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El viaje de 97 días de un bebé nacido extremadamente prematuro a las 23 semanas de edad

(Dan Tri) - Esto no sólo es una buena noticia para la familia, sino también un milagro médico, ya que marca la primera vez que el Hospital Hung Vuong (HCMC) ha mantenido con vida con éxito a un bebé extremadamente prematuro a las 23 semanas de gestación.

Báo Dân tríBáo Dân trí28/11/2025

El 28 de noviembre, la información del Hospital Hung Vuong decía que esta unidad acababa de criar con éxito a un bebé extremadamente prematuro de 23 semanas de edad, que pesaba solo 640 gramos.

Hành trình 97 ngày vượt cửa tử của bé trai sinh cực non lúc 23 tuần tuổi - 1

Bebé es dado de alta del hospital después de casi 100 días de nacido, a las 23 semanas de edad (Foto: Hospital).

Según la Dra. Le Anh Thi, jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del Hospital Hung Vuong, el bebé H. nació a las 11:20 p. m. del 21 de agosto por parto natural con un peso de 640 g.

Con este peso, el bebé solo equivale a un cartón grande de leche fresca. Al nacer, su cuerpo es prácticamente una máquina biológica incompleta. Este umbral de supervivencia es extremadamente difícil para la medicina neonatal.

Normalmente, un embarazo a término dura entre 37 y 40 semanas. En la semana 23, los órganos del bebé aún son inmaduros y no están completamente desarrollados para adaptarse a la vida extrauterina", explicó la Dra. Thi.

En esta etapa, los pulmones no están completamente desarrollados, lo que provoca un síndrome de dificultad respiratoria grave y una capacidad de intercambio gaseoso muy deficiente. La corteza cerebral es frágil y el riesgo de hemorragia cerebral es muy alto.

Además, la piel del bebé es fina, sin una capa de grasa subcutánea, lo que lo hace susceptible a la pérdida de calor, infecciones y deshidratación grave. Su sistema inmunitario es prácticamente incapaz de defenderse, lo que lo hace susceptible a la sepsis.

A pesar de la cuidadosa preparación, el estado del bebé fue crítico inmediatamente después del nacimiento. Estaba cianótico, con reflejos deficientes y un tono muscular débil. Estos eran signos de insuficiencia respiratoria grave.

El bebé fue reanimado de inmediato, lo que incluyó mantenerlo abrigado, apoyar su respiración mediante intubación y monitorear de cerca sus signos vitales. Tras intensos esfuerzos, la complexión del bebé H. se normalizó y fue trasladado directamente a la UCIN.

Inmediatamente después de ingresar a la UCIN, el bebé fue conectado a un respirador y se le administró surfactante (un fármaco que fortalece los pulmones). Tras la administración del fármaco, la saturación de oxígeno del bebé mejoró significativamente y su piel adquirió un tono rosado. El bebé H. recibió soporte continuo con respiradores invasivos y no invasivos durante los siguientes 73 días.

Al mismo tiempo, el bebé fue sometido a muchas otras intervenciones de tratamiento, como el uso de antibióticos fuertes para lidiar con el riesgo de sepsis, transfusiones de sangre para reponer la pérdida de sangre y el uso de vasopresores para ayudar al corazón cuando la presión arterial bajaba.

Para el 17 de octubre, el bebé pesaba casi 1,2 kg, un hito que demostró una tasa de supervivencia más estable. Fue trasladado al Departamento de Neonatología para recibir cuidados adicionales y su recuperación.

En este caso, el niño aún presenta episodios de cianosis y ligeras contracciones respiratorias. Esto es un signo de función respiratoria deficiente. El bebé H. continúa recibiendo tratamiento con antibióticos, se le vigila de cerca para detectar episodios de apnea y se somete a fisioterapia respiratoria para fortalecer los músculos respiratorios y despejar los pulmones.

Un factor importante que ayudó al bebé a progresar notablemente fue el método canguro (piel con piel), que consiste en alimentarlo exclusivamente con leche materna a través de una sonda gástrica. Tras una mejor digestión, se le enseñó a comer con cuchara y luego se le cambió a la lactancia materna.

El 26 de noviembre (día 97 después del nacimiento), el bebé H. pesó casi 1,8 kg, cumpliendo los criterios para ser dado de alta del hospital.

Según la Dra. Thi, criar a un bebé muy prematuro con sólo 23 semanas de edad es un milagro de tres cosas: la extraordinaria fuerza de voluntad del bebé, el amor ilimitado de la familia y la experiencia y absoluta dedicación del equipo médico.

Este no es sólo un logro del que el propio hospital es un orgullo, sino también un gran paso adelante, que sienta una base sólida para la capacidad de la medicina vietnamita de intervenir y salvar las vidas de bebés extremadamente prematuros.

Fuente: https://dantri.com.vn/suc-khoe/hanh-trinh-97-ngay-vuot-cua-tu-cua-be-trai-sinh-cuc-non-luc-23-tuan-tuoi-20251128143001214.htm


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