1. Explora la majestuosidad de la naturaleza
Además de la imagen de la estepa, Mongolia también cuenta con extensos bosques (Fuente de la foto: Recopilada).
En verano, Mongolia se transforma en un vívido paisaje natural. Desde las verdes praderas de la región central hasta las montañas nevadas del oeste, desde los lagos cristalinos que reflejan el cielo hasta el desierto de Gobi que resplandece bajo el sol dorado, cada escena hace que los visitantes se sientan como si estuvieran inmersos en un sueño.
Viajar a Mongolia en verano te brinda la oportunidad de cabalgar por las vastas praderas, escuchar el sonido de los cascos al viento y sentir la brisa de la estepa acariciando tus dedos. La naturaleza en Mongolia no solo es un hermoso telón de fondo para el viaje, sino también la protagonista, que te transportará a las emociones más auténticas de la vida.
2. Experiencias únicas al viajar a Mongolia en verano
La vida nómada en Mongolia siempre entusiasma a los turistas (Fuente de la foto: Recopilada)
Una de las razones por las que muchos se sienten fascinados por viajar a Mongolia en verano son las experiencias culturales y las actividades cotidianas con la gente local. Puedes alojarte en yurtas tradicionales, donde no hay wifi, pero sí mucha conexión con la gente y una gran paz. Cada mañana, al despertar, oirás el sonido de los yaks entrando por la puerta de la yurta y respirarás el aroma de la hierba fresca y el yogur fermentado.
Nada se compara con la experiencia de cocinar cordero tradicional con los mongoles, disfrutar del airag —leche de yegua fermentada con un sabor único— o simplemente sentarse alrededor de una fogata escuchando canciones épicas transmitidas desde la época de Gengis Kan. Viajar a Mongolia en verano no es solo un viaje, sino una inmersión en una forma de vida muy diferente, muy primitiva y muy humana.
3. Únase al colorido festival de Naadam
El Festival Naadam es el evento cultural más importante del año para los mongoles (Fuente de la foto: Recopilada)
Si visitas Mongolia en julio, no te pierdas el Festival Naadam, el mayor evento cultural del año en el país, donde todo Mongolia se regocija con los sonidos de la música, los vítores y los vibrantes colores de los trajes tradicionales.
Naadam es la fusión de tres deportes tradicionales mongoles: la lucha de brazos, las carreras de caballos y el tiro con arco. Cada encuentro no solo es una competición, sino también una oportunidad para que la comunidad se una y para que las nuevas generaciones sientan el espíritu indomable y el orgullo nacional. Viajar a Mongolia en verano, durante el festival, es la mejor manera de comprender la identidad y el orgullo de este resiliente pueblo nómada.
4. Explora los hermosos lagos
El lago Khövsgöl es conocido como la "perla verde de Mongolia" (Fuente de la foto: Recopilada)
Mongolia no solo es una estepa, sino también un lago de ensueño. El lago Khövsgöl, conocido como la «perla verde de Mongolia», es un lugar ideal para relajarse y conectar con la naturaleza. Sus aguas cristalinas están rodeadas de densos bosques y montañas nevadas que reflejan el cielo como un espejo.
Viajar a Mongolia en verano, concretamente a Khövsgöl, no solo ofrece la oportunidad de navegar, pescar y acampar, sino también de conocer al pueblo tsaatan, un pueblo nómada que vive con renos en las remotas laderas de las montañas. Su presencia en plena naturaleza es una prueba viviente de la conexión entre el pueblo y la tierra, entre la tradición y el presente.
5. Recorrer el desierto de Gobi a lomos de un camello
El desierto de Gobi en verano posee una belleza fascinante (Fuente de la foto: Recopilada)
En contraste con las exuberantes praderas verdes, el desierto de Gobi en verano posee una belleza fascinante. La arena dorada, la luz del sol brillante, la suave brisa y las dunas que se extienden hasta el horizonte crean un espacio majestuoso y poético a la vez.
Un viaje de verano a Mongolia, al desierto de Gobi, te llevará a una aventura inolvidable: pasear en camello bactriano por valles arenosos, explorar los Acantilados de Fuego donde se encontraron fósiles de dinosaurios, o detenerte junto a arroyos singulares en medio del desierto para sentir la vida tranquila pero intensa.
En medio del ajetreo del mundo moderno, existe un lugar que aún conserva un ritmo de vida pausado, donde la gente y la naturaleza se funden en una armoniosa sinfonía. Viajar a Mongolia en verano no es solo un viaje a través de tierras hermosas y singulares, sino también un viaje de reencuentro contigo mismo. Te irás de Mongolia con el corazón lleno de emociones, llevando contigo el aroma de la hierba, el sonido del viento y la imagen de la sencillez de su gente viviendo en la inmensidad de la tierra y el cielo. Y quizás, en alguna tranquila noche de verano, al alzar la vista al cielo, recuerdes la estepa, donde una parte de tu alma permaneció para siempre.
Fuente: https://www.vietravel.com/vn/am-thuc-kham-pha/du-lich-mong-co-mua-he-v17423.aspx






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