Ly actualmente es jefe de departamento en una agencia de viajes , donde vive con la pasión de su carrera mientras continúa su viaje para explorar nuevos horizontes. Ha visitado más de 20 países y territorios. Cada destino es un hito. Hay viajes que son tan suaves como una respiración profunda para "sanar", y hay viajes que le brindan muchas experiencias emocionantes, pero todos dejan una profunda huella.
Gracias a lo vivido en cada ruta, Ly entiende mejor la psicología del cliente, sabe cuáles son los momentos más significativos y puede asesorar y diseñar el recorrido con todo el corazón de quien ha estado allí.
En Japón, Ly siempre recuerda la imagen de los cerezos en flor cayendo, una escena poética que captura tanto la fragilidad como la libertad. En Francia, Italia y Alemania, no solo sintió el bullicio de las calles, sino que también sintió que caminaba entre capas de sedimento histórico. En Estados Unidos, hubo momentos en los que creyó ir en la dirección correcta, pero luego... se encontró en el lado opuesto. «Gracias a esos momentos de extravío, aprendí muchas cosas que los libros no enseñan. Aprendí a mantener la calma entre la multitud, a preguntar por direcciones con una sonrisa y un agradecimiento», dijo Ly.
Ly no viaja solo para vivir experiencias y acumular más. Anhela vivir muchas vidas en una sola: escuchar, sentir y comprender historias y culturas que parecen muy diferentes, pero comparten la misma esencia humana. Traspasar fronteras es una oportunidad para que Ly dialogue verdaderamente con el mundo y consigo mismo.
El valor de los viajes no sólo ayudó a Ly a conquistar tierras lejanas, sino también hitos académicos: cuando completó su programa de Maestría en Administración de Empresas y ahora continúa persiguiendo su sueño de obtener un doctorado.
Cada vez comprende mejor la diferencia entre conocer un destino y vivirlo. Ly también disfruta fotografiando, filmando y capturando momentos, pero lo que lo motiva a viajar son cosas que no se pueden capturar con una cámara: los movimientos del alma, los cambios de perspectiva y el ritmo de vida.
Escucha más y juzga menos. «Porque cada cultura tiene su propia filosofía, belleza y razón de ser. Solo nos resulta extraño cuando nos asomamos y miramos hacia dentro. Pero si lo tocas de cerca, verás... que cada diferencia merece ser comprendida en lugar de juzgada», comentó Ly.
Ly también aprendió a ser más agradecido. Agradecido por la oportunidad de viajar, sentir y ampliar las posibilidades de la vida. Más que nada, Ly está más agradecido por su tierra natal, el lugar al que siempre quiere regresar, trayendo consigo las cosas buenas que ha aprendido en cada viaje. Lo más valioso es que esos cambios no solo le ayudan a vivir más plenamente, sino también a tener más éxito en su carrera. Ya no es un simple proveedor de servicios, sino también una inspiración para sus clientes.
Fuente: https://nld.com.vn/dieu-toi-noi-hoc-cach-biet-on-196250614212208942.htm
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