NGUYET CAT (Según AFP)
Jaimala Devi, quien fue obligada a casarse a los 14 años, ahora tiene siete hijos a los 30. Pero su esposo insistió en que siguiera teniendo hijos hasta que tuviera dos varones. La situación de Devi es común en Bihar, el estado más pobre y poblado de la India.
La carga de dar a luz y criar un hijo significó que Devi nunca abandonó su ciudad natal de Bihar.
“Tener siete hijos y tener que gestionarlo todo sola me está volviendo loca. Pensé que estaríamos cómodas con uno o dos”, se lamenta Devi. Los ocho viven ahora en una choza destartalada, con solo un pequeño televisor, un ventilador viejo y algunas imágenes de dioses hindúes colgadas en la pared. Mientras tanto, con pocos trabajos bien pagados en Bihar, el esposo de Devi, Subhash, tiene que pasar la mayor parte del año trabajando en la capital, Nueva Delhi, y enviando lo poco que gana. Al igual que Subhash, muchos otros padres han dejado Bihar para buscar trabajo en otros lugares, porque para ellos las largas ausencias y las dificultades de criar a muchos hijos son un sacrificio que vale la pena por la oportunidad de un futuro próspero.
A pesar del crecimiento económico de la India y la caída de la natalidad, la pobreza y un arraigado sesgo machista han convertido a Bihar en el motor del crecimiento poblacional del país, según AFP. Con cerca de 127 millones de habitantes, la población de Bihar es aproximadamente la misma que la de México, el décimo país más poblado del mundo. «Tener otro hijo todavía se considera una forma de añadir un nuevo miembro a la familia», declaró Parimal Chandra, director de la Fundación de Población de la India (PFI), una organización sin fines de lucro.
La insistencia de muchos hombres en tener hijos varones también refleja la expectativa cultural tradicional de que los hijos varones apoyarán a sus padres incluso después de casarse y formar sus propias familias. Tener hijas se considera una carga debido a la cuantiosa dote que requieren al casarse. Por ello, las familias pobres retiran a sus hijas de la escuela prematuramente para reducir costos e intentan casarlas pronto, como Devi. Esto es especialmente cierto en Bihar, donde solo alrededor del 55 % de las mujeres saben leer y escribir, la tasa más baja de la India, según la Encuesta Nacional de Salud Familiar. Chandra afirmó que las estadísticas también se reflejan en la alta tasa de natalidad del estado, donde muchas madres carecen de acceso a información sobre anticonceptivos o del derecho a elegir el tamaño de sus familias.
Hoy en día, la tasa promedio de fertilidad de las mujeres indias es de dos hijos, una reducción con respecto a un máximo de seis en 1960, gracias a una mejor atención médica y al aumento del nivel de vida. Sin embargo, Bihar ha sido durante mucho tiempo un estado económicamente atrasado y presenta una tasa de natalidad mucho más alta (un promedio de tres hijos por mujer), lo que se traduce en una de las peores tasas de desnutrición, mortalidad infantil y acceso a la educación y la atención médica de la India.
Indira Kumari, trabajadora sanitaria del gobierno, comentó que atiende a 400 mujeres al mes en Bihar, pero muchas de ellas no tienen derecho a elegir cuántos hijos desean tener. Incluso si una mujer desea planificar su familia, sus suegros o esposos no la apoyan. El gobierno de Bihar ha estado brindando apoyo financiero a las niñas para que completen su educación, así como condones gratuitos, para alentar a las mujeres a casarse más tarde y tener menos hijos.
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