Sin embargo, cada vez más investigaciones demuestran que los animales salvajes también son capaces de automedicarse utilizando ingredientes disponibles en la naturaleza. Aunque no haya hospitales ni farmacias, saben cómo cuidar sus cuerpos a su manera.

Ilustración: Getty
Un caso reciente que ha acaparado titulares es el de un orangután de Sumatra llamado Rakus. Los científicos grabaron a Rakus masticando las hojas del árbol Akar Kuning, una planta utilizada en la medicina tradicional para tratar la disentería, la malaria y la diabetes. Después, se aplicó la savia en una herida de la cara. Repitió esta acción varias veces.
Finalmente, la herida cicatrizó sin infectarse. Se cree que este es el primer caso documentado de un animal salvaje que utiliza activamente una planta bioactiva para tratar una herida.
No solo los orangutanes, sino también muchos otros primates como los chimpancés, los monos y los gibones de manos blancas presentan comportamientos similares. Se ha observado que comen hojas amargas, mastican corteza de árbol o se frotan sustancias de origen vegetal en el cuerpo.
Se sabe que algunos chimpancés utilizan insectos para tratar heridas e incluso para ayudar a otros miembros de su grupo. Aunque los científicos aún estudian la eficacia de estos métodos, demuestran una capacidad bastante sofisticada para el autocuidado.

Las cámaras captaron a chimpancés aplicándose insectos en una de sus heridas para curarse (Foto: New Scientist).
Este comportamiento, que no se limita a los primates, también aparece en muchas otras especies.
Las cabras, por ejemplo, pueden optar por comer plantas con propiedades antihelmínticas para eliminar parásitos. Los loros y otras aves comen arcilla para neutralizar las toxinas de las plantas. Las hormigas mezclan savia vegetal con ácido fórmico para crear compuestos antibacterianos que protegen sus nidos. Se cree que algunas orugas comen plantas venenosas deliberadamente para fortalecer su sistema inmunitario o eliminar parásitos.
La pregunta es: ¿Cómo saben estos animales cómo "curar"?
Algunos científicos creen que este puede ser un comportamiento aprendido durante la vida social, cuando los jóvenes observan e imitan a los adultos.
Otros sugieren que el uso de plantas medicinales puede originarse a partir de una respuesta incidental, donde un animal experimenta alivio del dolor o bienestar después de consumir una planta en particular y luego repite el comportamiento.
Parte del comportamiento de autocuración es instintivo, pero en especies con sistemas sociales complejos como los simios o los chimpancés, el aprendizaje y la comunicación desempeñan un papel importante, según los expertos.
Esto sugiere que el comportamiento humano en materia de cuidado de la salud podría haber comenzado en un ancestro común con los primates.
Observar y estudiar el comportamiento de automedicación de los animales puede brindar valiosas lecciones. En este sentido, dicho comportamiento puede ayudar a descubrir sustancias activas potencialmente desconocidas, en un contexto donde la resistencia a los antibióticos se ha convertido en un problema global y la búsqueda de nuevos fármacos en la naturaleza se torna cada vez más urgente.
Lo más importante es que estos hallazgos nos recuerdan que los animales no son simplemente criaturas instintivas. Son capaces de sentir, aprender y cuidarse a sí mismos.
Una mejor comprensión del comportamiento de las especies que conviven con nosotros ayudará a fomentar el respeto y a promover un sentido de protección hacia la naturaleza, que no solo es el hogar de la vida silvestre, sino también el “botiquín” compartido del planeta.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/dong-vat-hoang-da-tu-chua-benh-nhu-the-nao-20250804072937650.htm






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