sus hábitos alimenticios y creencias de género.
Los resultados publicados en The Conversation muestran que las personas que están de acuerdo con las normas “masculinas tradicionales” tienden a comer más carne roja y aves, y son menos propensas a aceptar reducir el consumo de carne o sustituirla por lácteos y alimentos vegetarianos.
En los foros de discusión en línea, muchos hombres niegan la relación entre género y comida. Insisten en que “la comida es simplemente comida” y que no hay distinción entre platos “masculinos” y “femeninos”.
Otros creen que el consumo de carne está ligado al estatus social. Muchos comentaron que, al cenar con los "machos alfa" de su grupo de amigos, siempre se sentían presionados a pedir bistec en lugar de ensalada o pasta para "no parecer menos masculinos".
Además de los factores sociales, el estudio también observó diferencias de género en los hábitos alimenticios. Muchos hombres admitieron que a las mujeres de su familia o parejas les resultaba más fácil comer menos carne, mientras que a ellos mismos les resultaba difícil renunciar al hábito de consumirla.
Otro hallazgo interesante fue la percepción que tenían los hombres sobre las alternativas vegetales. Productos como la "carne vegana" a menudo se consideraban "antinaturales", "desagradables" y "poco nutritivos". Un joven comentó que leer las etiquetas de los alimentos veganos revelaba compuestos químicos desconocidos, mientras que el pollo era "simplemente pollo".
A muchas personas también les preocupa que una dieta vegana pueda ser nutricionalmente deficiente o perjudicial para la salud, a menos que sea estrictamente prescrita por un médico.
Para algunos jóvenes, comer carne también está relacionado con el estilo de vida y la forma física. Un chico de entre 18 y 29 años comentó que todos sus amigos hacen ejercicio y consideran la carne su principal fuente de proteínas, y que si dejara de comer carne "tendría que cambiar de grupo de amigos".
Estos resultados ponen de relieve la compleja relación entre género, percepciones sociales y hábitos alimentarios. Si bien la encuesta halló un vínculo claro entre masculinidad y consumo de carne, muchos hombres lo desconocían o no estaban dispuestos a reconocerlo.
Esto supone un reto para las campañas que abogan por la reducción del consumo de carne, consideradas una solución importante para la salud pública y el medio ambiente.
Fuente: https://tuoitre.vn/dan-ong-it-an-rau-vi-so-bot-dan-ong-20250929113549869.htm






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