La superficie de la carretera es muy importante para el rendimiento al correr y caminar - Foto: TK
La revista Foot & Ankle Specialists ofrece consejos para elegir la superficie adecuada para correr. Desde una perspectiva científica , las diferentes superficies afectan al cuerpo de las siguientes maneras:
Dureza y absorción de impactos: Las superficies duras, como el hormigón o el asfalto, absorben menos impactos, lo que genera mayor tensión en músculos y articulaciones al aterrizar. Por el contrario, las superficies más blandas, como el césped o los senderos de tierra natural, absorben más impactos, reduciendo la tensión en músculos y articulaciones.
Estabilidad y riesgo de lesiones: Las superficies irregulares o resbaladizas pueden aumentar el riesgo de lesiones por pérdida de equilibrio o resbalones. Por lo tanto, elegir una superficie plana, estable y con la fricción adecuada es fundamental para garantizar la seguridad.
Retroalimentación sensorial y rendimiento: La superficie de la carretera afecta la sensación del suelo y la retroalimentación de fuerza, lo que a su vez afecta el rendimiento al correr o caminar. Algunos atletas prefieren una superficie dura porque proporciona una mejor retroalimentación de fuerza, lo que aumenta la velocidad, mientras que otros prefieren una superficie blanda para reducir la tensión en los músculos y las articulaciones.
Según un artículo de Runner's World , elegir la superficie adecuada para correr puede ayudar a reducir el riesgo de lesiones y mejorar tu experiencia de entrenamiento.
Sin embargo, ninguna superficie es perfecta para todos. Variar y combinar diferentes superficies durante el entrenamiento puede ayudar al cuerpo a adaptarse y reducir el riesgo de lesiones repetidas.
Los profesionales deben considerar factores como la dureza, la estabilidad y la retroalimentación sensorial de la superficie y escuchar a su cuerpo para realizar los ajustes apropiados.
Sin embargo, las aceras de ladrillo todavía no son la superficie ideal para correr porque existen algunas desventajas desde un punto de vista científico:
1. Alta rigidez: mayor riesgo de lesiones.
Las baldosas para pavimento generalmente se colocan sobre bases de hormigón o cemento, que son muy duras y tienen poca absorción de impactos.
Al correr en esta superficie, la fuerza de impacto del pie contra el suelo se refleja con mayor intensidad, aumentando la presión sobre las articulaciones de las rodillas, los tobillos y la columna vertebral. El riesgo de lesiones por sobrecarga aumenta, especialmente al correr largas distancias o a alta intensidad.
2. Fricción inestable: fácil de resbalar.
Cuando llueve o la superficie está mojada, los adoquines pueden volverse resbaladizos, lo que aumenta el riesgo de resbalones en las aceras. Algunos adoquines tienen una superficie lisa o musgosa que puede provocar la pérdida de control al aterrizar.
Correr sobre aceras de ladrillo y piedra puede causar lesiones fácilmente - Foto: TTO
3. Desigual - Provoca desequilibrio
Las baldosas del pavimento no siempre son planas y pueden desnivelarse, agrietarse o desalinearse con el tiempo. Correr sobre superficies irregulares aumenta el riesgo de esguinces, dislocaciones o desequilibrios en la forma de correr.
Si no tienes otra opción, puedes correr sobre pavimento asfaltado, pero ten cuidado: elige zapatillas con suelas que absorban bien los impactos y evita las zonas demasiado resbaladizas. Las superficies más blandas, como caminos de tierra, césped o pistas de goma, son mejores para las articulaciones y los músculos.
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