
Sin embargo, junto con los beneficios esperados, muchos han expresado su preocupación por el riesgo de abrir demasiados programas nuevos, centrarse demasiado en la teoría y carecer de conexión con la práctica.
Ampliar el grupo objetivo de la formación profesional.
La XV Asamblea Nacional aprobó oficialmente la reforma de la Ley de Formación Profesional. Uno de sus puntos destacados es que las instituciones de educación superior pueden participar en actividades de formación profesional, incluyendo algunas áreas especializadas como las artes, el deporte , la formación docente y la defensa y seguridad nacional. Las instituciones de educación superior que actualmente imparten formación en las áreas incluidas en el Catálogo de Tecnología Estratégica pueden ofrecer programas de grado asociado en dichas áreas.
Anteriormente, la Ley de Formación Profesional de 2014 solo estipulaba el alcance de la regulación para las instituciones educativas y no especificaba si las instituciones de educación superior podían participar en actividades de formación profesional. Este cambio se explica como una forma de optimizar el uso de las instalaciones, el profesorado y el potencial de investigación de las universidades, especialmente en el contexto de las dificultades que enfrentan muchas universidades para la captación de estudiantes. Desde una perspectiva política, se considera una solución flexible que contribuye a ampliar la formación de recursos humanos en los niveles medio y superior, satisfaciendo así las necesidades cada vez más diversas del mercado laboral.
El Dr. Le Viet Khuyen, vicepresidente de la Asociación de Universidades y Colegios de Vietnam, también advirtió que la expansión de la formación universitaria en las universidades plantea el riesgo de una "universalización" de la formación profesional. El Dr. Khuyen enfatizó que el núcleo de la formación universitaria reside en las habilidades profesionales, con una gran proporción de tiempo de formación práctica, lo que permite a los graduados incorporarse al mercado laboral de inmediato. Si las universidades simplemente se autodenominan "colegios", pero sus programas, métodos de enseñanza y evaluación siguen siendo eminentemente teóricos, será difícil alcanzar los objetivos de la formación.
El riesgo de abrir nuevas industrias en función de las tendencias.
Otra preocupación es la proliferación de nuevos programas para atraer estudiantes, especialmente en el contexto de una competencia cada vez más feroz por la matrícula. Al tener mayor autoridad para ofrecer programas de nivel universitario, algunas instituciones pueden priorizar la demanda inmediata, abriendo muchos programas de gran demanda, pero careciendo de la preparación adecuada en cuanto a instructores prácticos, talleres, equipos y conexiones con empresas.
La experiencia reciente demuestra que, incluso en el ámbito universitario, muchos programas de formación se abren por un corto periodo y luego deben suspenderse temporalmente o disolverse debido a la falta de garantía de calidad y de matrícula estudiantil. Si esta situación se repite en el ámbito universitario, las consecuencias no solo serán un desperdicio de recursos sociales, sino también un impacto directo en los derechos de los estudiantes.
Además, la formación universitaria requiere vínculos estrechos con las empresas, donde los estudiantes pueden realizar prácticas, perfeccionar sus habilidades y acceder a un entorno laboral real. Sin embargo, no todas las universidades cuentan con redes de empresas colaboradoras fácilmente disponibles, adecuadas para áreas de estudio específicas a nivel universitario.
Por lo tanto, los expertos sugieren que se necesitan regulaciones claras sobre las condiciones bajo las cuales una universidad puede ofrecer programas de grado asociado. Esto no debería aplicarse indiscriminadamente, sino que solo aquellas instituciones que cumplan plenamente con los requisitos de instalaciones de formación práctica, profesorado experimentado y vínculos sólidos con las empresas deberían poder ofrecer dichos programas.
Además, los programas de formación universitaria deben desarrollarse de forma independiente, no copiarse ni simplificarse de los programas universitarios. Los resultados del aprendizaje deben enfatizar las habilidades vocacionales, las capacidades prácticas y la adaptabilidad al mercado laboral, en lugar de centrarse únicamente en el conocimiento teórico.
El Dr. Le Viet Khuyen también enfatizó el papel de la administración estatal en la rigurosa acreditación, inspección y supervisión, no solo en lo que respecta a las condiciones para la apertura de nuevas carreras, programas de capacitación y estándares de rendimiento, sino a lo largo de todo el proceso operativo. Más importante aún, es necesario escuchar la opinión de las empresas y los estudiantes, beneficiarios directos y evaluadores de la calidad de la capacitación. Solo cuando los graduados universitarios encuentren un empleo estable que cumpla con los requisitos laborales, esta política será verdaderamente efectiva.
“Ampliar la autoridad en materia de formación es siempre un asunto que requiere una cuidadosa consideración, especialmente en el ámbito de la formación profesional, donde la calidad está estrechamente vinculada a la producción práctica. Permitir que las universidades formen a estudiantes de nivel universitario es una medida adecuada en el nuevo contexto, pero sin límites claros y condiciones estrictas, el riesgo de abrir demasiados programas sin aplicación práctica es inevitable”, advirtió el Dr. Le Viet Khuyen, añadiendo que es necesario ser cauteloso para evitar consecuencias a largo plazo para los estudiantes, el mercado laboral y la reputación del propio sistema educativo. Cabe destacar que la expansión no implica laxitud; al contrario, a mayor expansión, mayor prioridad deben tener los requisitos de calidad y responsabilidad.
Fuente: https://daidoanket.vn/dao-tao-he-cao-dang-trong-dai-hoc-noi-lo-ly-thuyet-lan-at-tay-nghe.html






Kommentar (0)