En muchos países, la incorporación de la IA a las escuelas es una realidad cotidiana. Por ejemplo, en el Reino Unido, desde la escuela primaria, los niños se familiarizan con la informática , los algoritmos y los datos, lo que contribuye a sentar las bases del pensamiento lógico y las habilidades analíticas.
En Estados Unidos, algunos estados como California y Massachusetts han publicado directrices para la enseñanza de la IA, centradas en tres pilares: comprensión conceptual, aplicación de herramientas y análisis ético. Desde 2017, Japón ha impulsado el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), incluida la IA, en todo el sistema educativo. Corea del Sur ha implementado asignaturas relacionadas con la IA en la educación secundaria y preparatoria.
Sin apartarse de esta tendencia, Vietnam está dando los primeros pasos con determinación. La Resolución N° 71-NQ/TW del Politburó afirma que, en el contexto de la tecnología digital y la inteligencia artificial, que están transformando profundamente la educación global, cada país debe redefinir su visión y estrategia para el futuro sistema educativo.
El Programa de Acción del Gobierno para implementar la Resolución N.° 71-NQ/TW establece como meta que, para 2030, Vietnam logre los primeros resultados en la mejora de su capacidad tecnológica y de inteligencia artificial. La Resolución detalla una serie de tareas específicas para alcanzar este objetivo, entre las que se incluye la integración de la IA en el currículo educativo , junto con el fomento de actividades creativas y experimentales.
Muchas localidades han tomado medidas proactivas. Por ejemplo, el Departamento de Educación y Formación de la ciudad de Ho Chi Minh ha puesto en marcha numerosos programas piloto para integrar la IA en la gestión y la docencia. En muchos centros educativos del país, la IA se está convirtiendo gradualmente en una herramienta indispensable que ayuda al profesorado a innovar en las actividades educativas, desde la preparación de las clases y la gestión hasta el aprendizaje personalizado.
El potencial de la IA en la educación es enorme. Sin embargo, su integración en los programas educativos también presenta numerosos desafíos. Entre ellos se encuentran la brecha digital entre regiones, que afecta el acceso equitativo de los estudiantes a la infraestructura tecnológica y los recursos de IA; la concienciación y las habilidades tanto de docentes como de alumnos; la infraestructura no sincronizada y la incompletitud de las propias herramientas de IA; los márgenes legales y las normativas específicas de cada centro educativo, incluidas las normas para evitar consecuencias negativas, como el riesgo de dependencia de la IA.
Pero lo que más nos preocupa no es si debemos introducir la IA en la educación o no —porque esa es una tendencia irreversible— sino cómo enseñaremos y aprenderemos con la IA.
En este sentido, la UNESCO hace hincapié en los principios de inclusión, ética y derechos de la infancia. La OCDE, en sus estudios sobre las competencias del siglo XXI, considera la alfabetización en IA un componente importante de las competencias científicas y tecnológicas en el contexto de la globalización. UNICEF se preocupa especialmente por la equidad y la inclusión, para garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su condición socioeconómica o región, tengan la oportunidad de acceder al conocimiento sobre IA y desarrollarlo.
Para aprovechar de forma eficaz y sostenible el potencial de la IA, Vietnam necesita una estrategia integral: formación y desarrollo continuos para el profesorado; creación de un marco de capacidades en IA; inversión en infraestructura tecnológica; desarrollo de un programa de educación en inteligencia artificial científico, moderno y adecuado; y la promulgación de normas claras sobre el uso de la IA en las escuelas. Lo fundamental es cómo ayudar al alumnado a sopesar los beneficios y los riesgos, a saber cuándo utilizar la IA y cuándo confiar en sus propias capacidades e inteligencia.
La línea que separa el uso de la IA del dependencia de la IA es muy delgada. Si se aprovecha adecuadamente y guiada por los objetivos humanísticos de la educación, la IA puede ayudar a cada estudiante a aprender según sus propias capacidades, liberando a los docentes de tareas repetitivas para que se centren en la creatividad y distribuyendo el conocimiento de forma más equitativa. Pero si actuamos con precipitación, podemos perder la esencia de la educación: la formación de la personalidad, el pensamiento crítico y la capacidad de desenvolverse con responsabilidad en un mundo cambiante.
Fuente: https://giaoducthoidai.vn/giao-duc-va-tri-tue-nhan-tao-post750909.html






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