Fuentes de Reuters dijeron que la medida se produjo en medio de crecientes tensiones entre los dos vecinos y la búsqueda de Nueva Delhi de una política de modernización militar con un mayor uso de drones y otros sistemas autónomos.
Los analistas y funcionarios de defensa indios dicen que están preocupados por que la inteligencia pueda ser explotada a través de componentes de origen chino, tales como equipos de comunicaciones, cámaras, radios y software de sistemas operativos en drones.
Desde 2020, Nueva Delhi ha impuesto restricciones a la importación de drones de reconocimiento y ha llevado a cabo el proceso mediante licitaciones militares.
A principios de 2023, las actas de una reunión de licitación de drones mostraron que funcionarios de defensa indios dijeron a los posibles postores que no se aceptarán equipos ni repuestos “originarios de países que comparten fronteras terrestres con India por razones de seguridad”.
Mientras tanto, otro documento encontró que los subsistemas tenían “vulnerabilidades de seguridad” que podrían comprometer datos militares críticos y exigió a los proveedores que revelaran el origen de los componentes.
La industria india ahora depende de la segunda economía más grande del mundo, a pesar de la preocupación por los ciberataques. La semana pasada, Pekín anunció controles a la exportación de algunos tipos de drones y equipos relacionados. En 2019, el Congreso de Estados Unidos prohibió al Pentágono comprar o utilizar drones y componentes fabricados en China.
El 70% de los componentes de los drones se fabrican en China
El gobierno del primer ministro Narendra Modi busca fortalecer la capacidad de la India en materia de drones para contrarrestar nuevas amenazas. El país ha destinado 19.770 millones de dólares a la modernización militar en 2023-24, de los cuales el 75 % se destinará a la industria nacional.
Sin embargo, la prohibición de utilizar componentes procedentes de China ha incrementado el coste de la producción nacional de drones hasta en un 50%, ya que los fabricantes tienen que "dolor de cabeza" para encontrar piezas de repuesto.
La ministra de Finanzas, Nirmala Sitharaman, dijo que las grandes empresas privadas indias invierten menos en investigación y desarrollo, y que los capitalistas de riesgo se mantienen especialmente alejados de los proyectos militares debido a los largos plazos de entrega y al riesgo de no tener un mercado para sus productos.
Sameer Joshi, fundador de NewSpace Research & Technologies, una de las empresas que suministra drones pequeños al ejército indio, afirmó que el 70 % de los productos de la cadena de suministro se fabrican en el país vecino. Esto ha llevado a algunos fabricantes a importar componentes chinos, pero a comercializarlos con marca blanca para evitar que los costos se disparen.
La India depende de países extranjeros tanto para componentes como para sistemas, ya que carece de la tecnología para fabricar ciertos tipos de drones.
Un programa financiado por el gobierno para producir sistemas no tripulados se ha retrasado al menos media década, según Y. Dilip, director de la Autoridad de Desarrollo Aeronáutico (ADE). La plataforma Tapas, por ejemplo, cumple la mayoría de los requisitos técnicos, pero su motor la limita para alcanzar el objetivo de "operar a 30.000 pies y permanecer así durante 24 horas".
Para llenar este vacío, en junio de 2023, Nueva Delhi anunció la compra de 31 drones MQ-9 de Estados Unidos por más de 3 mil millones de dólares.
(Según Reuters)
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