Telar, donde el pasado se guarda con las manos y el latido del pueblo |
En la casa cultural comunitaria de la aldea de Le, varias mujeres M'nong todavía trabajan constantemente en el telar. Tejen no sólo para mantener su oficio, sino también para reconectar el circuito subterráneo de la memoria y la identidad. Los hilos se extienden desde los recuerdos de la infancia hasta la actualidad, cuidadosamente elaborados por manos meticulosas y ojos llenos de recuerdos. Al darse cuenta de que muchas mujeres aún no entendían las técnicas originales de los patrones (motivos que contienen historias sobre la tierra, la gente y su visión del mundo nacional), el pueblo se unió. Invitaron a artesanos, abrieron clases y juntos reconstruyeron conocimientos que parecían estar desvaneciéndose.
Fue entonces cuando la Sra. H'Den Bkrong (de la aldea Jun) regresó, trayendo consigo la formación profesional que recibió en la ciudad. No dudó en tomar las manos de las mujeres y enseñarles cada trazo antiguo del tejido y cada hilo de seda tradicional. Cada mañana, el sonido del telar resuena regularmente bajo el techo de la Casa de la Cultura. Al principio eran sólo unas pocas personas, pero ahora la clase de tejido cuenta con 13 mujeres que participan regularmente. No sólo aprenden a hacer, sino también a conservar. De esa clase nació el Club de Tejido Buon Le Brocade, con la Sra. H'Sen Hmok Du como presidenta. Para ella, cada pieza de tela tejida es una parte de su corazón y de su alma, un pedazo del alma del pueblo.
La profesión de tejido del pueblo M'nong R'lam no es sólo un trabajo, sino también una forma de preservar la cultura a través de las manos y la memoria. Los motivos tradicionales de brocado simulan geometría, herramientas de trabajo, naturaleza... todo lo cual contiene la filosofía de vida, la visión del mundo y las aspiraciones del pueblo M'nong. Tejer un brocado que lleve el espíritu original requiere meticulosidad y amor por cada hilo. Fue esa dedicación la que reavivó el fuego de la profesión que parecía haberse apagado.
Sin detenerse en el aula, el gobierno del distrito de Lak ha abierto una nueva dirección: construir productos OCOP para brocado. La casa cultural comunitaria fue renovada con un costo de más de 90 millones de VND, satisfaciendo las necesidades de vida y producción. El gobierno también se coordinó con organizaciones, departamentos y oficinas para eliminar gradualmente las dificultades, creando las condiciones para que el brocado de Le Village pueda afianzarse en el mercado.
Junto a ello está la orientación al desarrollo de pueblos artesanales asociados al turismo comunitario. Destinos como Buon Le y Buon Jun no sólo serán lugares para "observar", sino también lugares para "experimentar": donde los visitantes podrán sentarse junto al telar, escuchar historias sobre el hilo, sobre el índigo, sobre las manos diligentes que preservan la cultura a lo largo de los años. Es una gran expectativa, pero también muy común: que el pueblo viva de su profesión, que la cultura no sea un recuerdo del pasado, sino un presente que respire con un nuevo ritmo de vida.
Los hilos de la memoria van tomando forma poco a poco en el telar del pueblo. Las mujeres M'nong R'lam continúan tejiendo silenciosamente el sueño de preservar la identidad de su propio pueblo: con hilo, con color, con sus manos y con su amor por el pueblo.
Y luego, desde los telares de los pequeños pueblos, ese hilo de la memoria puede extenderse más allá, a otros pueblos, a almas jóvenes que buscan sus raíces. El tejido no sólo revitalizó la vida, sino que también reavivó la fe en el poder blando de la cultura. Con suerte, habrá más manos que contribuyan con hilo, tejiendo la red de los recuerdos, para que el brocado M'nong pueda seguir contando su historia en el tejido del futuro.
Fuente: https://baolamdong.vn/du-lich/202504/giu-soi-ky-uc-tren-khung-det-buon-lang-f7a02bb/
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