En los cientos de comentarios que los lectores compartieron con Tuoi Tre, casi nadie habló a la ligera, exoneró o quiso perdonar al hombre que golpeó a la niña tras un reciente accidente de tráfico en el Distrito 4 (HCMC).
Varias personas pusieron fin a una pelea tras un accidente de tráfico en el distrito de Binh Thanh (Ciudad Ho Chi Minh) - Foto: TTD
Parece que hacía mucho tiempo que tantos lectores no coincidían en un caso que hubiera provocado indignación pública. La mayoría sugirió que Bui Thanh Khoa, el agresor, debería ser castigado con severidad, incluso con la máxima severidad, para que sirva de ejemplo y solo así se pueda reducir y erradicar la violencia entre conductores en caso de accidentes de tráfico.
Sobre todo al saberse que la persona agredida era una niña, la indignación pública probablemente sobrepasó todos los límites. Las imágenes del abuso físico de Khoa en el vídeo eran tan explícitas, tan crueles, ¡por no decir inhumanas!
Según el lector, Khoa solo se arrepintió y comprendió que sus acciones habían sido incorrectas cuando lo llevaron a la comisaría para ser investigado. Esto contrastaba enormemente con el violento ataque y la patada directa a la cara de la chica en plena calle. Ante el arrepentimiento de Khoa, otro lector afirmó sin rodeos: «Esto no es más que una excusa. Aquello no puede calificarse de impulsivo, sino de vandalismo e inhumanidad».
Khoa fue arrestado y procesado por causar lesiones intencionalmente. El precio a pagar por ese momento de ira incontrolable fue demasiado alto para un acto tan impulsivo, ya que Khoa no tenía antecedentes penales y su situación personal era bastante trágica: su esposa lo había abandonado, sus padres lo habían repudiado y vivía con sus dos hijos pequeños. Aunque fue él quien huyó, esta vez la opinión pública fue severa porque no todos los que huyen «no son capaces de golpear».
En un sentido más amplio, cabe afirmar que las peleas callejeras no son una práctica común ni generalizada. Se trata de un comportamiento aislado, muy aislado y repugnante que no se justifica con palabras.
Por supuesto, tales acciones deben ser condenadas, erradicadas y castigadas con severidad. Para que tales actos vandálicos y terribles en las interacciones humanas jamás se repitan. ¿Es difícil? Diría que no es difícil, es completamente posible y solo requiere que cada persona sea consciente de su propio comportamiento.
La cultura vial seguirá siendo el objetivo y debe alcanzarse, si bien depende en mayor o menor medida del nivel educativo y del ritmo de desarrollo social. En los accidentes de tráfico, abundan los apretones de manos y las sonrisas de disculpa. No resulta difícil disculparse mutuamente tras un incidente, independientemente de si uno es el responsable o no.
Controlar las emociones al conducir es algo que todos, especialmente los jóvenes, deben recordar al sentarse al volante.
Fuente: https://tuoitre.vn/dau-phai-ke-chay-lai-nao-cung-khong-no-danh-202412132244534.htm






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