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¿Jajaja te acuerdas?

Ese verano, la flor roja del fénix no era sólo una flor, sino testigo de una amistad inocente, pura y despreocupada, llena sólo de risas frescas y fuertes apretones de manos.

Báo Tây NinhBáo Tây Ninh13/06/2025

Llega el verano, el sol parece dorar cada pétalo, tiñendo de rojo el cielo de añoranza. Poinciana real, ¿por qué sigues ardiendo en la época de la separación, grabando en los corazones de los estudiantes de último año una inolvidable añoranza? Ese mes de mayo no es solo un momento de cambio de estaciones, sino también el sonido que anuncia el final de un viaje de aprendizaje con muchos recuerdos inolvidables.

Mi querida escuela, donde quedaron tantas travesuras tontas. Mis queridos maestros, cuyas cálidas voces aún resuenan en mis oídos. Y mis amigos cercanos, cuyos rostros radiantes ahora están dispersos por el mundo. Todos ellos, como una vieja película, vívidamente dolorosos, siguen regresando, atormentando mi mente. Aunque muchas temporadas de poinciana real se han desvanecido, esos dulces y profundos ecos aún perduran, agitando mi corazón palpitante.

Recuerdo, oh verano, recuerdo con una punzada aquellas sofocantes tardes de mayo. El calor era abrasador, pero todo el grupo seguía escondido, acurrucado bajo la espesa copa del viejo frangipane. Las cigarras cantaban como si intentaran adormecernos, pero ¿cómo podrían vencer la picardía, la sedde descubrimiento de los jóvenes de diecisiete años que rompían cuernos de búfalo?

Compartimos sorbos de agua fresca, helado dulce y trazamos sueños ambiciosos y planes irrealistas que parecían tener el futuro en nuestras manos. Las flores rojas del fénix caían, posándose suavemente sobre las páginas del cuaderno, imprimiendo sin querer líneas apresuradas, ingenuas promesas de un mañana juntos conquistando la cima.

Un rincón del patio de la escuela.

Ese verano, la flor roja del fénix no era sólo una flor, sino testigo de una amistad inocente, pura y desinteresada, sin ningún motivo egoísta, sólo risas claras y fuertes apretones de manos.

Entonces llegó el último verano. Las últimas clases estuvieron llenas de emociones indescriptibles. Las voces de los profesores se entrecortaban, temblando al pronunciar palabras sinceras, con los ojos llenos de esperanza y nostalgia.

Nosotros, los niños traviesos del pasado, nos quedamos de repente en silencio; cada mirada parecía querer grabar cada instante. Los abrazos apretados que nos asfixiaban, los deseos ahogados, las lágrimas calientes rodando por nuestras mejillas.

Ese verano, las flores rojas del fénix eran como un fuego que consumía los arrepentimientos y los sentimientos profundos por la escuela, los profesores y los amigos. Ese color rojo ahora está teñido de tristeza.

El tiempo pasa sin querer. Cada verano marca un hito en la madurez, pero también profundiza la inmensa nostalgia.

Todos estamos en direcciones diferentes, ocupados con las preocupaciones de la vida. Pero sin importar dónde estemos, con solo vislumbrar las brillantes flores rojas del fénix en el cielo, mi corazón se llena de una profunda y ardiente nostalgia por los rostros familiares de años pasados.

Extraño los caminos familiares que recorrimos juntos a la escuela, extraño las noches que nos quedábamos despiertos hasta tarde resolviendo problemas difíciles de matemáticas, extraño la dulce y amarga convivencia de nuestros torpes días de estudiante. Ay, Summer, no importa cuántas temporadas de flores rojas de fénix hayamos pasado separadas, el hilo invisible de esa amistad aún nos conecta silenciosamente, aunque a veces sea solo un mensaje de texto apresurado, una breve llamada para preguntar cómo estamos.

¿Y cómo olvidar la imagen de maestros devotos que son como segundos padres y madres? Bajo la sombra de los poincianas reales, nutrieron y dieron alas a nuestros sueños inmaduros de volar alto y lejos.

Las conferencias no son solo conocimiento superficial, sino también enseñanzas amables, miradas afectuosas y tolerantes. No solo imparten conocimiento, sino que también moldean la moral humana.

Cada pétalo de la flor del fénix rojo que cae es como un homenaje silencioso, una profunda gratitud a los silenciosos barqueros que han llevado a generaciones de estudiantes a través del río. Verano, en todas las estaciones en las que las flores del fénix rojo han estado ausentes, ¿aún recuerdas a esos estudiantes traviesos que probablemente te han molestado bastante?

Hay veranos en los que regreso, intentando aferrarme a algunos ecos del pasado. Los flamboyánes siguen en pie, las cigarras siguen cantando, pero ¿por qué el patio de la escuela está tan desgarradoramente silencioso, sin la risa de un tiempo lejano?

Al encontrarme con mis antiguos maestros, su cabello se ha vuelto gris, pero sus ojos aún brillan con la misma calidez y cariño. Los fuertes apretones de manos y los cariñosos saludos parecen calmar la nostalgia, haciéndome sentir con más intensidad la santidad de la relación profesor-alumno, un sentimiento que nunca se desvanece con el paso del tiempo.

Verano, ¿cuántas temporadas de flores rojas de fénix hemos estado separados? ¿Alguien aún lo recuerda? Aunque cada uno tiene su propia vida, con sus propias preocupaciones, los recuerdos de la noble relación profesor-alumno y la pura amistad bajo el techo de la antigua escuela siempre son un tesoro que me acompaña a lo largo de la vida.

El color rojo de la flor del fénix cada verano sigue siendo un hilo invisible que conecta el pasado y el presente, recordando a cada persona sentimientos sinceros y valores espirituales que no se pueden perder.

Este verano, las flores de poinciana real aún florecen rojas y silenciosas en un rincón del cielo. Me encuentro aquí, en medio del ajetreo de la vida, con el corazón lleno de profunda gratitud. Gracias, verano, gracias, maestros, amigos que han dibujado conmigo hermosos recuerdos, huellas imborrables de mis años de estudiante.

No importa cuántas temporadas más de flores de fénix estemos separados, la amistad y las relaciones profesor-alumno siempre serán valores espirituales invaluables, un equipaje precioso que me seguirá durante el largo viaje que tengo por delante.

Mai Thao

Fuente: https://baotayninh.vn/ha-oi-co-nho-a191308.html


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