Actuación de leones y dragones en el festival del Templo Hung
En el corazón del pueblo vietnamita, el décimo día del tercer mes lunar no solo es un hito histórico, sino también un símbolo sagrado que recuerda a cada vietnamita sus raíces y fortalece el vínculo entre compatriotas. Miles de años han pasado, atravesando altibajos, y nuestro pueblo aún venera con todo su corazón a los Reyes Hung, los antepasados que fundaron la nación, como recordatorio de que somos una nación con la misma sangre y el mismo destino.
Nos enorgullece ser descendientes del Dragón y el Hada; esa hermosa leyenda no solo habla de una identidad cultural, sino también de una profunda filosofía de solidaridad. De un solo embrión, cien óvulos, cien hermanos nacidos juntos, la nación vietnamita se formó con un vínculo inseparable de sangre y parentesco. Por eso, solo en Vietnam, la gente se llama "compatriotas": dos palabras sencillas pero sagradas, que encierran tanto amor y responsabilidad. "Compatriotas" no es solo una forma de dirigirse, sino un ideal de vida, un hilo sagrado que une a todos los vietnamitas.
Como descendientes del Dragón y el Hada, no solo nos enorgullecemos de nuestros orígenes, sino que también albergamos una aspiración: ¿cómo puede nuestro país alcanzar alturas, llegar lejos, convertirse en un dragón en un mundo lleno de cambios? Convertirse en un dragón ya no es una imagen fantasiosa, sino algo que se va concretando gradualmente con cada paso firme: reforma institucional, racionalización del aparato, lucha contra la corrupción y el despilfarro, promoción de la innovación, avances en el desarrollo científico y tecnológico, y transformación digital... Las grandes reformas que nuestro Partido y el Secretario General To Lam están implementando con firmeza allanarán el camino hacia ese sueño; y aunque aún existen muchas dificultades, la creencia en el futuro de un país fuerte es más fuerte que nunca.
En el contexto actual, cuando el país cambia día a día y el mundo se enfrenta a fluctuaciones impredecibles, los compatriotas deben convertirse en una fuerza interna que nos ayude a superarlas. Nuevos desafíos llaman a la puerta. Las barreras comerciales globales se están endureciendo, lo que también es una advertencia de que no podemos ser subjetivos. La competencia estratégica entre las grandes potencias, la presión para cambiar las cadenas de suministro y las crisis climáticas, geopolíticas y económicas, entre otras, imponen exigencias muy altas a la adaptabilidad y la cohesión nacional, y debemos unirnos para superarnos.
Procesión al Templo Hung.
En esa gran ola, es aún más valioso que el espíritu compatriota se siga nutriendo y exista en aspectos muy específicos. Una de las pruebas más conmovedoras es la política de eliminación de viviendas temporales y deterioradas que el Gobierno está implementando. Con la firme dirección del Primer Ministro Pham Minh Chinh , cientos de miles de hogares tienen un techo seguro: una vida más cómoda y plena. Nadie se queda atrás: no es solo un eslogan, sino que se está convirtiendo en una realidad tras 50 años de liberación del Sur y unificación del país. La gente se siente protegida, cuidada y querida. Y quizás esa sea la imagen más simple y clara del compatriotismo en los tiempos modernos.
Creo que este viaje no es solo para el Estado, sino para todos nosotros, ciudadanos comunes que vivimos en esta querida tierra en forma de S. Cada uno tiene un papel que desempeñar, una situación, una pequeña contribución, pero si todos hacen bien su parte, el país sin duda se fortalecerá. Vivamos con más bondad, estudiemos más, trabajemos con más responsabilidad y seamos más generosos unos con otros, porque con cada una de estas acciones, fortalecemos el sueño de convertirnos en un dragón.
En este sagrado aniversario de la muerte de un antepasado, cuando cientos de millones de personas se dirigen a la Tierra Ancestral, recordando a los Reyes Hung, sólo quiero decir una cosa sencilla: agradecer a nuestros antepasados por darnos vida en una nación que sabe amarse unos a otros y darnos la oportunidad de contribuir con nuestra pequeña parte en el viaje hacia el futuro del país.
Mientras el espíritu de compañerismo siga vivo en los corazones del pueblo vietnamita, la creencia y la esperanza en un país que se convierta en un dragón seguirán siendo fuertes y definitivamente se harán realidad, ¡nada podrá detenerlas!
Fuente: PERIÓDICO GUBERNAMENTAL
Fuente: https://baosoctrang.org.vn/xa-hoi/202504/gio-to-hung-vuong-va-khat-vong-hoa-rong-e7f7ee2/
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